La Paz, 10 de enero (Urgentebo).- Los usos rituales que se realizarán dentro de la festividad de la Alasita en este 2018 ya están protegidos mediante la Ley Municipal Nº 264, que los declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial de La Paz.

El pasado 6 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró también a esta celebración paceña como patrimonio inmaterial de la humanidad con el objetivo de salvaguardar sus prácticas.

La mencionada ley municipal, aprobada por el Legislativo edil el 4 de diciembre de 2017 y promulgada el 11 del mismo mes, señala que estas prácticas se expresan en: el uso ritual y la significación de las illas-ispallas; la ritualidad consistente en la ch’alla, el sahumado, la bendición y el intercambio de las illas-ispallas, realizados en espacios públicos; el uso ritual de la escritura “El Ekeko”, esculpida por Víctor Zapana Serna (considerada una w’aka de la fertilidad).

Se trata de una expresión cultural que consiste en la instalación de una Feria, que es un mercado de miniaturas, juegos, gastronomía, artesanía y otros; donde interactúan los expositores, artesanos y creyentes que compran miniaturas, que mediante un ritual los consideran como iconos de la prosperidad. A la vez, se desarrolla un ambiente de reciprocidad entre los diferentes actores.

Según la tradición, a las 12 del mediodía de cada 24 de enero, las diferentes plazas del municipio donde se instalan feriantes son acudidas por creyentes que adquieren una miniatura como símbolo de aquello que añoran cumplir a lo largo del año.

Según su historia, la Alasita tiene origen precolombino, cuando se lo conocía como “Chhalasita o Chalqasiña”, y se intercambiaban piedrecillas como símbolo de fertilidad y reproducción humana. En ese entonces, la fecha para celebrarla era cada 21 de diciembre (solsticio de verano), durante la colonia, el Gobernador Sebastián Segurola modificó el día al actual, en honor a la Virgen del 24 de Enero.

La concejala Beatriz Álvarez, consideró a esta celebración, como un encuentro donde se concentran una gran cantidad de energía que es aprovechada para que la sociedad pueda alimentarse espiritual y materialmente alrededor del Dios de la Fortuna, como es el Ekeko.

“Se trata de una deidad de la fortuna, alegría, riqueza material espiritual, amor, bienestar familiar, comunal y sexual; cuya caricatura es la miniaturización denominados ‘illas o ispallas’, que son amuletos ancestrales o modernos. Se ofrecen rituales y se ch’alla para darles energía y fuerza, la capacidad de hacer la paz entre los seres humanos, crear esa resiliencia espiritual y material entre el pasado, el presente y el futuro”, dijo.