El bonito discurso del litio contrasta con su dura realidad
Hasta ahora no hay un solo contrato validado por el legislativo. Tampoco hay una normativa definida y el 2025 como año del litio está descartado
El cantautor Luis Rico, Omar Baldivieso (fundador de los Canarios del Chaco), Mauricio Otazo (Director de la Sinfónica), Javier Torres Goitia (Médico), Alberto Medina (pintor), Elvira Espejo (artista multidisciplinaria), Carlos Tadic (empresario), Juan Carlos Arce y Rodrigo Ramallo (ambos futbolistas), cuentan cómo La Paz ha cambiado sus vidas y les ha permitido el éxito.
Sábado 16 de Julio de 2016, 7:30pm
La Paz, 16 de julio (Urgentebo).- “La Paz es de todos los bolivianos” ha escrito la comunicadora Cecilia Lanza, nacida en Cochabambina y quien se ha declarado más paceña que el chuño, según se puede leer en su muro en Facebook. Como ella, miles de bolivianos nacidos en otras tierras han encontrado su hogar en la hoyada.
Esta ciudad cobija a bolivianos y extranjeros sin discriminación. Y es en La Paz donde muchos consiguieron los éxitos que soñaron mientras estudiaban o empezaban a trabajar, eso es lo que pudo constatar este medio al hablar con artistas, deportistas, profesionales y empresarios.
El cantautor Luis Rico, Omar Baldivieso (cantante y fundador de los Canarios del Chaco), Mauricio Otazo (Director de la Sinfónica), Javier Torres Goitia (Médico), Alberto Medina (pintor), Elvira Espejo (artista multidisciplinaria), Carlos Tadic (empresario), Juan Carlos Arce y Rodrigo Ramallo (ambos futbolistas), fueron los elegidos por este medio para conocer qué opinan de La Paz y qué logros han alcanzado en esta tierra.
“La Paz me ha dado todo”, “me abrió las puertas para desarrollar y dar a conocer mi música”, “tiene a la mejor hinchada del país”, son algunas de las frases más recurrentes de los bolivianos exitosos.
Cada uno de ellos vino con distintos objetivos y en distintos momentos, pero todos tienen algo en común: fueron enamorados por La Paz y su gente. Todos ellos se sienten un paceño más.
Desde que llegó a La Paz, en 1970, Luis Rico Arancibia se ha convertido en una de las voces de la lucha por la democracia, los DDHH y el medio ambiente.
El músico y compositor nació en Tupiza (Potosí), el 15 de mayo de 1946. Dejó su tierra natal para afrontar “el desafío de conquistar La Paz”.
Él recuerda que decidió venir a La Paz gracias a una invitación del artista boliviano Benjo Cruz. “Nos convencimos de que nuestras canciones podían ayudar a los trabajadores bolivianos, a aliviar sus penas y hacer realidad sus sueños”, cuenta.
Empero, al llegar a La Paz descubrió que su amigo había sido asesinado en la Guerrilla de Teoponte. “Me dio mucha pena confirmar que un buen guitarrero es un mal soldado”, afirma.
A partir de ese momento, Luis Rico se colocó la camiseta de los movimientos sociales y, sobre todo, de la lucha por la democracia.
El músico potosino asegura que lo mejor que le ha dado La Paz es el poder enfrentarse al poder, tanto local como nacional.
“La mejor experiencia en La Paz fue enfrentarme a las autoridades que no miran con ojos reales las necesidades del pueblo paceño”.
Rico recuerda que se enfrentó al exalcalde de La Paz, Juan del Granado, por los espacios culturales; al actual alcalde Luis Revilla e incluso a los expresidentes Luis García Meza y Hugo Banzer Suárez por el derecho de poder realizar su trabajo en libertad plena.
“Hoy, algunas veces me enfrento a Evo Morales, como buenos amigos que somos”, asegura.
Para él, la zona más linda es la de San Pedro, el barrio donde ha radicado los 35 años que vive en La Paz. Aunque también resaltó la belleza del Montículo ubicado en Sopocachi.
Javier Torres Goitia, exministro de Previsión Social y Salud Pública, llegó a La Paz en 1954 con un objetivo claro: luchar por una dignificación del trabajo del médico en Bolivia.
