Mayo 02, 2024 [G]:

El movimiento sinfónico de El Alto rompe las fronteras y cosecha aplausos

En febrero del 2003, cuando, durante la huelga que realizó la Policía Boliviana, una turba atacó el edificio de la Alcaldía y prendió fuego al lugar donde se encontraban los instrumentos musicales, se inició la historia de un movimiento que años después cosecha incluso fuera de nuestras fronteras.


Viernes 10 de Marzo de 2017, 1:15pm






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El Alto, 10 de marzo (Urgentebo).- "El Alto se ha convertido en un productor de músicos por excelencia”, afirma el director ejecutivo del Movimiento Sinfónico, Juan José Choque,  uno de los pocos y mejores contrabajistas de esta urbe. Su historia como la de muchos es singular, pues aprendió sobre música clásica cuando tenía poco más de 20 años, mientras trabajaba en la Escuela Municipal de Arte creada en el 2001. “Ni siquiera salíamos a almorzar por practicar”, cuenta Choque.

Este fue el inicio de muchas experiencias, algunas más alegres que otras. Una de ellas ocurrió en febrero del 2003, cuando, durante la huelga que realizó la Policía Boliviana, una turba atacó el edificio de la Alcaldía y prendió fuego al lugar donde se encontraban los instrumentos musicales, y otros implementos para los cursos de teatro, como marionetas y escultura. Casi todo se perdió en el incendio, salvo unos cuantos violines y violas que Juan José logró rescatar con ayuda de sus compañeros .

Pasado el conflicto, alumnos y maestros volvieron al lugar donde antes pasaban clases, todo estaba destruido pero los jovenes agarraron sus instrumentos y tocaron solemnemente el Canon en Re mayor de Pachelbel, que sonó majestuso en medio de las cenizas y que hasta hoy es un himno para quienes comenzaron su carrera musical por ese entonces.

“El 2012 tuvimos otro problema por el tema político, puesto que se nombraron directores a dedo”, cuenta Choque, quien junto a otros grandes músicos como Ovidio Alvarado y Nicolo Mayta,  se vieron forzados a abandonar la Escuela de Arte e impulsar un nuevo proyecto de forma independiente. Fue así que se creó el Movimiento Sinfónico de El Alto (MSEA), que actualmente es uno de los máximos exponentes de música sinfónica de la región.

El movimiento está conformado por todos aquellos que el 2001 comenzaron como jóvenes estudiantes y que hoy son docentes con una gran vocación y  beneficia aproximadamente a 300 personas entre jóvenes y niños, varones y mujeres, que están divididos en  la Orquesta Infanto Juvenil Cumbre (niños), Orquesta Juvenil Mundo (jóvenes) y el Coro Musical de El Alto.

Entre ellos se han revelado talentos como Ovidio Alvarado, destacado violista, quien es director de la Orquesta de cámara de la UMSA y ha participado en diferentes eventos internacionales en Venezuela, Chile, Perú y Estados Unidos, entre otros, representando a Bolivia y El Alto.

Ovidio se sintió atraído por la música desde temprana edad y al no encontrar espacios donde estudiar “seriamente”, como dice él, optó por aprender el arte musical de forma autodidacta. “Con mis amigos tocábamos el piano pero sin tener conocimientos musicales o técnicos”, afirma Alvarado.

Apenas salió  del colegio, Ovidio pudo empezar sus estudios en la Escuela Municipal de Arte de forma gratuita y además sin tener que ir más allá de la ciudad donde vivía. “Fue una oportunidad maravillosa ya que en esos años no existían muchas opciones donde se podía estudiar música clásica, solo el Conservatorio”, cuenta.

Posteriormente continuó sus estudios en la Fundación Bolivia Clásica.

 Actualmente Ovidio conforma parte de la Camerata Illimani, que interpreta música latinoamericana y nacional, y tiene un elenco de alta calidad que está compuesta exclusivamente por docentes que enseñan instrumentos clásicos en el MSEA.

“Una de mis mayores satisfacciones fue la de haber encontrado una gran familia. En la Orquesta Municipal de El Alto pude conocer y encontrar amigos que se convirtieron en mis hermanos, era un ambiente hermoso donde todos los estudiantes éramos muy unidos, siempre nos ayudábamos no solo en el aspecto musical”, cuenta Ovidio y agrega que este sentimiento sigue vigente con el proyecto de Orquestas Sinfónicas que conforman el movimiento. “Seguimos cultivando y compartiendo estos valores no solo musicales sino también humanos”, afirma Alvarado.

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