No se conoce exactamente el origen del término "cuento del tío", pero dice la leyenda que antiguamente una persona a la que llamaban “tío”, viajaba de pueblo en pueblo contando historias falsas a cuanto ingenuo se cruzaba por su camino, logrando conseguir joyas, dinero y otros bienes de forma fácil y tramposa. Independientemente del origen exacto, del citado término, éste es utilizado para referirse a engaños y estafas que realizan personas inescrupulosas para timar a la gente, consiguiendo beneficios ilegalmente.
Con el avance de la tecnología, también las formas de realizar los denominados “cuentos del tío” evolucionaron. Los estafadores se aprovechan de herramientas digitales, como páginas web, mensajería, redes sociales y pagos electrónicos, para realizar sus engaños. Utilizan estos recursos para manipular a las víctimas y obtener información personal o financiera, con la finalidad de conseguir su dinero.
Como en la antigüedad, los estafadores modernos también se acercan a las personas, pero electrónicamente, con el mismo fin, engañar a sus víctimas. Utilizan desde un mensaje de texto enviado a celulares, correos electrónicos, llamadas telefónicas, QR redirigidos, clonación de tarjetas de débito o crédito, aplicaciones que se instalan en celulares, computadoras, manipulación en cajeros automáticos, creación de monedas virtuales, etc. En suma, el modus operandi de los nuevos “cibercuentos del tío” tiene un amplio abanico de posibilidades.
En todas partes del mundo, se encuentra a víctimas de delitos consumados con tecnología digital, personas que perdieron su dinero al haber caído en manos de estafadores cibernéticos. Nuestro país no está exento de esta situación. En los pasados días saltaron a la luz una serie de denuncias de transferencias de fondos fantasmas realizadas en cuentas del sistema financiero, se descubrieron redes de estafadores virtuales y últimamente se denunció extorsiones por créditos otorgados mediante aplicaciones digitales.
Los “cibercuentos del tío” son delitos, por lo que es importante estar atentos y tomar las medidas necesarias para evitar ser víctima de este tipo de estafas basadas en tecnologías de información y comunicación y que, apelando a las emociones de la víctima, como la codicia, el miedo o la compasión logran apropiarse de sus recursos económicos.
Las entidades financieras, en su compromiso por la seguridad de sus clientes, implementan diversas medidas para proteger las operaciones de transferencias de fondos electrónicas. Entre ellas, destacan: el cierre de sesión automático, la desactivación de accesos tras intentos fallidos, la autenticación multifactorial, el cifrado de datos, el uso de tokens o claves dinámicas, las alertas de transacciones y la contratación de seguros. Sin embargo, la responsabilidad de proteger su dinero y datos personales también recae en cada persona, quien debe estar atenta a posibles fraudes y tomar las medidas preventivas necesarias.
Los usuarios de servicios financieros electrónicos deben proteger sus operaciones y considerar que las entidades financieras no contactan a sus clientes por email o teléfono, para solicitar datos personales; deben ser cautelosos en la introducción de información personal en sitios web y en la navegación por internet mediante el uso de redes y dispositivos electrónicos públicos. Asimismo, se debe evitar ingresar a enlaces sospechosos o digitar códigos de seguridad no solicitados en el internet, no usar redes Wi-Fi públicas para realizar operaciones bancarias en línea ni entregar las tarjetas de débito o crédito a terceros, revisar frecuentemente los extractos bancarios y denunciar cualquier actividad sospechosa a la entidad financiera correspondiente. Si no se recibe una respuesta satisfactoria, se tiene la opción de presentar una denuncia en la Defensoría del Consumidor Financiero dependiente de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).
La seguridad financiera es una responsabilidad compartida entre las entidades financieras y sus clientes. Ambas partes deben trabajar en conjunto para proteger el manejo electrónico del dinero y prevenir fraudes. ¡La seguridad es tarea de todos!
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