31 de agosto (Revista Buen Vivir).- La pandemia del coronavirus, no sólo trajo problemas a nivel físico en las personas, sino también mental, por eso la gente comenzó a tener problemas de ansiedad, pánico, depresión y hasta intentos de suicidios; esto ha provocado que incluso aumente el nivel de agresividad en la población.
El psiquiatra del Hospital San Juan de Dios de La Paz, Paul Romero, explicó que la pandemia ha afectado en todos los niveles de la sociedad- entre los que tuvieron la enfermedad y los que no-, debido a los cambios drásticos en el estilo de vida.
“Eso ha generado que las personas tengan grandes factores estresantes (como el hecho de quedarse desempleado, pasar más tiempo en familia o la reducción del contacto social, entre otros), y por eso los seres humanos actúan con sus patrones más primitivos de comportamientos, ya sean aprendidos o heredados. Ante esta situación, hoy por hoy los individuos se volvieron más hostiles, irritables y agresivos”, dijo el también expresidente de la Sociedad Boliviana de Psiquiatría, filial La Paz.
Eso ha modificado mucho el estilo de vida de las personas porque está reflejando el incremento de casos de violencia intradoméstica hacia la pareja, los niños y adolescentes.
Según datos de la Fiscalía General del Estado, desde el 1 de enero hasta el 8 de agosto de este año, en el país se registraron 74 casos de feminicidio, la mayoría (27) se anotaron en La Paz, seguido de Santa Cruz con 14 y luego Cochabamba con 11.
Además, en ese mismo periodo se atendieron 26.696 casos de violencia relacionados con delitos de la Ley 348, Integral para Garantizar a la Mujeres una Vida Libre de Violencia.
Con esa cifra se estima llegar a más de 40 mil denuncias hasta fin de año, lo que muestra que efectivamente hubo un incremento de casos, pues en 2019, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) durante toda la gestión se registraron 37.808 de quejas de maltrato y violencia.
Romero expresó que los profesionales de su área fueron los “testigos” de ese incremento de personas que fueron víctimas de violencia familiar. Pero el profesional aclaró que no es que la Covid-19 haya generado más violencia, sino que “desestructuró la vida de las personas” y eso ha generado mayor estrés en las personas y en ellos no es raro manejar la situación por medio de comportamientos no saludables como el uso de sustancias controladas, el alcohol o ser más agresivos.
Acotó que, “la agresividad” es parte del ser humano, aunque evidentemente la educación, la cultura, ponen parámetros de cuándo la agresividad es vista de forma adecuada y eso se lo permite en el boxeo.
No obstante, sí se puede reducir los niveles de agresividad con habilidades sociales como pedir perdón, ser autocríticos y eso se promueve en algunos sistemas educativos.
Sin embargo, Romero afirmó que “Bolivia es un país machista y eso genera que sea más violento porque los hombres ven a las mujeres como un objeto o serviles”, lo que no es correcto, en consecuencia, es importante iniciar esos cambios a nivel cultural y generacional.