Noviembre 30, 2024 -H-

Chile lidera en el mercado mundial del litio y Bolivia aún no pasa del proyecto

El experto boliviano da cifras sobre cómo Chile está logrando una mayor participación en el mercado mundial del litio y que atrae el interés de inversionistas privados. En cambio, Bolivia aún se encuentra en el proceso de encontrar expresiones de interés para el proyecto que se busca levantar en Potosí.


Domingo 25 de Junio de 2017, 10:30am






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Camiones de la transnacional Albermale en uno de los proyectos de carbonato de litio que ejecuta en Chile

La Paz, 25 de junio (Urgentebo.com).- Mientras Bolivia aún no ha logrado encaminar el proyecto final para la explotación industrial del litio en Potosí, Chile ya tiene la mayor participación en el mercado mundial de carbonato de litio, según se puede concluir de una entrevista que el periódico digital Urgentebo.com le hizo al especialista Juan Carlos Zuleta Calderón.

“En términos porcentuales, Chile tendría una participación en el mercado del 33%, mientras que Argentina sólo llegaría al 16%”, dice Zuleta Calderón es uno de los analistas del sector más requeridos en la región. En esta entrevista, el experto boliviano da a conocer cifras que muestran que las iniciativas empresariales en Chile tienen mejor resultados que las que están en marcha en Argentina.

Esta parte del planeta, conformada por Argentina, Bolivia y Chile, cuenta con la mayor reserva de litio en el mundo. Zuleta informa que, a pesar de la cerrazón informativa, ha llegado a conocer que al momento de lanzar la primera convocatoria a expresiones de interés para la construcción de la planta industrial de carbonato de litio, la exGerencia Nacional de Recursos Evaporíticos no contaba aún con el proyecto a diseño final de la planta de industrialización, con la que buscaba atraer el interés de los inversionistas.

Esta es la entrevista que publicamos en nuestra edición dominical:

Al momento, ¿cómo se encuentra la oferta de litio, en sus diferentes condiciones, ante la demanda mundial?

De acuerdo con los últimos datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (SGEU), en 2016, la oferta de carbonato de litio equivalente (CLE) habría alcanzado a 192.553 toneladas métricas (TM), en tanto que la demanda habría llegado a 201.203 TM. Este desbalance entre oferta y demanda explicaría el incremento de precios del compuesto, particularmente en el mercado “spot” de China, donde el año pasado la tonelada métrica de carbonato de litio se habría cotizado a más de 24.800 dólares.  

¿Es el déficit en la demanda lo que está provocando los altos precios para los derivados del litio?

Todo lo contrario.  En realidad, el déficit de la oferta junto con un exceso de demanda estaría explicando el actual incremento de precios del compuesto.

The Economist afirma que hay una batalla por liderar el triángulo del litio, ¿está de acuerdo con ese enfoque, si hace un análisis desde el lado boliviano?

Yo diría que la batalla por liderar el triángulo del litio se estaría dando en este momento solamente entre Chile y Argentina debido a que Bolivia aún no habría ingresado al mercado.  

¿Cuáles son las razones por las que hasta ahora no toma cuerpo el proyecto boliviano del litio?

Como he mencionado en otras entrevistas a diferentes medios de comunicación, los principales problemas que enfrenta el proyecto boliviano del litio tienen que ver con la ausencia de recursos humanos calificados y tecnología relacionada con el aprovechamiento e industrialización del litio en Bolivia. A pesar de haber transcurrido más de 9 años desde el inicio de este importante proyecto, además del gasto de varios cientos de millones de dólares,  todo parece indicar que estos problemas no han encontrado hasta el presente una solución satisfactoria. 

¿Cuáles son las ventajas del enfoque boliviano para explotar e industrializar el litio, a pesar de su rezago?