“Vine a trabajar en lo que entonces era el Servicio Cooperativo Interamericano de Salud Pública, que era un centro de pediatría de alta especialidad y donde se hacía medicina preventiva”, cuenta el des-tacado médico chuquisaqueño a Oxígeno.
Tras su llegada al departamento de La Paz, logró formar –junto a la Sociedad Boliviana de Pediatría- un Sindicato de Médicos, que a la larga daría lugar a la Confederación Médica Sindical de Bolivia.
“Decidí radicar aquí porque me encontré con un ambiente del cual no había escapatoria, que era el trabajar por algo superior que era dignificar la profesión”, afirma.
Pues Torres Goitia decidió quedarse en La Paz para trabajar en procura de alcanzar tres metas: Primero, la defensa de los intereses del médico boliviano; segundo, tener una alta capacidad profesional en la práctica de la medicina en el país; y tercero, garantizar que el progreso de la medicina se evidencie en un progreso del bienestar de la población boliviana.
El exministro y Senador por La Paz, nació el 4 de junio de 1922 en Padilla, (Chuquisaca) y es especialista en Pediatría. Asegura que este departamento es un “crisol de la bolivianidad”, pues acoge a todo migrante. “Yo rara vez me acuerdo de que no soy paceño”, apunta con una sonrisa.
“Dirigir la orquesta sinfónica en La Paz para mí es algo muy especial y lo mejor de mi carrera”, asegura Mauricio Otazo al hablar acerca de esta región.
El Director musical, nacido en Potosí, asegura que La Paz es la única ciudad del país que tiene las condiciones para formar una Orquesta Sinfónica profesional, el sueño de la mayoría de los músicos bolivianos.
“Creo que siendo un músico boliviano, el ser director de la orquesta boliviana es un sueño que todos tenemos. Es la primera institución musical del país, es algo a lo que todos aspiramos”, afirma.
Otazo dice que La Paz tiene la única orquesta profesional de Bolivia. “Aunque carece de muchas cosas que otras orquestas profesionales tienen, es la mayor oportunidad que un músico tiene en Bolivia”.
Nació en Potosí, pero Otazo pasó toda su vida en La Paz, ciudad a la que llegó cuando tenía, apenas, un año de edad.
“He pasado toda mi infancia y juventud acá, eso significa que me he formado aquí. Todos mis recuerdos son de acá”, señala Otazo que estudió en el Colegio Alemán, e hizo sus estudios superiores en el exterior.
Mauricio Otazo nació en Potosí el 28 de agosto de 1975 y realizó sus estudios de Dirección de Orquesta en la Universidad de Música Franz Liszt de Weimar (Alemania), con el profesor Gunter Kahlert, graduándose con la máxima nota posible.
Este director asegura que La Paz es una “ciudad fascinante”. Se declara maravillado por la imagen del Illimani, sobre todo cuando lo ve desde la avenida Camacho.
Además, afirma que disfruta de su clima, sus paisajes y sus montañas. “La topografía, esa diferencia de altura que hay dentro de la misma ciudad es algo único, y es algo fascinante”.
Elvira Espejo Ayca, directora del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), llegó a La Paz a sus 18 años con un solo objetivo, estudiar arte. Se graduó con la especialidad de Pintura y Medios Bidimensionales.
Elvira, que nació en 1981 en Qaqachaca, Oruro, es egresada de la Academia de Bellas Artes ‘Hernando Siles’, tenía claro que La Paz era donde se le abrirían las puertas para su pasión, el arte.
Ella asegura que su inquietud por el arte nace por la creatividad. “Si tú tienes creatividad y pensamiento, puedes realmente enfrentar muchas cosas”, señala.
Como artista, Elvira cultiva el tejido y la pintura. Sus obras han sido expuestas en distintos museos y galerías de la ciudad de La Paz, además ha sido presentada en distintas exposiciones internacionales, como en Groenlandia el año 2009.
En realidad, Elvira Espejo es una artista multidisciplinaria porque escribe poemas, canta, teje, hace teatro, es investigadora antropológica, pinta cuadros y desde enero del 2013, es la directora del Musef.
Su primera muestra de arte textil fue el 2003 en la Alianza Francesa de La Paz. “Se llamaba ‘Arte de Trama y Urdimbre’ y eran obras de arte, no era artesanía, y esto me abrió muchas puertas para cuestionar. Por un lado, ir hacia el arte, y, por el otro, tomar la ciencia de los Andes”, cuenta.
