Fue y es una solicitud histórica por parte del Ministerio Público de Argentina en contra de la actual Vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner. Además pide que sea inhabilitada de por vida para ejercer cargos públicos. Un fallo histórico y sin ningún precedente en la historia política de Argentina. Los corruptos tiemblan y remojan sus barbas.
Se la acusa de haber organizado la mayor trama de corrupción en el país trasandino junto a su exesposo y expresidente Néstor Kirchner, en la adjudicación de obras públicas por un monto superior a los 50 mil millones de pesos argentinos o su equivalente en alrededor, de mil millones de dólares en la provincia de Santa Cruz. Solo en una causa judicial de otras que están abiertas en su contra.
El fallo se sustenta en considerarla responsable de una de las maniobras mafiosas más elaboradas y de mayor dolo al Estado, al direccionar obras públicas viales a favor de su secretario personal Lázaro Báez, quien ganó licitaciones que le permitieron hacerse de cerca del 80% de las obras viales de la región de Santa Cruz – al sur de la pampa Argentina - por más de 46.000 millones de pesos.
Según la fiscalía, Néstor y Cristina Kirchner armaron, diseñaron, planificaron y ejecutaron la matriz de corrupción más evidente y gigantesca de dicho país de los últimos 40 años.
Fueron sobreprecios y la adjudicación de obras viales a un secretario privado a quien se le encargó la formación de empresas constructoras para la adjudicación de obras públicas, a pesar de que, obviamente, no tenían la capacidad para afrontar la ejecución de dichos trabajos. El fiscal encargado de la investigación, Diego Luciani se fue con todo y, basado en lo que estipula la ley en dicho país, solicitó de manera oficial que Cristina Kirchner sea condena a una pena de prisión efectiva de 12 años de prisión al acusarla de ser jefa de una asociación ilícita agravada por su calidad de jefa y de administración fraudulenta agravada por su condición de funcionaria pública, en concurso real.
Luciani afirmó que hubo licitaciones fraguadas en las que competían entre sí distintas compañías de Báez, que solo cumplió a tiempo con dos de las 51 obras que se le adjudicaron y 24 nunca las terminó.
12 años de codicia, robo a destajo, descarado e insultante para un país que, históricamente, se lo consideró uno de los más fuertes en la región y que en su momento se lo conoció como el granero del mundo.
El Kirchnerismo junto con el peronismo fueron las dos grandes desgracias políticas y populistas que anclaron a un país en la corrupción y el saqueo desaforado de las arcas públicas. Este desfalco grosero y sin sentido de los Kirchner son un atentado contra el bienestar de un país, contra las políticas serias de luchar contra la pobreza, contra los argentinos de a pie que luchan cada día con su trabajo digno y honesto, contra una sociedad golpeada por la inflación y las malas políticas económicas de gobiernos populistas que tanto daño le hacen a la región.
Jorge Lanata, destacado periodista argentino en su programa diario en Radio Mitre no se guardó nada: “La Justicia está haciendo lo que hay que hacer. Era importante lo que estaba haciendo Luciani en la primera audiencia. Dio una sensación de ‘por fin alguien agarró y dijo lo que había que decir. No tengamos miedo porque si no este país no se va a poder construir nunca”, cierto, muy cierto.
El fiscal Luciani amarró mucho más la soga al sostener que desde su rol como jefa de la organización del Kirchnerismo, Cristina alimentó, fomentó y mejoró un mecanismo de corrupción institucional durante 12 años. Aclaró, eso sí, que la estructura la montó su esposo, Néstor Kirchner, cuando se aseguró de convertir a su exsecretario personal, sin ninguna experiencia en la construcción, en el contratista al que le iban a dar la obra pública santacruceña por miles de millones de pesos.
Qué puede pasar ahora. De acuerdo con la legislación argentina, pasados los 70 años, tiene derecho a una serie de atenuantes que podrían beneficiarla, ya que El 19 de febrero próximo Cristina Kirchner cumplirá dicha edad. Pero no sólo eso, sino que, además, para ser detenida efectivamente debería ser destituida de su cargo. Algo que jamás ocurrió en la historia política Argentina y que el Senado trasandino, por la mayoría kirchnerista, no daría curso. Las cartas están echadas y la corruptela quedó en evidencia. ¿Habrá un falló similar en Bolivia alguna vez? La esperanza es lo último que se pierde.
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