Abril 15, 2025 -HC-

Vargas Llosa y su pregunta histórica: ¿Cuándo se jodió el Perú, Zavalita?


Martes 15 de Abril de 2025, 10:15am






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Murió el último premio Nobel de las letras hispanoamericanas; un portentoso novelista y fundador de las letras de oro de nuestro continente: El boom latinoamericano del que formaron parte Gabriel García Márquez, José Donoso, Alejo Carpentier, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Manuel Puig, el uruguayo Juan Carlos Onetti, el paraguayo Augusto Roa Bastos, incluso Alfredo Brice Echenique, unidos todos por una empresaria y editora de Barcelona Carmen Balcells (editorial Seix Barral), que vio el potencial de un nacimiento literario único que cambiaría el eje de la literatura europea hacia la latinoamericana.

Murió a los 89 años en Lima, junto a su familia. Fue el último escritor de habla hispana en ganar el premio Nobel de Literatura, reconocimiento que le fue otorgado en 2010. El motivo fundamental de su literatura siempre fue Perú. De hecho, no creo que un escritor o un intelectual peruano haya escrito y promovido tanto en todo el mundo a ese Perú de los sesenta, setenta y ochenta. Sus ensayos literarios son una roca maciza de intelectualismo y que fija posiciones marcadas contra el comunismo, marxismo y castrismo, pese a que en su juventud fue militante de izquierdas. Su giro intelectual fue brutal y frontal: se peleó con Castro, contra los priistas mexicanos y contra toda la corriente socialista.

Sus obras literarias son un corta aguas en todo sentido. Conversaciones en La Catedral, La Ciudad y los Perros, Pantaleón y las Visitadoras, La Tía Julia y el Escribidor (y la respuesta jugosísima de su tía, precisamente y exesposa Julia Urquidi Lo que Varguitas no escribió); Deicidio, una especie de tesis doctoral sobre la obra literaria de García Márquez, a quien consideraba un escritor apasionado, pero indisciplinado y que, por lo mismo, a su juicio no encajaba en el mote de intelectual. 

De hecho, Jaime Bayly publicó un libro genial sobre esta relación tumultuosa entre Vargas Llosa y García Márquez que gira en torno al mítico puñetazo del escrito peruano al colombiano, supuestamente, por un rumor de fadas: “Los Genios” (editorial Galaxia Gutenberg). Donde, además, pinta al peruano como un dandi nocturno y profusamente mujeriego. Que tan ficción no fue del todo.

Su admiración a García Márquez fue grande y le dedicó, incluso, un libro doctoral “Deicidio” (Alfaguara) donde no esconde su admiración y su entrañable amistad con ese escritor colombiano rumbero, extravagante y, en extremo, tabernario. Uno era oralista y musical y el otro, metódico y casi científico. Eran un espejo literario.

La obra que nos pinta de cuerpo entero a Vargas Llosa es, quizás, “La Orgía Perpetua” (Alfaguara) en la que nos cuenta su enorme complicidad con Gustave Flaubert y su obra “Madame Bobary”. En más de una ocasión – en sus diferentes charlas académicas – no escondía su abierta pasión y enamoramiento por el escritor francés. Incluso llegó a sostener que había leído más de 12 veces dicha novela. Así de grande era su apego emocional y literario.

Cuando cumplió 70 años, le preguntaron – como a todo escritor de reconocida valía, como si se tratara de asimilar todo el intelecto y sabiduría del autor con tan sólo conocer los libros de cabecera - por una lista de libros. Vargas Llosa contestó: "Con todo Borges. Con Cien años de soledad, de García Márquez; con El reino de este mundo, de Carpentier; con muchos cuentos de Cortázar; con La vida breve y con muchos cuentos de Onetti, el escritor que, con la distancia que da el tiempo, vislumbro ahora como el mejor de todos nosotros", sentenció.

Y cuando le retrucaron la pregunta sobre con cuál libro suyo se quedaría, respondió, casi sin dudar, “Conversación en la Catedral”.

Y es en esa obra literaria que quizás, escribió una de las frases más simbólicas que recorrió el mundo y fue pretexto para escribir ensayos políticos, libros, documentos académicos, reportajes, documentales y un millar de artículos de opinión y es la que le atribuye a un personaje (periodista) memorable: “¿En qué momento se jodió el Perú, Zavalita?

Pregunta que no tiene límites ni tiempo perentorio. Y que hoy, más que nunca, cobra vigencia, nuevamente, en nuestro país: ¿En qué momento se jodió Bolivia, Zavalita?

Gracias Mario por tanta literatura maravillosa y, por haber sido, siempre, frontal y por haber sido mi inspiración para ser un pequeño escribidor.

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