Diciembre 24, 2024 -H-

La energía en la economía circular

Costa Rica, sin embargo, lleva la delantera en América Latina en innovar en la generación eléctrica limpia alejada de fósiles.


Lunes 2 de Julio de 2018, 11:00am






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Si bien es cierto América Latina no carga la maldición de China, maldición que es la alta utilización de carbón en su mix de generación eléctrica, no es menos cierto que combustibles fósiles como el petróleo y derivados continúan dominando la porcentualidad de generación eléctrica, siendo el gas natural uno de los más importantes pero las renovables aún con poca incidencia.

En el concepto de economía verde y de economía circular, que es una estrategia para reducir tanto la entrada de los materiales como la producción de desechos, surge el biogás como parte esencial en esa dinámica.

Primero que nada, circunscribamos al biogás en el siguiente marco conceptual: su composición química depende primordialmente de los materiales empleados y la tecnología utilizada para el proceso. Sus principales componentes son metano (CH4, entre 50 a 70%), dióxido de carbono (CO2 entre 30 a 50%) y otros en menores proporciones. Habiendo sido circunscripto a una definición veamos la utilidad del biogás: se puede utilizar para generación de electricidad mediante turbinas, dependiendo el valor energético del biogás, determinado por la concentración de metano, en comparación al gas natural producido vía convencional o shale.

La producción del biogás tiene por fuente la descomposición microbiológica de materia orgánica biodegradable, por ejemplo, el estiércol de la industria ganadera, residuos de cosechas y basura.

La industria de la ganadería puede tener mejores niveles de sostenibilidad financiera implementando herramientas de economía circular: la producción de biogás a partir del estiércol para generación eléctrica para autoconsumo.

Hay algunas experiencias en España y en Argentina que muestran una clara intención del sector privado en invertir en éstas nuevas formas de generación eléctrica reutilizando materiales desechados, con doble intención: bajar costes de consumo de gas natural en generación eléctrica, autogenerar electricidad y reducir elementos contaminantes como residuos.

En todo caso la generación de biogás es una práctica que se enmarca en la generación de energía desde la economía circular que pondrá mucho “verde” en la economía.

El ciclo industrial que se aplica, y debe ser pensado a escala en países de América Latina, empieza con la recolección de materia húmeda (estiércol), para ser tratadas en un biodigestor para generar biogás utilizado, posteriormente, en otra pequeña planta que transformará en energía eléctrica mediante un grupo electrógeno tanto para uso de los industriales ganaderos como para inyectar a la red local los excedentes no utilizados.

A nivel global la corporación Toyota en su esfuerzo en minimizar uso del combustible fósil en su producción anunció que en 2019 el uso del gas licuado del petróleo (en la fábrica de Toyota Material Handling Suecia) será reemplazado por biogás líquido.

Costa Rica, sin embargo, lleva la delantera en América Latina en innovar en la generación eléctrica limpia alejada de fósiles. Ahora hay proyectos en biogás: están trabajando transformar residuos del cultivo de la piña (rastrojo), de manera que permita a productores de piña producir biogás, para abastecer su propio consumo y vender a la red sus excedentes.

Obviamente las cifras de inversión en la instalación de una planta de biogás alimentada con jugo de rastrojo de piña o estiércol aún están por encima de la racionalidad contable, pero no significa que con mejores regulaciones e incentivos fiscales desde el Estado no se puedan mejorar niveles de costes para, en todo caso, seguir empujando ésta economía circular que necesita el concurso del estado estimulando a privados a seguir investigando y reduciendo costes de producción de electricidad.

En todo caso los gobiernos deben redactar legislaciones que vayan en la visión de generar nuevos escenarios en donde haya eficiencia energética: ver mejores combinaciones del mix energético, utilizando el gas natural como un obvio mecanismo de transición y al mismo tiempo atrayendo inversiones en investigación y desarrollo en políticas de economía circular como la producción de biogás.

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