Enero 08, 2025 -H-

Fotito, filtro y platito


Domingo 31 de Julio de 2022, 1:00pm






-

¿A quién le importa que un diputado se sirva un helado?, ¿Por qué debería interesarme que a una concejal le gusten las salteñas? ¿Debería preocuparme ver a una senadora hacer pesas en el gym?, ¿Tendría que sentirme fascinado al ver que un ministro se sirve un ají de fideo en alguna esquina de la ciudad? En lo personal poco me importa, pero al parecer, nuestras autoridades, de izquierdas o derechas, creen que sí.

Desde que las redes sociales son parte de nuestras vidas, los modelos de difusión comunicacionales han cambiado, los usuarios de a pie empezaron a compartir su vida diaria, sintiéndose especiales al recibir la aprobación de su entorno, en ese afán, continúan exponiéndose y exhibiéndose cruzando límites insospechados en busca del “me gusta” virtual. Su impacto también trascendió a la esfera pública, especialmente al universo de artistas, sean cantantes o actores. En el caso local, al mundo político, es lógico que sean ellos, se quiera o no, los que más ocupan la agenda mediática con un “autobombo” fatal.

Ahora, este fenómeno, también trastornó a nuestros políticos, que en su afán de generar presencia en redes y no sentirse “nadies”, abordan las redes y buscan la desesperada aprobación de su entorno, seguidores o bases, tratando de ser tan humanos como ellos, de donde se supone que surgieron. Será el cargo, un trance negativo de personalidad o una mala gestión comunicacional la que los impulsa a promover el “yo” antes que el “ellos”. Olvidaron ser pueblo, ahora que se sienten especiales, creen que todo lo que hacen es también especial, principalmente las acciones más ordinarias, creen que así “bajan a las bases o suben a las montañas”, les dicen a sus seguidores que siguen tan normales como ellos, pero es mentira.

Lo único que logra esta crisis política existencial es espantarlos, quizás los más fervientes seguidores sean los que le den el “like”, pero la gran mayoría entenderá a sus acciones como una impostura, han sido elegidos o designados para trabajar, hacer gestión, no para difundir lo muy especiales que se sienten al comer un helado, una salteña, un ají de fideo o hacer ejercicios o interactuando con la gente desde un trono invisible y no del llano.

Lo que deseamos ver, es la seriedad y empeño con la que trabajan, presentando leyes, escuchando y trabajando con la gente, preocupándose por mejorar la calidad de vida de los bolivianos, fiscalizando al estado, luchando para disminuir la corrupción, el machismo, el racismo, exponiendo las falsas noticias, en fin, pueden hacer muchas cosas y contarlas como se debe, desde sus redes sociales, utilizándolas para estar en contacto con la gente y no para subir sus fotitos saturadas de filtros mostrando lo bien que salen con el photoshop de intermediario.

Deberían saber que esta sobre exposición pública y virtual los ubica en un escenario de vulnerabilidad, porque no saben diferenciar cantidad con calidad, es mucho mejor difundir una muy buena noticia sobre tu trabajo, que el salir quinientas veces con pequeñas hasta insignificantes reseñas.  Un sencillo error los montaría en la cresta de la ola del odio más obtuso que se haya visto, todos pedirán su cabeza, aplicando sentencias desproporcionadas exudando odio. En resumen, hagan noticia de su trabajo, no de su cuerpo, sus gustos alimenticios o calidad de piel, porque para ello está el pueblo, al que dicen representar o por el que dicen laburar.

//

.