26 de julio (Agencias).- Ocho años después de perder las primarias más ajustadas contra un joven senador afroamericano, Hillary Clinton fue elegida este martes como la candidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos. Así es la primera mujer de un partido grande que competirá por la presidencia, después de una reñida disputa en la que tuvo que superar a Bernie Sanders, el viejo senador que atrajo los votos de los jóvenes con su discurso contra la corrupción y la desigualdad.
La ex secretaria de Estado había superado ya el número de votos necesarios para su nominación en el conteo de los delegados de la Convención Demócrata en Filadelfia, cuando el propio Sanders tuvo un detalle muy simbólico con su hasta ahora rival. Al igual que hiciera Clinton en 2008, el senador tomó el micrófono cuando llegó el turno de su estado e invitó a los delegados a aclamar como candidata a su adversaria en un gesto dirigido a poner en escena la unidad de los demócratas después de la tumultuosa primera jornada de la convención.
Sanders se levantó con parsimonia y solicitó a la presidenta de la convención que suspendiera el procedimiento habitual. Recordó que el acta debía reflejar el número de votos de los candidatos pero invitó a sus colegas a declarar a Hillary candidata.
Algunos seguidores de Sanders se opusieron y otros rompieron a llorar. Pero la mayoría aclamaron a la candidata demócrata, que había obtenido los votos de 2,842 delegados por 1,865 de su rival. “Muy orgulloso de ti, Hillary”, tuiteó unos segundos después Bill Clinton, quien se dirige este martes a la convención.
"¿Estamos listos para hacer Historia?" La alcaldesa de Maryland, Stephanie Rawlings-Blake, abrió con esas palabras la votación en la Convención Demócrata de los representantes de los 50 estados y 6 territorios que forman Estados Unidos.
El viaje de Clinton a la nominación a Casa Blanca ha sido mucho más largo que el de Obama. Ha durado 17 años, 5 meses, y 10 días. Ése es el tiempo que ha pasado desde que anunció su interés en convertirse en senadora por el estado de Nueva York, el 16 de febrero de 1999. Clinton fue, además, nombrada oficialmente candidata por su mayor rival en las primarias, el senador por Vermont Bernie Sanders, el máximo representante de la izquierda demócrata, muchos de cuyos miembros se niegan a aceptar la legitimidad de la victoria de Clinton.
El simbólico acto de Sanders es un esfuerzo más del Senado y del Partido Demócrata de escenificar una unidad inexistente. Después de disputar a Clinton las primarias hasta el final, de haberse negado durante semanas a reconocer la victoria de la ex primera dama, y de haber sembrado todo tipo de dudas acerca de la limpieza de las primarias, Sanders se ha encontrado con que el movimiento que ha lanzado le ha devorado.
Aun así, Sanders dejó muy clara su apuesta el lunes, cuando habló ante la Convención en pleno. Y así volvió a exponerlo ayer: su objetivo es que Clinton gane la Presidencia, y "que nuestra campaña haga la transición hacia una organización que anime a los jóvenes a entrar en política. La revolución política ha comenzado".
La alianza entre Hillary y Sanders ha sido muy difícil. Las primarias demócratas se terminaron el pasado 14 de junio. Pero solo el 24 de junio el senador por Vermont dijo que "probablemente" votaría por Clinton. Y fue apenas hace dos semanas cuando respaldó plenamente la candidatura de su rival.
Ha sido un proceso psicológicamente duro para Sanders. Las primarias estadounidenses son inimaginablemente duras -se trata de hacer campaña durante un año, algo que jamás podría imaginar un político europeo acostumbrado a ganar en congresos de partido- que requieren un inmenso gasto de energía física y psicológica.