Marzo 28, 2024 [G]:

Teletrabajo: el otro peldaño del Covid-19

Las grandes marcas, incluso, rotan entre sus empleaos para que una vez a la semana, cumplan trabajo desde el hogar. Por lo tanto, en estos tiempos de emergencia, son los que mejor preparados están, a diferencia de nosotros, que estamos en el punto más bajo de la escalera.


Viernes 27 de Marzo de 2020, 11:30pm






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Sólo en una hora, específicamente a las 16.00 hrs, en Santiago, Chile, se registraron 30 mil reuniones simultáneas con más de 60 mil personas conectadas a esos encuentros laborales a la distancia. Un récord que será parte del antes y el después de la llegada del Covid-19 a nuestra sociedad.

Y muchas de las plataformas como Zoom, por ejemplo, registraron, en el último mes, más de 17 millones de descargas en diferentes dispositivos para estar conectados y atender las tareas de la oficina a la distancia.

Pero para que esto suceda, de manera exitosa, en téminos de infraestructura,  se debe disponer de una serie de factores que permitan este tipo de trabajo como una buena señal de wifi, internet de banda ancha en los hogares, plataformas sólidas y confiables para intercambiar archivos y documentos delicados, crédito digital, megas, redes de fibra óptica y toda una cultura empresarial madura sobre el teletrabajo.

El Covid-19 romperá el trabajo habitual y acostumbrado y, sin duda, marcará el nuevo desafío de las compañías de hacer de esta clase de trabajo una fortaleza y, para ello, deberá redefinir su cultura organizacional. Toda una reingenieria del trabajo.

Bolivia, sin duda alguna, no es la cuna del teletrabajo. A diferencia de Chile y Colombia que son los países paradigma. Las grandes marcas, incluso, rotan entre sus empleaos para que una vez a la semana, cumplan trabajo desde el hogar. Por lo tanto, en estos tiempos de emergencia, son los que mejor preparados están, a diferencia de nosotros, que estamos en el punto más bajo de la escalera.

Y los rendimientos no disminuyen o se generan estropicios laborales. Todo lo contrario. Se aprecia un mayor sentido de responsabilidad. El problema es el espantajo que pueden tener ciertos jefes o líderes de compañías que dudan de la eficiencia de esta clase de medidas en estos tiempos de hiperconectividad.

De hecho, claro está, salvo tareas industriales y de compleja resolución, el teletrabajo se ha convertido casi en una de las primeras alternativas a la que miran las empresas, especialmente, las del sector servicios, cuando tienen que adoptar medidas para prevenir el contagio por coronavirus.

En España apenas un 4,3% de los trabajadores se conecta a distancia para desempeñar su trabajo, según Eurostat. Pero que frente al Covid-19, esta cifra estiman que alcance el 23%. Los países bajos son los que más usan el teletrabajo y generan eficiencias impresionantes, capaces de sacar roncha, al más escéptico de esta forma nueva de trabajar. Baste añadir la reducción de contaminación, de emisión de gases, de la reducción de huellas de carbono, uso o construcción de infraestructuras y un larguísimo etcetera de beneficios.

El teletrabajo es una nueva forma de laburo deseado desde hace mucho tiempo por muchos profesionales, y personas que quieren emprender negocios, pero que hasta ahora las empresas han despreciado, al menos la mayoría de ellas.

El trabajo on line es una forma de organización ocupacional y las empresas en Bolivia no están acostumbradas. En España el 91,4% de hogares tiene acceso a Internet, el 81% posee ordenador y tiene la mejor red de fibra óptica de Europa, con más de 25 millones de hogares con posibilidad de acceder a ella y 10 millones de ellos abonados.

Cifras que comparadas con el país, teniendo en cuenta la diferencia de economías de escala, estamos saliendo de la edad de piedra. Los niveles de penetración de internet en Bolivia no pasa de un digito y el acceso a la nube junto a una calidad de internet (conectividad) es bajísima. Por no decir pobre.

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