24 de enero (Periodiquito de Alasita, El Compadrito).- Vestido de blanco, como expresión de su mayor inocencia e ingenuidad, con un peinado juvenil y su poncho de artista, el Chavorruco Hermoza nuevamente hizo su paso hacia el altar para dar el SÍ a su hermosa y joven novia. El apenas tiene 64 y ella desbordantes 25. Ambos pusieron en aprietos a aquella composición del Príncipe de la canción, José José: 40 y 20.
Otros chavorrucos aprendices del gran jefe, con sus pañuelos blancos en mano, lloraban de emoción al ver el paso de Emercindo, pues creían que a las 65 primaveras resultaba un crimen contraer nupcias, eso habían aprendido en sus largas charlas sobre el amor y cómo mantener la figura rejuvenecida con una dosis de colágeno. Pero su líder demostraba que todo es posible.
Luego de dar el SÍ, todos acompañaron a Emercindo para participar del gran pachangón totalmente privado y al aire libre, para que la prensa no siga el evento: bajaron de sus vehículos los de siempre, el compadre Edwin Veintellanos llegó con un grupo musical cochalo. “Es mi ayni, estoy devolviendo a mi compadre”, dijo.
En otro lujoso vehículo de color rosa, bajó Evilla Copilla acompañada de un joven enmascarado que vestía un traje deslumbrante. “¿Ken será, ken será?, murmuraban los invitados, mientras ella ignoraba los comentarios sobre las joyas y el vehículo de alta gama.
Llegado el momento del brindis, Evilla, la aprendiz número uno de Emercindo, pidió la palabra para agradecer los saberes transferidos en este tiempo de enseñanza y con enorme sinceridad dijo: “El amor no tiene barreras de edad”.
“Gracias, hermano Chavorruco”, le dijo, “contigo aprendí que el amor no tiene fronteras ni edades y que siempre se puede enamorar a un hombre, sea ken sea”, dijo entre lágrimas y agradecimientos, mientras recibía el cetro de poder para amenizar las fiestas que desee en la población la que es dueña y señora.
El Evito, quien se había autoinvitado a la boda del Cholero Veintellanos, no pudo asistir a la sonada boda, se dispensó del evento por algunas marchas que planificaba con la participación de algunas de sus suegras, casi todas menores que él.
En el acto central, un grupo sorpresa, regalo del Veintellanos, deslumbró a las jovencitas de la fiesta, eran “Los Llokallitos y el siempre joven WilWil” con sus mejores éxitos para ponerle “sabor sabor a los pasaditos calientes”.
Ese WilWil es un experto en el chavorruqueo, conquistador de mujeres por sus ojitos chinitos y su dulce voz de cumbiero. Gracias a una serie de rituales mantuvo su juventud y ahora piensa en casarse el 2026, y sumarse al boyante club.
Casi a las 21:00, el club de los chavorrucos decidió descansar, porque los pies no les daban más para continuar con el baile. El grupo de las jovencitas decidió quedarse a continuar con los llokallitos y WilWil hasta el amanecer.
Al día siguiente, el Chavorruco Hermoza despertó con millones de llamadas pues todo el mundo se había enterado de su boda súper secreta, ¿quién filtró la información?,. se preguntó.
No pues, el acompañante de la Evilla, era un pikpoker conocido nomás por sus tierras. Él transmitió el evento en vivo para sus seguidores y desató fuertes críticas y halagos para los chavorrucos.
Aunque, cuando le preguntaron a ese tiktoker cómo había llegado a esa boda, él afirmó: "A mí me contrataron para trabajar, así llegué al lugar, no tengo relación con ninguno de ellos, pero fija transmito la próxima boda”.
///
