Septiembre 14, 2024 -H-

Las mujeres bolivianas conmemoramos con dolor de parto el aniversario patrio


Lunes 5 de Agosto de 2024, 12:45pm






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6 de agosto 1825 – 2025

En ciernes de la conmemoración del Bicentenario de Bolivia, como fragmento geográfico, resultado del descuartizamiento territorial colonial ejecutado en el Tawantinsuyu, el sur continental que estuvo conducido por la civilización Inkana - Qhichua que la colonia; por la Constitución fundacional de 1826, había nacido un estado nación homogeneizante que negó la diversidad civilizatoria – cultural, obligaba a profesar una sola religión, en el que la ciudadanía era para hombres sin ninguna dependencia y que supiera leer y escribir el idioma impuesto – español, que estuviera casado. Así, lo que podemos interpretar es que nacía una extensión colonial renombrada como república con carácter feudal, patriarcal, colonial y racializada, porque más del 90% de la población estaba conformado por mujeres e indios (hombres y mujeres), ninguno de ellos reunía las condiciones exigidas por normas suprema.

En ese escenario, ver la situación de las mujeres revolucionarias, guerreras, con pensamiento propio y que habían entregado su vida y la de los suyos, como la de Juana Azurduy, me hace imaginar e intentar empatizar con el dolor que debieron sentir en aquellas horas y días como estos agostinos, por la exclusión, por la falta de respeto a su sacrificio y ver que su lucha de cuerpo a cuerpo estaba siendo sepultada, con bombos, tambores, cornetas y platillos de una banda. Los 48 doctorcitos criollos, descendientes de españoles, firmaban la conocida “acta de la independencia”, con la que se imponía la prolongación de una organización geográfica, política, económica, jurídica – justicia y social colonial racista y patriarcal.

Desde 2009, el Estado Plurinacional, que reconoce e incluye a todas y todos, manda a igualar las relaciones, condiciones, derechos y dignidad entre Mujeres y Hombres de acuerdo a los preceptos constitucionales y que no se materializan, por lo que no han cambiado cualitativamente, las brechas de desigualdad y accesibilidad para el ejercicio pleno de derechos, pese a que numéricamente-. Eso sí, se ha facilitado mayor participación en los espacios de decisión – política, en algún momento con el 50 /50 %, porcentaje que ha ido en retroceso, y que a la fecha esa representatividad de la otra mitad de la población Bolivia, se ha reducido al 9% al 2023, hablando de presencia de mujeres en el Legislativo Plurinacional, según el Observatorio de Genero de la Coordinadora de la Mujer, mientras que en los niveles del Órgano Ejecutivo, basta ver las fotografías oficiales en los que se observa, sino, es solo hombres, al menos la mayoría lo son.

Y ¿qué pasa con las mujeres que son parte de las instancias de decisión como electas, designadas y/o delegadas, ¿cuál es su realidad?

Para hallar las respuestas hemos analizado los datos con los que cuenta el Observatorio citado, en los que dan cuenta de que: en principio existía una invisibilización y negación de las situaciones de maltrato, hasta antes de la Ley N° 243 contra el acoso y violencia política hacia las mujeres, y luego de esta norma, las denuncias hacia el 2024 van en aumento, aunque existen cifras subyacentes, porque muchas mujeres por la necesidad de trabajar se quedan en silencio y hasta se sacrifican para evitar fisuras en las estructuras partidarias.

Si esa es la radiografía públicamente verificable, como mujer estoy en condición de testimoniar sobre los comportamientos, conductas, manifestaciones y expresiones, circunstanciales como sistemáticas, con los que establezco, el cómo, continúa la producción, reproducción, negación y resistencia del modelo de sociedad e institucional patriarcal (racista y discriminadora), pese a que la igualdad de hombres y mujeres en cuanto a las condiciones, relaciones, derechos y dignidad, son mandatos Constitucionales de 2009 y que el Estado por las instituciones están obligados a garantizarla.

Por todo lo expuesto, afirmo que las conmemoraciones de aniversario Patrio, a las mujeres con piense propio, que amamos a nuestra tierra y a nuestro pueblo, que tenemos conciencia y compromiso social, transparentes y honestas; nos duele, cual dolor de cada fase del parto, el que existan divisiones, peleas vergonzosas, mezquindades, malos manejos de los bienes de todas y todos, falta de transparencia y sinceramiento de las gestiones, los antivalores con los que frenan a las mujeres una real y efectiva participación política - servir, haciendo: “junt’uchas – grupículos de intereses avaros”, disimulando envidias, difamaciones, acusaciones falsas, etc., etc., etc.

Por lo descrito, pareciera que no terminamos de parir una gran Patria (claro que los hombres que han conducido el país, por natura, no pueden parir, y ya hace de ello, casi 200 años), ahora Estado Plurinacional; pero a la vez, ese dolor, es el que nos da esperanza, fe, fuerza, optimismo y disposición de continuar en el camino revolucionario para transformar el País, fortaleciendo con formación y reflexiones con sentido crítico y conciencial en aquellos sectores de nuestra sociedad en que aún existen buenas intenciones y amor a Bolivia, para apostar por ella y hacerla prosperar caminando siempre hacia el Allin Kawsay – Vivir Bien.

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