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Conoce las enfermedades ocultas de los presidentes de EEUU

La realidad es que los políticos esconden sus enfermedades porque son un signo de debilidad a la hora de gobernar un país. En EEUU varios presidentes han escondido sus enfermedades.


Martes 13 de Septiembre de 2016, 9:30am






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Madrid, 13 de septiembre (La Información).- Hillary Clinton, candidata a la Presidencia de Estados Unidos, ha metido miedo en el Partido Demócrata y a muchos americanos. Verla desvanecerse ha causado sensación. Pocas veces se ha visto a un presidente vulnerable a los largo de la historia. El historial médico y las enfermedades (por no hablar de su vida íntima) eran un secreto absoluto.

La realidad es que los políticos esconden sus enfermedades porque son un signo de debilidad a la hora de gobernar un país. En EEUU varios presidentes han escondido sus enfermedades.

Willson, derrames cerebrales... con su mujer en la sombra (1913-1921)

Wilson fue uno de los presidentes que incitaron a la creación de la 25ª enmienda de la Constitución estadounidense, aprobada finalmente en 1967. En ella, se establece que el vicepresidente asumirá el poder en caso de la muerte, renuncia o incapacidad del presidente. Y motivos tenía para pensar que él podría no durar demasiado.

Antes de ser elegido como el 28º presidente de EEUU, Wilson ya había sufrido una serie de derrames cerebrales que llegaron a dejarlo ciego del ojo izquierdo. Ya en el poder, el presidente quedó paralizado de toda la parte izquierda del cuerpo. Se dice que, durante los últimos tres años de mandato, a medida que la salud de Wilson degeneraba, su mujer, Edith, fue quien tomó gran parte de las decisiones presidenciales.

Kennedy tomaba diez medicamentos al día

John Fitzgerald Kennedy tenía 43 años cuando fue elegido presidente de EEUU. Pese a su corta edad y su aspecto saludable y fuerte, JFK y su equipo médico fueron capaces de 'esconder' a la opinión pública sus complejos problemas médicos.

Kennedy sufría la enfermedad de Addison, cuyos síntomas son fatiga, debilidad, anorexia, náuseas, vómitos, pérdida de peso, pigmentación de la piel y de las mucosas, hipotensión e hipoglucemia. Además le diagnosticaron con hipotiroidismo que afecta a la glándula tiroida que no funciona correctamente. En su historia clínica se inscribiría también la larga lista de medicamentos consumidos. Se cree que cada día, ingería diez fármacos distintos. Y tenía muchas dificultades para estar en pie durante un largo período de tiempo.

Roosevelt ¿alguien le vio en su silla de ruedas? (1933-1945)

Otro candidato con serios problemas de salud fue Franklin D Roosevelt. Roosevelt quedó total, y permanentemente, paralítico de cintura para abajo lo que le impidió, por ejemplo, volver a caminar. Todos pensaron que su debilitada carrera política había terminado definitivamente. Pero lo cierto, es que nunca se dio por vencido y se empeñó en superar la enfermedad con distintos tratamientos.

Decidió volver a la política convirtiéndose 7 años más tarde en Gobernador de Nueva York y en 1932, tras derrotar al republicano Hoover, en presidente de los Estados Unidos hasta su muerte. Empleó ciertos trucos ya que pensaba que los efectos de la polio podían interpretarse como signos de debilidad política. De hecho nunca acudió a actos públicos en silla de ruedas, conducía en coches adaptados o unos herrajes le permitían dar sus discurso de pie.

Al final de su vida, el 32º presidente de EEUU también sufrió problemas del corazón y de hipertensión, algo que su médico en la Casa Blanca obvió revelar durante la campaña para su cuarto mandato. Murió en 1945 a causa de una hemorragia cerebral.

Reagan ¿ocultó su Alzheimer?

Ronald Reagan, el que fuera presidente de EEUU entre 1981 y 1989 sufre el mal de Alzheimer. Entre otros problemas de salud, durante sus ocho años en la Casa Blanca lo operaron de cáncer de piel y de colon.

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