La Paz, 26 de febrero (Rosio Flores, Urgentebo).- Poco a poco, la salud de los heridos de las dos explosiones ocurridas durante el Carnaval de Oruro va mejorando. De los 54 registrados en ambos hechos al menos 30 ya fueron dados de alta porque no revestían gravedad. Sin embargo, otros 20 se encuentran recuperando en La Paz y Oruro.
El director del Instituto Nacional de Oftalmología (INO), Joel Moya, lamentó que cinco personas hayan perdido la vista, entre ellas un niño de cinco años, una adolescente de 16 y tres adultos.
“Lamentablemente no se pudo salvar la vista de algunos heridos, cinco personas han perdido uno de los globos oculares, porque el daño que les causó la explosión ocasionó un daño irreversible”, explicó Moya.
Por otra parte, el director del Servicio Departamental de Salud de Oruro (Sedes), Jesús Ignacio, informó que los pacientes que fueron dados de alta son los que presentaban policontusiones traumáticas y solo dos revisten gravedad, uno de ellos tiene una fractura expuesta en el pie izquierdo y otro continúa en terapia intensiva en La Paz. Mientras que una mujer también debe ser intervenida en la urbe paceña debido a un problema en el pie.
El trauma que dejó ambas explosiones en familiares y víctimas se deja percibir en los hospitales paceños. Jhonatan Rocha, es un joven de 25 años que se recupera en la sala 105 del Instituto Nacional de Oftalmología. Su padre, Fernando Rocha, contó que el día del trágico hecho su hijo vendía cerveza.
“Este año, él egresa de la carrera de Ingeniería de Sistemas, aun se recupera de ese trauma, estaba una semana sin decir nada y ahora está recibiendo tratamiento psicológico”, contó entre lágrimas.
Demeteria Massi, tiene 34 años y fue alcanzada por las ondas de la segunda explosión. Ella está a la espera de una cirugía. Su esposo, Demetrio Huacaña y su hijo Ariel de 10 años también están recibiendo tratamiento médico. Lamentablemente su hijo de tres años perdió la vida, aunque ella desconoce del deceso de su pequeño.
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