Cuando en octubre de 2010 el gobierno nacional lanzó su mal llamada estrategia de industrialización del litio, yo fui uno de sus principales críticos. En ese entonces sostuve: “Aquí queremos reinventar la rueda y eso va a tomar mucho tiempo, estamos eligiendo el camino más largo, una industrialización que podría quedarse simplemente en buenas intenciones”. Al parecer, no me equivoqué. En este contexto, resulta muy difícil hablar de ventajas del enfoque boliviano. Lo que en su momento hubiera aparecido como una excelente oportunidad para iniciar un proceso de industrialización del país a partir de un mineral tan estratégico como el litio, se habría esfumado porque precisamente no tenía bases sólidas. La experiencia nos ha enseñado que para industrializar algún recurso, resulta necesario primero adquirir la capacidad suficiente para producirlo. Hoy, el gobierno nos quiere convencer de que el proyecto ha avanzado, haciendo referencia, por ejemplo, al proceso de selección de empresas que presentaron en meses pasados expresiones de interés para construir la planta industrial de carbonato de litio en el Salar de Uyuni. Según se ha podido saber, la ex gerencia nacional de recursos evaporíticos (GNRE) habría seleccionado a 10 empresas de las 17 que se presentaron a la segunda convocatoria y se estaría aprestando ahora a invitarlas a remitir sus propuestas técnico-económicas correspondientes. Sin embargo, aún no se conoce mucho sobre el resultado de la consultoría realizada por la empresa alemana K-UTEC para la elaboración del diseño final de la mencionada planta, excepto que finalmente a mediados del mes de mayo de este año habría completado su trabajo, aunque con 9 meses de retraso, lo que confirmaría dos cosas. En primer lugar, que la primera convocatoria a expresiones de interés para la construcción de la planta industrial se habría desarrollado sin contar con el diseño final de la misma. Surgen dudas también en este plano sobre las verdaderas razones por las cuales se declaró desierta dicha convocatoria. Y, en segundo lugar, que la empresa alemana encontró dificultades en la elaboración del diseño final de la planta industrial debido a que el proceso “descubierto” por la ex GNRE no habría podido ser avalado (sin modificaciones) por K-UTEC, obligando a tal empresa a desarrollar un nuevo proceso de extracción de litio. Huelga decir que todo esto pondría en cuestión el desempeño tanto de la ex Dirección Nacional de Recursos Evaporíticos como de la ex GNRE a lo largo de casi una década de actividades financiadas por el Estado boliviano. 

Entre Chile y Argentina ¿qué país produce más y mejor?, ¿qué país logra mejores rendimientos?

De acuerdo con los datos para 2016 proporcionados por el SGEU, las dos empresas de litio que operan en Chile (Albemarle y Sociedad Química de Minerales de Chile - SQM) habrían producido un total de 63.874 TM de CLE, mientras que las otras dos compañías que trabajan en Argentina (FMC Corporation y Orocobre) sólo habrían alcanzado a producir 30.340 TM de CLE. En términos porcentuales, Chile tendría una participación en el mercado del 33%, mientras que Argentina sólo llegaría al 16%. Respecto a los rendimientos, se sabe que el rendimiento de Albemarle y SQM oscilaría entre el 50 y 55%, en tanto que el de FMC Corporation y Orocobre se encontraría por debajo de esos parámetros.

Es cierto que Chile y Argentina buscan atraer nuevas y mayores inversionistas privados, pero ¿no es común denominador que el Estado tenga presencia en este negocio?

Datos recientes indican que Argentina habría logrado comprometer alrededor de 1.500 millones de dólares de inversión para el desarrollo de proyectos de litio durante los próximos años, mientras que Chile sólo habría alcanzado a unos 600 millones de dólares. A la fecha, ni el Estado chileno ni el estado argentino muestran un involucramiento importante en los proyecto de litio en esos países, lo que quiere decir que no es común denominador que el Estado tenga presencia en este negocio.

Considerando los plazos y las dificultades naturales que existen en Bolivia, ¿cuándo cree que se va a poner en marcha este proyecto?

Ahora bien, asumiendo que hasta fin de año se logra adjudicar la construcción de la planta industrial a alguna de las 10 empresas seleccionadas, se puede estimar que tal actividad demorará en el mejor de los casos al menos otros dos años, lo que nos llevaría hasta fines de 2019. Si se tiene en cuenta que podrían surgir en el camino nuevos retrasos, además de que será necesario un período de prueba, podemos animarnos a pronosticar que hacia 2020 la planta industrial podría empezar a producir unas 5.000 TM al año, para luego escalar a unas 15.000 a partir de 2022.  Para 2020, se estima que la demanda global de carbonato de litio se duplicará superando las 400.000 TM al año y para 2022, sumará unas 100.000 TM adicionales. En estas condiciones, Bolivia podría terminar produciendo apenas un 1.25% de la demanda global de CLE en 2020 y sólo un 1% de la misma en 2022. La pregunta que sigue es si con esos porcentajes de producción nuestro país liderará el mercado del litio y fijará los precios del metal más liviano de la tierra, tal como ha señalado nadie menos que el Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia.   

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