La vida de Alberto Medina Mendieta está vinculada con La Paz desde el inicio de su propia vida. Por esas curiosidades del destino, el destacado artista orureño fue bautizado en la Iglesia de San Agustín, en la ciudad de La Paz.
“En mi época decían que se valora más el lugar del bautizo que el lugar donde creces”, asegura.
Medina Mendieta nació en Oruro en 1937; estudio en Oruro y París. Llegó a La Paz en 1977, cuando fue seleccionado para ser el Director Nacional de la Escuela de Artes Plásticas Hernando Siles y llegó a ser Supervisor Nacional de Artes Plásticas.
Íntimo amigo de Mariano Baptista Gumucio, fue designado como Asesor Cultural del Ministerio de Educación, durante toda su gestión. Sin embargo, no fue hasta después que el artista orureño encontró su verdadera pasión: el arte.
Medina tiene su salón de arte en la calle Jaén, justo al lado del Centro Mamani Mamani. Él considera que es un “profeta lejos de su propia tierra”, pues su trabajo ha sido más reconocido en el exterior que en el país.
Por ejemplo, su trabajo ha sido reconocido en países como España, Alemania, Dinamarca, Holanda y México. En ellos, no solo hizo exposiciones sino que es invitado a dictar charlas y cátedras. Eso sí, el reconoce que La Paz es, en la mayoría de los casos, la fuente de su inspiración.
“Cuando me vine a La Paz yo tenía 40 años. He sido influenciado por las culturas precolombinas, el medio geográfico, el altiplano, por el medio cósmico, yo al medio cósmico del altiplano lo veo mágico. Aparte sus problemas sociales también me han influido mucho”, asegura.
Los éxitos y oportunidades que tuvo Carlos Tadic Calvo han sido gracias a La Paz. El empresario e ingeniero chuquisaqueño dice que “La Paz me ha dado todo”.
Tadic nació en Chuquisaca el 6 de enero de 1941, y se formó en Tarija. Fue copropietario de Plasmar y es expresidente de la Cámara de Comercio. Llegó a La Paz en 1966, después de terminar sus estudios de ingeniería civil en EE.UU., tras una breve estadía en Santa Cruz.
Él llegó a La Paz para validar su título de ingeniería civil en la UMSA, sin sospechar que esta ciudad llegaría a ser su hogar por siempre. Pues fue en la ciudad de La Paz donde se le presentó la primera gran oportunidad laboral de su carrera, en una pequeña fábrica en la ahora ciudad de Viacha. “Iba a Viacha todos los días en colectivo”.
Ahí fue contratado por el empresario Jorge Lonsdale, quien lo convirtió en jefe de la empresa de Plásticos “Plastics”.
“Tuve la suerte de trabajar con buenos empleados hasta que se me ocurrió la loca idea de comprarme la empresa con un grupo de amigos y después ya nos compramos Plasmar”, asegura.
Además, las puertas que le abrió La Paz también le permitieron invertir en petróleo, a pesar de que un expresidente le advirtió que “sus bolsillos no eran lo suficientemente hondos”. Y, “tenía razón”, admite.
“Ahí es donde decidí vender mis acciones, porque tuvimos la suerte de encontrar gas y había que invertir muchísimo”, asegura.
Hoy, Tadic está seguro que nunca más abandonará a la ciudad de La Paz, pues la considera como una ciudad “muy especial”.
Él resalta que lo que más le gusta de esta ciudad es la zona de Río Abajo, pues “por carretera asfal-tada en media hora y sin cruzar cordillera estás a la altura, con el clima y las frutas de Cochabamba”.
El Conejo Arce, el símbolo de la Academia
Desde que llegó a La Paz para defender la camiseta de Bolívar, el año 2012, Juan Carlos Arce Hayes se ha convertido en un símbolo de la hinchada celeste. A cuenta de goles, sacrificio, velocidad y talento, el “Conejo” -cómo se lo apoda- se ha metido en el corazón de los bolivaristas.
Es difícil olvidar el gol que convirtió a Lanús por el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores de América (2014).
El tanto que marcó el “Conejo” al minuto 89 del partido en el arco norte del Hernando Siles fue el que clasificó a Bolívar a las semifinales de dicha competencia. El gol más importante de su carrera, según sus propias palabras.
