Abril 25, 2024 [G]:

Idiomas e idiotas


Lunes 2 de Mayo de 2016, 6:30pm






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Potosí, 2 de mayo (Juan José Toro).- El pukina fue un idioma prehispánico del que solo quedan rastros toponímicos en parte del área andina de Perú y Bolivia. Es una de las lenguas que desaparecieron por efectos de conquistas y desuso pero no la única. Su desaparición es la evidencia de que los idiomas originarios necesitan ser preservados.

Pero preservar un idioma no significa obligar a su uso porque eso es replicar la conducta de los conquistadores del pasado, incas y españoles, que, cuando tomaban el control de territorios, imponían su idioma por la fuerza. Así fue como el kishwa o quechua llegó al territorio que hoy es Bolivia: se impuso al aimara de los kollas, al pukina de los urus, al kunsa de los chichas, al chui de los chuis y al charka de los charkas.

Y sí… esa ya es una verdad que pocos historiadores discuten: el quechua no es el idioma originario de los actuales bolivianos sino el de sus conquistadores, los incas. Estos llegaron desde el Qusqu o Cusco y primero sometieron a los kollas tras una larga guerra. Una vez que los derrotaron, les impusieron el quechua pero los vencidos se dieron modos para preservar su aimara.

La creencia de que el aimara fue el primer idioma en hablarse en los Andes colapsó ante la evidencia de que hubo lenguas anteriores. Hoy todavía se debate sobre la posibilidad de que los kollas hayan sido los primeros conquistadores en someter a sus vecinos e imponerles su aimara. Esa pudo haber sido la primera gran causa para la desaparición de los idiomas originarios de pueblos preincaicos como lipez, atacamas, killakas y pukwatas. Luego vinieron los incas y los sometieron a ellos, a los kollas. Conquista sobre conquista. Y luego, recién, aparecieron los españoles que sometieron a los incas y les impusieron su español… y su Dios… y sus enfermedades.

Tras conocer estos detalles ignorados de nuestra historia, es lícito preguntarse cuál es, en realidad, el idioma originario de los bolivianos. Para los descendientes de los kollas, los que dominaban el área lacustre del Lago Titikaka, es el aimara pero nadie puede afirmar que antes no hubiesen hablado otra lengua. Las dudas son mayores para descendientes de chichas y charkas. Los primeros identificaron recién su idioma originario, el kunsa, y buscan reivindicarlo, mientras que los segundos, que habitan en parte de los territorios de Cochabamba, Chuquisaca y Potosí, ni siquiera saben cuál es su identidad étnica y están confundidos porque se creen kollas.

En medio de descubrimientos y deliberaciones, resulta no solo ridículo sino hasta estúpido que sea el propio gobierno dizque defensor de lo originario que haya dado pie a una polémica por la exigencia de idiomas maternos para el ejercicio de cargos públicos. Se supone que los del área andina deberían saber quechua o aimara pero nadie dice que estos no son idiomas originarios sino los de los conquistadores del pasado: el quechua es de los incas y el aimara de los kollas. Puede que el aimara sea aceptado, así sea convencionalmente, como el idioma materno del área circundante al Titikaka, que incluye a La Paz, pero… ¿qué deberían hablar los orureños? Los habitantes de Oruro descienden de los urus y estos hablaban pukina.

Entonces no es tan fácil hablar de idiomas originarios. Lo único que tenemos claro es que el español es el idioma que nos impuso el conquistador español pero ese es el que hablamos la mayoría de los bolivianos. Mas aún, es el idioma oficial aquí y en todos los países que fueron conquistados por España pero los otros también son de conquistadores.

Y ahí está la duda: ¿cuál es el segundo idioma que debería hablarse?... ¿el de cuál conquistador?

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.

 

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