Argentina venció a Brasil por 1-0, correspondiente a la sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas 2026, en el estadio Maracaná, que significó la primera derrota de la Canarinha como local en una clasificación hacia la Copa del Mundo.
El partido se demoró media hora en el comienzo estipulado por agresiones de la Policía brasileña a los fanáticos argentinos que provocaron la decisión de Lionel Messi de retirarse del campo de juego hasta resolver el conflicto
Lionel Messi y su equipo quebraron la invencibilidad histórica como locales de los pentacampeones del mundo en la eliminatoria sudamericana.
El astro, de floja actuación, y sus compañeros dieron un nuevo golpe en el legendario estadio de Rio de Janeiro, donde el juego tuvo un retraso de casi treinta minutos debido a incidentes entre hinchas argentinos y la policía en las gradas.
En el escenario en el que perdió con Alemania la final del Mundial-2014, el capitán albiceleste amenazó con no jugar y regresó junto a los suyos a los vestuarios, pero finalmente retornaron al campo cuando los ánimos ya se habían calmado.
En aquella grama ya había vencido a la Seleção en la final de la Copa América-2021, rompiendo 28 años sin títulos para los argentinos y abriendo espacio a la conquista de Catar-2022.
A los 36 años, en la que quizás fue su última visita al templo futbolístico, donde fue aplaudido cuando sonó su nombre en los parlantes, derrumbó una marca custodiada a sangre y fuego por Brasil: nunca había perdido en casa por la clasificatoria mundialista, en la que debutó en 1954.
La victoria, con un golazo de cabeza de Nicolás Otamendi (63), tiene sabor a gloria para los campeones mundiales, pues además de quebrar un hito, agravó la crisis del equipo que dirige Fernando Diniz, diezmado por las bajas de los lesionados Neymar, Vinícius Jr y el capitán Casemiro.
Sin magia ni chispa, los locales pudieron haber visto el último partido oficial de Diniz como seleccionador brasileño. La clasificatoria se reanudará en septiembre de 2024, cuando el italiano Carlo Ancelotti ya debe haber asumido el comando 'amarelo', según garantiza la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
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