Enero 10, 2025 -H-

Por qué García Linera está equivocado


Jueves 17 de Agosto de 2023, 12:45pm






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En diversos programas de televisión, el exvicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera habló que la denominada Revolución Democrática y Cultural, únicamente puede ser conducida por indios, y en particular por un indio, como el expresidente Evo Morales.

Cuando un periodista -de tantos que lo entrevistaron- le preguntó si podía ser, por ejemplo, quien conduzca las riendas de la revolución el actual vicepresidente, David Choquehuanca (indio, si quieren verlo con esa nomenclatura), Álvaro fue tajante al decir que tiene que ser un indígena que tenga cierta trayectoria política y sindical que es, más o menos, de dónde proviene la fortaleza del denominado Proceso de Cambio.

Después del impasse con Evo, donde incluso llamaron traidor al exvicepresidente García Linera, Álvaro fue más certero al decir que su candidato sería más bien alguien como Evo (no Evo), en este caso, el presidente del Senado, Andrónico Rodríguez.

Fuera de las preferencias electorales del exvicepresidente y de sus análisis políticos, existe en su discurso, una idea subyacente, que Bolivia se encontraría en una coyuntura parecida a la acaecida el año 2005, y que no hubiera existido una revolución en nuestro país, es decir, que no tendríamos las y los bolivianos en nuestra historia los ya casi 20 años de gobierno del MAS-IPSP. En otras palabras, para García Linera, el país sigue siendo el mismo que el año 2005.

Es obvio que una herencia colonial de cientos de años no puede perderse en casi dos décadas de Revolución (el nefasto gobierno de Añez es la prueba evidente que aún existen personajes tan infames en el país que prefieren la colonia y el saqueo a la independencia), sin embargo, también es obvio que el país cambió considerablemente desde que Evo Morales fue presidente el año 2005.

Bolivia, en estos últimos años, tuvo un proceso político de indianización considerable. Si el año 1952 el mestizo-criollo tuvo su propia Revolución Burguesa y Moderna acompañada de las masas obreras y campesinas, el año 2005, podemos hablar que la otra Bolivia, la Bolivia india, tuvo su Revolución Burguesa y Moderna de la mano de las naciones indígenas y campesinas. Fausto Reinaga decía al respecto: “En Bolivia hay dos Bolivias. Una Bolivia mestiza europeizada y otra Bolivia kolla-autóctona. Una Bolivia chola y otra Bolivia india”. Y actualmente, podríamos decir ante los últimos acontecimientos que, el Estado Plurinacional significó la victoria de esta Revolución Burguesa india, y que, abrió el espacio a un nuevo escenario político. Ambas “Bolivias” cumplieron sus respectivas Revoluciones Burguesas, y ahora, se plantean tareas en común, industrialización, por ejemplo.

Vamos por pasos para justificar que la política boliviana se indianizó en estos últimos años:

1. El parlamento está compuesto por 166 asambleístas, sin suplentes, si se hace un cálculo a simple vista en las tres bancadas, sumadas la evista y la masista que andan separadas, al menos 90 asambleístas son indígenas, con rasgos, identidad o idioma, y algunos de ellos ni siquiera son del MAS-IPSP, pertenecen a otras tiendas políticas como Comunidad Ciudadana, es decir, que hay asambleístas indios, que no necesariamente son parte del MAS-IPSP. Lo indio ha superado al MAS-IPSP, ha llegado a ser parte del acervo de la política boliviana.

2. El año 2009 Bolivia tenía 327 municipios, y según Xavier Albó, 187 de ellos eran municipios indígenas. Hoy existen 340 municipios, y al menos, 230 son municipios gobernados por indígenas. Si a esto se añade que no todos los municipios gobernados por indígenas son masistas, reiteramos la hipótesis de que lo indio ha superado la MAS y se ha convertido en parte del acervo de la política boliviana. Ni mencionar los concejos municipales, es muy probable que el dato sea aún mayor.

3. Las Gobernaciones, de 9, La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba son gobernadas por aymaras y quechuas, y eso que en La Paz las elecciones se disputaron entre 3 candidatos aymaras. En las otras gobernaciones la participación indígena disminuye por una cuestión demográfica, pero continua latente, al nivel de que en Santa Cruz la Asamblea Legislativa Departamental pudo ser gobernada por indígenas hace pocos meses tras un problema político interno.

4. En este sentido, la toma de decisiones en el Estado se la realiza en consonancia con el Pacto de Unidad (indígena), y en las oficinas del Estado existe prácticamente una indianización considerable de los espacios de decisión tanto como en mandos medios y técnicos. Muchos de ellos, hijas o hijos de exdirigentes o dirigentes sociales. Hay una generación india que se rescata como tal y que desciende de las luchas indias anteriores, y que las reconoce como propias.

Estos elementos también explicarían sustancialmente por qué el año 2019 ante el golpe de Estado, la gente salió a protestar en defensa del Estado Plurinacional y la Wiphala, no por un apoyo explícito al gobierno del expresidente Evo Morales. Además, explica la caída del apoyo electoral a Evo Morales en los últimos años, pero el apoyo al Estado Plurinacional, en tanto, inclusivo y necesario, se mantiene.

García Linera lee la realidad actual con los visores del año 2005, como si la Revolución Democrática y Cultural no hubiera triunfado en algunos aspectos, fundamentalmente los vinculados a la inclusión y la democracia, y cae en la metafísica fetichista de buscar un Evo Morales en todo momento que vanguardice la revolución como entelequia eterna o platónica, cuando, si vemos el mapa político, es más bien gracias a la Revolución y al liderazgo de Evo Morales que ahora el país ha cambiado; la política se ha indianizado y ahora se presentan nuevos retos que van más allá de un liderazgo estrictamente indígena como certeza de la Revolución.

No se trata de negar el liderazgo de Morales, como algunos masistas desprovistos de formación lo hacen, ni tampoco de enaltecerlo como si no hubiera existido un cambio en el país en los últimos años, sino más bien darle la medida histórica correcta, basada, no en la existencia de un culto a la personalidad fetichista y homogenizador, sino más bien, como un líder político producto de las condiciones históricas y como alguien que dio fruto a la indianización de la política, la cual, García Linera parece no querer verla. Y que fue, también, quien creó las condiciones propicias para que un liderazgo más izquierdista y marxista como el de Luis Arce pueda completar las tareas pendientes de la Revolución como la industrialización.

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