Hasta el momento las obras complementarias para la habilitación total y definitiva de la Doble Vía El Sillar, el tramo de 30 kilómetros de la carretera Cochabamba Santa Cruz, que salva el lugar geológicamente más complicado de este corredor, han alcanzado el 95% de su ejecución y se estima que en los restantes días del mes de octubre se concluyan.
Hace casi un año la empresa china Sinohydro realizó una entrega provisional de la infraestructura vial que fue afectada por una inusual temporada de lluvias. Los trabajos de rehabilitación de la vía tomaron más de ocho meses porque se dio soluciones estructurales de alta ingeniería, para garantizar que los puntos críticos afectados tengan una durabilidad de varias décadas.
Uno de esos puntos críticos, ubicado a la altura 108 del camino, afectó 60 metros de la vía recién construida por el desplazamiento de 60 mil metros cúbicos de tierra. En este punto Sinohydro, la empresa que construyó la Doble Vía, hizo una intervención estructural para estabilizar la zona.
“El trabajo de estabilización consistió en construir pantallas atirantadas con fundación profunda, luego se realizaron muros de cortina de ocho metros y medio y en el coronamiento de la estructura vamos a utilizar cables de post tensado para darle mayor estabilidad a la plataforma”, explicó José Mollo, ingeniero especialista en estructuras de Sinohydro.
Para este trabajo, la empresa tuvo que realizar análisis de suelos, ensayos de sismicidad y otros estudios geológicos que determinaron la necesidad de plantar pilotes de 33 metros de profundidad (el equivalente a un edificio de 12 pisos) donde pudieron alcanzar suelo rocoso firme.
La inversión hecha por la empresa para dar estabilidad a este tramo de 60 metros, afectado por las lluvias en diciembre del año pasado, fue enorme. Tan solo para los pilotes, distribuidos en 650 metros lineales se utilizaron aproximadamente 1.800 metros cúbicos de hormigón de alta densidad, además de 240 toneladas de acero de refuerzo.
La alta ingeniería, sumada a una importante inversión de recursos por parte de Sinohydro harán que este punto pueda ser transitado sin complicaciones al menos por los próximos 50 años, se aventuran a anticipar los especialistas de la constructora china.
El Sillar, el sector donde se construyó la carretera, representa un enorme desafío para la ingeniería, ya que en él confluyen problemas geológicos como la presencia de una capa de roca meteorizada (fracturada) de aproximadamente 15 metros de profundidad, lo que obliga a asentar segmentos de la plataforma sobre pilotes que penetran hasta 35 metros debajo del suelo chapareño.
La región también tiene el mayor nivel de precipitaciones pluviales, que bordean los seis mil mililitros anuales, cinco veces más que el promedio del país.