19 de febrero (Urgente.bo).- La tortura y el asesinato de la niña Fátima, de siete años, aturde a los mexicanos. Era el 11 de febrero, la pequeña esperaba que su madre llegue a su colegio para recogerla, así como habitualmente lo hacía, pero ella llegó 15 minutos tarde, ese tiempo fue suficiente para que una mujer, identificada por autoridades mexicanas como Gladis Giovana Cruz Hernández, con engaños tomara de la mano a la menor y se la llevara caminando por varias cuadras.
Una cámara de seguridad captó el momento en el que la mujer abordó a la niña y se la llevó. Las demás cámaras instaladas en el recorrido que habrían hecho no funcionaban, situación que dificultó a la Policía mexicana a rescatar a Fátima.
Desde ese momento, nadie supo del paradero de la niña hasta después de seis días. Muerta, desnuda y con signos de haber sufrido tortura, envuelta en bolsas plásticas, así fue encontrada la pequeña Fátima a unos metros de su colegio y a unas calles de su casa, ubicado en el barrio de Tulyehualco en el sur de Ciudad de México.
La madre acusa a las autoridades mexicanas por la muerte de su nena, porque pudo haber sido encontrada con vida si la Policía iniciaba de inmediato su búsqueda, sin esperar las 24 horas que se pide que pase para admitir la denuncia de un caso de desaparición.
Este caso se ha convertido en el último símbolo de indignación de un país que cada día rompe los récords de la tragedia. En México mueren asesinadas 10 mujeres al día y, en total, hay más de 90 homicidios en 24 horas.
Tras el brutal asesinato de Fátima, el pasado lunes, la Fiscalía mexicana ofreció unos $us 107.750 a quien proporcione datos sobre el paradero sobre la mujer que raptó a la niña o sobre sus asesinos.
El crimen de Fátima ha escandalizado a un país acostumbrado en los últimos años a desayunar con las noticias más crueles.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, calificó este lunes la actuación en el caso como una “cadena de negligencias institucionales”.