Arce nació en Santa Cruz el 27 de diciembre de 1985 y se formó en la Academia Tahuichi. Vivió lo mejor de su carrera futbolística en La Paz, ciudad donde radica hace más de tres años y se siente querido por la gente.
“Lo más importante para un jugador es quedarse donde te quieren. Me encuentro muy tranquilo y estoy contento de estar en Bolívar”, asegura el delantero.
Por el momento, Arce no tiene pensado cambiar de equipo. Asegura que seguirá “dando todo por la celeste que me ha dado mucho”.
Como todo buen futbolista, lo que más resalta de la ciudad es el cariño y la fidelidad de la hinchada celeste, que lo ha acompañado en los buenos y en los malos momentos. El delantero cruceño destaca que jugar en Bolívar, uno de los clubes más importantes del país y del continente, es uno de los pasos “más importantes de mi carrera”.
“Me siento honrado de poder seguir vistiendo la casaca de Bolívar”, aseguró el “Conejo”.
Hablar de la ciudad de La Paz siempre tiene un sabor especial para Rodrigo Ramallo, el actual goleador atigrado. El delantero cruceño llegó a La Paz por consejo de su padre, William, quien le dijo que en la Sede de Gobierno podría cumplir su sueño de debutar en primera división.
Fue así que el año 2009 llegó a La Paz para probarse en The Strongest, uno de los clubes más importantes del país. “Por aquel entonces era entrenador Sandro Coelho. Recuerdo bien que los inicios fueron complicados, era adolescente, con el transcurrir de los días mejoré mucho y aprendí muchas cosas”, asegura.
Fue dos años después que tuvo la oportunidad de debutar con la casaca atigrada. Néstor Craviotto fue el que le dio su primera oportunidad.
Rodrigo Luis Ramallo Cornejo nació el 14 de octubre de 1990 en Santa Cruz. Llegó a The Strongest en la temporada 2009-2010, y hoy se consolida como uno de los jugadores más importantes del Tigre. Es uno de los goleadores del torneo y ya tuvo oportunidades en la Selección.
El hábil delantero cruceño asegura que estar en La Paz le ayudó a madurar como persona y también como jugador. Ramallo asegura que su llegada a La Paz y al Tigre le ayudó a tener más disciplina. “Siendo jugador hay que tomar en cuenta que la disciplina es muy importante dentro y fuera de la cancha, luego la amistad y el compromiso”.
Además, resalta que es un “atigrado de corazón” ya que fue esta institución la que la vio crecer. Asegura tener un gran respeto por la hinchada stronguista, a la que considera la mejor del país.
La primera vez que Omar Baldivieso Segovia -fundador, violinista y la voz del grupo tarijeño Los Ca-narios del Chaco-, vino a La Paz fue el 9 de enero de 1978, cuando solo tenía 16 años de edad.
En ese tiempo, el músico tarijeño tenía un sueño: grabar un álbum de estudio con el grupo que él, junto a su hermano y amigos, habían formado. “Los Canarios del Chaco ya existían, pero no había-mos grabado nada”, recuerda.
Su primera presentación en La Paz fue en la afamada Peña Naira, y el 16 de enero de ese año entraban a un estudio de grabación.
Fue a partir de ese momento que Omar decidió dar a conocer la vida de los Canarios del Chaco y, sobre todo, difundir la música chaqueña. “En La Paz y en el país no se conocía que había la zona del chacho, su única referencia era la Guerra”, asegura.
Es así que en 1981, después de regresar a Yacuiba y entrar al cuartel, decide vivir en tierra paceña. Hoy, 34 años después de su llegada, los Canarios del Chaco son referente de la música tarijeña.
Omar nació el 6 de noviembre de 1961 en San Antonio de La Cueva, provincia 0’Connor, Tarija. Inició estudios de bibliotecología en la UMSA. “Siempre voy a agradecer a La Paz. Nos ha abierto la puerta, lo mejor es cómo nos ha recibido la gente, con mucho cariño y hasta el día de hoy nos sigue de-mostrando eso”, afirma.
El cantante y violinista de los Canarios del Chaco asegura que gracias a La Paz es un hombre realiza-do, con hijos y una esposa paceña.
El resalta que lo que más le gusta de La Paz es la zona de San Pedro, donde ha vivido los últimos 34 años.
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