Las sorpresas que me depara encontrarme con mi compadre Teo siempre son turbadoras. Así en nuestro último encuentro, me presentó a un joven ingeniero de sistemas que, para ganarse el sustento, práctica la prospectiva, o sea es un analista del conjunto de estudios realizados sobre la economía, la política nacional e internacional, además de explorar todos los sucesos y eventos para predecir lo que puede pasar o no en determinada materia. El desprestigio de los magos exnarcotraficantes en sus vaticinios electorales o las madames que aseguran que con el auxilio de un chamán experto en las siete fumadas poderosas reconquistarán amores perdidos, ha permitido a este pitoniso informático generar una clientela que confía más en las computadoras que en las bolas de cristal, las cartas y los consabidos mates de calzón.
O algunos de los analistas políticos que más bien parecen militantes y sus “análisis” no son otra cosa que campañas para impulsar a sus empleadores o desprestigiar a sus oponentes. Este joven profesional, a través de informaciones que incorpora a la memoria de su impresionante equipo computacional, cuya cabina parece un módulo interespacial en reemplazo de las calaveras, velas y fotografías del Tata Santiago y del compadre Palenque, ha logrado montar un consultorio acorde a los tiempos que vivimos.
Como era de suponer, las consultas amorosas y los problemas económicos son las vertientes más ricas para mantener su consultorio sin necesidad de ponerse turbantes, capas ni anillos como danzarín de kullagua. Intrigados por los rumores sobre una división del oficialismo, cada vez más cercanos a la consolidación en hechos de los mismos, le preguntamos qué pasará antes del 2025, entre otras dudas y posibles circunstancias que solo el azar podrá cambiar. Más o menos estos nos dijo sobre nuestro interrogatorio:
“La oposición es la más interesada en que Evo Morales se postule el 2025, de esa manera los militantes masistas que le echan en cara a Evo su afán de perpetuarse en el poder puedan corroborar otra vez que su error proporcionó en bandeja a sus adversarios los argumentos para que la derecha radical y las logias cruceñas puedan capitanear su caída. Ese grupo crítico está en torno al presidente Arce Catacora y trata de ganar más espacios y, sobre todo conquistar los sectores campesinos originarios que agrupa el vicepresidente Choquehuanca. Así, los evistas llaman “traidores” a los que criticaron la cuarta postulación, mientras que los críticos estigmatizan la forma extraña de entender la lealtad al proceso político y los llaman llunkus. Las subjetividades son múltiples, si bien antes Evo tenía la virtud de unir esa diversidad de marxistas ortodoxos, indianistas indeterministas, tendencias social demócratas y a los oportunistas de siempre sin formación ideológica y menos ética y son los primeros en corromperse, ahora el panorama es otro.
La oposición no tiene argumentos fuertes para criticar al gobierno, sus antecedentes más cercanos que tratan de ocultar de la memoria con el asalto al Estado por parte de la derecha reaccionaria el año 2019, le despoja de autoridad moral, y recurren a la adjetivación y no a propuestas que puedan generar expectativas populares. Especulan que la postulación de Evo les dará la única oportunidad con el fraccionamiento del MAS(IPSP) porque tienen la esperanza de un liderazgo restaurador con Manfred Reyes avalado por Imperio e impulsado por Sánchez Berzaín. Camacho y Mesa no tienen el potencial para aglutinar una fuerza capaz de enfrentarse a un oficialismo unido.
Según las encuestas, Lula puede volver a ser presidente del Brasil, lo que fortalecerá y mejorará la economía boliviana y dejará más huérfana a la derecha pro imperialista de Latinoamérica. Esa perspectiva internacional repercutirá globalmente, habida cuenta que con la guerra de Rusia y Ucrania ha generado una multipolaridad y Bolivia puede aprovechar este momento con la vigorización de sus proyectos del litio. Si el gobierno de Arce logra emplazar una industria en alianza con Chile y Argentina su prestigio subirá y puede ser un aliciente para una re postulación exitosa”.
A estas alturas, la clientela de nuestro pitoniso exigía atención, así que abandonamos su nave y nos fuimos a seguir especulando mientras degustamos un wallake, deporte muy querido por los bolivianos que creemos en todo y en nada al vez.
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