24 de enero (Periodiquito de Alasita, El Compadrito).- La Bolivianita era un mercado popular, en el que mucha gente confiaba. No se sabe por qué, pero allí había movimiento. La gente sacaba el dinero de sus colchones para hacer ventas y compras. Pero desde hace un par de años parece un tambo olvidado, donde escasean los productos y los pocos que hay cuestan más que tomate diamantino.
Este mercado popular ya no tiene maestra mayor. Bueno, lo tiene, pero es como si no hubiera. Ningún cliente quiere ir a ese lugar porque no tiene los productos básicos y las caseras no tienen cambio para devolver en dólares.
Doña Luchita es la maestra mayor del mercado que no escucha a sus bases ni a nadie. Ella dice que todo está bien pero en este abasto no hay abarrotes (arroz, azúcar, aceite) y la carne es tan cara como el tomate.
Mientras tanto, la maestra mayor se pasea por el mercado como si fuera la reina. Asegura que los precios no han subido, que todo está en la cabeza de sus competidoras, en especial la Evarista, que quiera que se retire y que deje el mando. Para aquello, se ha puesto de acuerdo con los encargados de limpieza, para que la Lucha se tropiece a cada paso.
La casera Justa, comerciante de carne, y Doña Tuta del sector verdulero están buscando apoyos para quitarle el trono. Ambos promueven un nuevo liderazgo para sacar a la Luchita.
Doña Tuta consiguió apoyo de las cocineras para derrotar a doña Lucha, pero las bases continúan confundidas y no saben a quién apoyar, solo buscan a un “héroe” que las libere de estos días de terror y de bolsillos vacíos.
En una esquina del mercado estaba Androquin, preocupado por las bajas ventas de sus tostados y mates de coca. No quería meterse en líos de dirigencias; después de todo, prefería confiar en su suerte. Pero un día, en una reunión, alguien dijo: “¡Que Androquin sea nuestro Maestro Mayor”.
Muchas caseritas apoyaron la idea y empezaron a clamar su nombre, pero a Androquin quedó sorprendido y cuando fue vitoreado se sonrojó más que un tomate maduro. ¡Era como si le hubieran propuesto matrimonio las k’achamozas del mercado!
Androquin se acercó a la mesa principal y dijo: “Gracias, pero prefiero quedarme en las sombras porque no tengo ni idea de cómo sacar al mercado adelante”.
A cinco días de la elección, solo había tres opciones: Luchita, Justa y Tuta. Era como elegir entre tres sabores de helado derretido. Sin embargo, las vendedoras de juguetes decidieron entrar al juego y eligieron al hijo de Doña Juana, la que vende aceite. El chico era más astuto que un zorro con gafas y sabía cómo atraer inversores.
Así que ahí estaba él, el rescatista del mercado, sin haber hecho campaña ni nada. ¿Será el elegido? En cualquier caso, lo único claro es que el Mercado la Bolivianita necesita un héroe.
El próximo 24 de enero se realizará las elecciones en el mercado, elecciones que definirán el destino de las caseritas.
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