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Buenos Aires, 14 de noviembre (La Información).- Se llama Cecilia, tiene 20 años y es una mona que está sola desde hace tres años. Vive en su jaula del zoológico argentino de Mendoza. En este tiempo ha visto cómo fallecían sus compañeros de cautiverios: el chimpancé Charly (sufrió un paro cardíaco) y la chimpancé Xuxa (murió por causas naturales).

La vida de Cecilia ha cambiado duramente; está en la mitad de su vida y quienes la ven están seguros de que la soledad afectó su salud física y su bienestar psíquico. Por eso, la Asociación de Funcionarios y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada) de Argentina presentó un recurso de 'hábeas corpus' y, tras años de litigio, logró una sentencia inédita en el mundo.

Dentro de poco, la mona será llevada a una reserva en Brasil para vivir en un hábitat natural, y junto a otros chimpancés. La Justicia la ha considerado 'sujeto de derechos' y ordenó su traslado, que será acatado por el Gobierno.

Así, es el primer fallo judicial del planeta al que a un animal se le concede un 'hábeas corpus', en una sentencia pionera y polémica. En realidad, el fallo va mucho más allá, porque significa reconocer que los animales son diferentes, pero que son seres inteligentes y sensibles que merecen respeto.

El hábeas corpus es el derecho humano fundamental que nació en la época medieval de Inglaterra. Establece que una persona no puede ser privada de la libertad sin un motivo.

María Alejandra Mauricio es la juez titular del Tercer Juzgado de Garantías de Mendoza. Ella consideró que Cecilia es sujeto de derecho específico de su naturaleza. "No estamos hablando de derechos civiles contemplados en el Código Civil, sino de derechos propios de su especie: su desarrollo como animal, su vida en su hábitat natural", ha reconocido en el fallo.

La controversia gira en torno ahora en relación a decenas de presentaciones similares que ecologistas han formulado en el mundo. Por ejemplo, en varios países, abundan las peticiones de libertad para animales considerados 'más inteligentes', como grandes simios, mamíferos marinos como orcas y delfines o elefantes. Los defensores de que estos ejemplares sigan en espacios no naturales aseguran que si los jueces decidieran restituir a su hábitat natural a los mismos, los zoos, los circos, acuarios y delfinarios desaparecerían.

Estas instituciones admiten que los animales deben ser cuidados y merecen ser tratados con justicia y empatía, pero no son humanos y, por lo tanto, no tienen los mismos derechos que nosotros. Pero la jueza Mauricio no considera lo mismo, y su fallo podría sentar jurisprudencia en Argentina. Además, podría actuar como efecto dominó para para que las asociaciones de ecologistas insistan con sus posturas.

En definitiva, para la Justicia argentina, Cecilia es considerada como una 'Persona no humana', un concepto que puede parecer extraño, o incluso disparatado, pero la clave es que busca considerar a algunos animales como sujetos, no sólo como objetos de derechos.

La magistrada argentina interpreta que, como sujeto, el cautiverio de la mona Cecilia y exhibición viola los derechos que ella titulariza, aunque se le alimente y no sea tratada con crueldad. Ser una persona no humana representa que tienes derechos. Existe una división jurídica fundamental entre cosas y personas. El hábeas corpus considera 'persona no humana' y que tiene que estar protegida.

En la presentación judicial de Afada se insistía en que "la chimpancé Cecilia se encuentra viviendo de modo absolutamente solitario, sin ningún tipo de compañía de sus congéneres, siendo que los chimpancés son animales extremadamente sociales, sin ningún espacio verde o árboles para ejercitarse ni juegos para entretenerse".

El secretario de Ambiente Humberto Mingorance, de la Gobernación de Mendoza, acaba de informar que la mona será trasladada al santuario de chimpancés de Sorocaba, ubicado en San Pablo, Brasil, antes del 10 de diciembre próximo.