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Quya Reyna: 'El Alto ya no es el patio trasero de La Paz y puede ser la capital tecnológica'


Viernes 17 de Marzo de 2023, 7:00pm






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La Paz, 17 de marzo (Eva Yapura Velasquez, Urgente.bo).- “El Alto puede ser la capital tecnológica y moderna del país. (…) Esta ciudad ya no es el patio trasero de La Paz, es la capital aymara, es la capital de Los Andes, incluso de Puno y Juliaca. Los peruanos la ven como una potente capital, porque genera una conexión importante”. Así Quya Reina, una joven intelectual alteña, a la ciudad que este mes cumple 38 años de haber sido declarado municipio.

Reyna Maribel Suñagua Copa nació en El Alto en febrero de 1995. La joven escritora y futura periodista se ha convertido en líder de opinión pública de las nuevas generaciones alteñas. Con voz propia y libre, Quya Reina destaca el poder transformador de los aymaras, la energía potente de los jóvenes y la vocación que podría tener esta ciudad, si el Estado sintoniza con el talento y la capacidad de los alteños.

“Yo pienso que El Alto tiene que ser una ciudad moderna y tecnológica, Santa Cruz es el rezago de lo que se creó antes. Santa Cruz tiene la economía, La Paz sobrevive porque es capital y no tiene muchas formas de ingreso, pero los alteños no son oficinistas. El Alto ya no es el patio trasero de La Paz; de hecho, en la pandemia dijeron que no bajen los de El Alto, que traerán el coronavirus”, sostiene la joven intelectual.

Ella es una mujer sencilla y con poderosos argumentos. Relata que en la infancia, como muchos de su generación, sufrió hambre y hoy aprecia el sacrificio de sus padres, Adela Copa y Filomeno Suñagua, por salir adelante. Ambos son sus pilares. El análisis de su padre la llevó a comprender el entorno económico en el que estaba y la inteligencia de su madre la ayudó a ver la influencia política de esa época.  “En mi libro “Los hijos de Goni” muchos de los personajes están plasmados en mi familia, principalmente en mi mamá y mi papá”, expresó con una sonrisa.

CONTRA LOS ESTIGMAS

Quya Reina lamenta que hasta el día de hoy El Alto sufre de una alta estigmatización social y económica. El resto del país ve a la población alteña a partir de una “realidad no vigente”, y ella destaca que los aymaras se encargan de romper con estos mitos por la capacidad que tienen.  Una muestra de ello son los cholets, edificaciones que dejaron atrás los estilos coloniales y ponen en evidencia que los vecinos alteños no están sujetos a “culturas determinadas.

“Ellos son la muestra de que la cultura no se queda estática. Nunca te has podido imaginar la cara de un transformer en una casa aymara y es que las decoraciones interiores se exteriorizaron”, apunta. En su entender, el estilo que se impone en la arquitectura andina, es otra expresión de cómo los aymaras ven y entienden su entorno social y su capacidad económica. No hay que olvidar que en un cholet, hay espacio suficiente para un salón de eventos, tiendas, espacios deportivos y el espacio para la familia.

La educación es otro punto que, según la intelectual, no bien entendida por las autoridades, lo que se convierte en un freno para una ciudad en crecimiento. “Si el Estado entendiera al El Alto como un potencial para el cambio no seguiría diseñando universidades con carreras relacionadas con la agricultura, por ejemplo, estaría entendiendo que muchos aymaras quieren crecer en las urbes. Entonces, se crearían universidades tecnológicas, incluso, los aymaras podrían crear universidades de otro tipo para ellos y el resto”, expresó.

Y el germen de ese cambio es la misma familia, donde antes las aspiraciones apuntaban a que los hijos sean policía o maestra, lo cual, no está mal, pero es que los jóvenes ya se han fijado mayores exigencias académicas. Ella destaca que hay jóvenes alteños que ya dieron alegrías en el campo de la robótica, el arte o la arquitectura y apunta que la mayoría no busca carreras relacionadas con la agricultura. “Incluso en las nuevas generaciones hay quienes pueden manejar el país”, dijo Quya.

¿LOS AYMARAS SON SOCIALISTAS?

La economía de El Alto crece y llama la atención del país entero. No hay que olvidar que El Alto tiene apenas 38 años y su población ha logrado grandes cambios. Hoy existen grandes necesidades, pero también hay beneficios. Es el resultado del poder que tienen los aymaras para romper mitos.

¿Por qué ocurre esto? “Porque los aymaras no son socialistas, no son de izquierda, ellos son capitalistas, acumulan; se basan en el capital y en el mercado. Los aymaras han podido posicionarse dentro de la burguesía, eso es importante, porque antes tú veías solo burguesía blanca con copas celebrando, ahora no”, enfatizó.

LA VISIÓN DE EL ALTO

¿Cuál es el futuro de la ciudad más joven? La analista dice que El Alto, cumple casi con todas las condiciones, para ser la ciudad más moderna y tecnológica del país; pero lo que falta es que “los qamiris (los ricos alteños) deben pensar que hacer con ese dinero”. Para ella, un punto importante es que mientras las otras ciudades están cumpliendo sus ciclos históricos, la urbe alteña está en pleno desarrollo.

“Santa Cruz es lo que se creó antes, La Paz es el resultado de la colonia como poder político, Sucre ya fue, Oruro perdió el poder de ser el lugar donde se recibe las exportaciones, muchos se han quedado en la herencia colonial y no está mal, fueron importantes en su momento. (En cambio) El Alto puede ser la capital tecnológica que genera los recursos humanos más importantes del país. A partir de su gente puede serlo”, expresó.

CONTRA LOS MITOS

Como otros entrevistados por El Compadre, Quya Reina afirma que el papel geográfico de El Alto en el país es fundamental. “No es una ciudad que tiene que comerse a sí misma. Tiene un vínculo importante con Oruro, Potosí, con el resto del país. Tiene que ser la raíz, y por eso, El Alto debe tener un proyecto del país.

Desde su nacimiento, las organizaciones sociales, antes llamadas fuerzas vivas, fueron vitales para El Alto, pero hoy debe cumplir otro papel, porque esta ciudad debe progresar y para aquello no solo requiere del concurso de los dirigentes, sino también de escritores, intelectuales, políticos que sintonicen más con las necesidades y sueños de esta ciudad, porque “El Alto está en constante ascenso y para eso rompe muchos mitos”, precisó.

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