Ella asiste con prisa a los músicos agotados por varias horas de insuflar aire en los bronces de los saxofones. Tiene una botella de agua a mano o caramelos para devolver las energías al agotado esposo y los hijos convertidos en líderes de la banda musical callejera animadora de una comparsa de festivos danzarines en un pueblo lejano.
Es Nelly Ojopi Pinto (Magdalena, Beni, (1967), la mujer detrás de la fama artística de Américo Estevez (“Saxoman”) y de sus hijos David y Gabriel, “Los Casanovas”. De ella se dice poco porque los varones del hogar son protagonistas del show callejero, de la animación de una comparsa en una festividad religiosa, o de una actuación en estudios de televisión. Sus amores son personajes urbanos de este siglo.
Mientras Américo, conocido en La Paz por su nombre artístico “Saxoman”, repasa canciones populares acompañado de una pista musical de fondo, en los mediodías de intenso sol en las calles paceñas, y con una gorra extendida como invitación a la generosidad monetaria de la gente, Ojopi acompaña silenciosa y de pie a prudente distancia.
Es la compañera que por años ha cargado los instrumentos musicales, los parlantes portátiles adaptados para amplificar el sonido en medio de multitudes, o simplemente llevó el agua que alivió la sed de los músicos.
Pasa desapercibida porque Américo es el ‘showman’, el saxofonista heredero de una familia dedicada a la música popular y que puede improvisar melodías, acompañar a cantantes de experiencia, adaptarse a las escalas de las canciones o simplemente improvisar melodías del rock and roll, de rodillas o tendido de espaldas. El aplauso es su premio.
De fino sazón en la cocina para preparar un exquisito ají de fideos y arvejas, o un humilde refresco de duraznos secos, la valiente mujer desafía a las carencias con otra habilidad manual: las confecciones.
Reúne varias cualidades, tantas que en alguna oportunidad y con la precisión de costurera fabricó la zapatilla del orificio que produce el sonido agudo de un saxo alto. Y pudo siempre más.
En med
o de una encendida disputa de los músicos, su serenidad y alma materna concilió esas disputas que rompen las formas de convivencia familiar, y escondiendo la tristeza y lágrimas siguió guiando al ‘clan’ para que la música continúe.La fama, las luces, la música y los ambientes festivos que rodean a “Los Casanovas”, no serían posible sin ella armonizando tiempos, diferencias, ideas y preparando el vestuario de lentejuelas y fantasías de sus artistas del hogar.
Hoy, está postrada en una cama de un hospital municipal y con ello el motor que impulsa a una familia de músicos hace una pausa, y a la espera de la solidaridad de las personas que no la conocen, o la ven hoy por los carteles preparados con urgencia por los hijos para solicitar una donación.
Quienes deseen colaborar a la recuperación de la señora Nelly, pueden llamar a Américo Estevez (Saxoman) para contribuir con un monto económico. Su número de teléfono celular es el 75876200.
@franzchavez
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