04 de agosto (Marco Quispe, Urgente.bo).- Roberto Mamani, un vecino alteño, enfrenta diariamente un calvario para llegar al edificio del Jach’a Uta y realizar sus trámites de catastro en la oficina principal de la Alcaldía de El Alto. Mamani reside en la zona de San Roque, Distrito 7 de la urbe alteña, y le lleva aproximadamente una hora, en el mejor de los casos, arribar a las oficinas ediles ubicadas en el Distrito 4.
“Para llegar a Jach’a Uta (Casa grande en aimara), debo tomar hasta cuatro vehículos diferentes, lo que supone una hora de trayecto. Pero más allá de eso no hay minibús directo para llegar a esa zona y si lo hay, nos deja a cuatro cuadras de distancia. Es complicado cuando uno tiene que hacer trámites”, dice el vecino Mamani resignado.
El caso de Roberto es solo uno de los muchos que existen en la urbe alteña, cuando los ciudadanos y funcionarios municipales sufren para llegar a ese edificio municipal. Existen escasas líneas de transporte que llegan a este barrio. Los vecinos de distritos como el 6, 3, y hasta el 8, deben llegar necesariamente hasta la Ceja y desde allí dirigirse al Cruce Villa Adela para luego buscar un minibús hasta el Jach’a Uta.
“Las personas que vivimos en distritos alejados somos las que más sufrimos para llegar a este lugar”, indica Vicenta Espinoza, otra pobladora del Distrito 7 que, si bien está cerca del Jach’a Uta, igual debe tomar dos minibuses.
ESCASA OFERTA DE TRANSPORTE PÚBLICO
El Jach’a Uta, que es el Palacio Consistorial de El Alto, pero en El Alto se encuentra en la urbanización Libertad del D-4. La obra fue aprobada en 2013 por el exalcalde Edgar Patana (Movimiento Al Socialismo) y abarca una superficie de 3.500 metros cuadrados. La obra fue entregada en la gestión de Soledad Chapetón en 2020, pero no fue hasta principios de 2021 cuando comenzó a funcionar después de una inversión de más de Bs 99 millones.
Antes de esta inauguración, la Alcaldía funcionaba en un edificio de la zona 12 de Octubre, pero el inmueble fue incendiado por manifestantes en 2016. Desde la apertura del Jach’a Uta, gran parte de los trámites se centralizó en ese edificio donde trabajan cientos de funcionarios, incluida la alcaldesa Eva Copa. En los años 90, todos los trámites se hacían en el viejo edificio de la Ceja.
Desde 2021, muchos vecinos enfrentan la difícil tarea de llegar hasta el edificio central de la Comuna alteña. Algunos mencionan que no hay minibuses que los lleven directamente para realizar sus trámites, incluso desde el centro mismo de la urbe alteña.
“Todos sufrimos por la falta de transporte público que llegue hasta la puerta de Jach’a Uta. No hay un servicio desde la avenida 6 de Marzo que vaya directo hasta esas oficinas y eso es lamentable todos los vecinos sufrimos para llegar allí”, dice Eddy Condori, exdirigente de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto y vecino del Distrito 3.
Juan Mendoza, otro vecino del Distrito 4, cuenta cómo hace para llegar hasta la Casa Grande para hacer un trámite. “No se puede llegar, no hay auto y debo esperar hasta 30 minutos para encontrar un minibús que me deje cerca”.
Para arribar al Jach’a Uta, actualmente hay dos opciones: tomar un vehículo desde la avenida 6 de Marzo hasta la zona de Villa Adela, y luego otro vehículo desde allí hasta Jach’a Uta; la otra opción es tomar un coche desde Río Seco. Quienes tienen un mayor presupuesto pueden tomar un trufi desde las cercanías de la Universidad Pública de El Alto cuyo costo es Bs 3, pero no todos tienen recursos si se toma en cuenta que el pasaje general en esa ciudad es de Bs 1.
“Estas son las únicas opciones y es complicado llegar, porque no siempre hay vehículos disponibles, y los choferes no quieren ingresar al sector”, confirma Mendoza.
LA PELEA ENTRE SINDICATOS DE TRANSPORTE
En la zona Libertad, donde se ubica el Jach’a Uta, operan dos sindicatos: Arco Iris y Ciudad Satélite, son las únicas que prestan servicio a ese sector, según Emilio Mamani, presidente de los vecinos de la zona Pedro Domingo Murillo cercana Jach’a Uta. Mamani añade que otros sindicatos no quieren dar su servicio a ese barrio.
“Como vecinos estamos preocupados, no sé qué pasa, los sindicatos no quieren trabajar. Desde que anunciaron la nivelación de pasajes, el distrito los rechazó y los minibuses desaparecieron aún más. Lo único que nos ayuda son los micros azules del Eduardo Abaroa que llegan a Jach’a Uta, pero los minibuses brillan por su ausencia y eso afecta nuestro acceso a la Alcaldía central. Los sindicatos ofrecen un mal servicio y sufrimos la falta de vehículos para llegar allí”, destaca Mamani.
El panorama se complica después de las 18:00. “En la noche es peor a partir de las seis de la tarde ya hacen ‘su agosto’ (trabajan y cobran sin control), no hay minibuses. Sufrimos bastante para llegar a nuestro distrito”, reclama Mamani.
Condori también recuerda que esto se debe a que los sindicatos se pelean entre sí y no permiten la entrada de otras líneas. “Hay dos sindicatos en conflicto que impiden la llegada de otros sindicatos, lo que provoca la escasez de transporte público para atender a las personas que necesitan llegar al edificio central de la alcaldia. Los sindicatos están prestando un mal servicio, y sufrimos la falta de vehículos para llegar allí, pero tampoco dejan operar a otros sindicatos”, se lamenta el dirigente alteño.
LOS MÁS AFECTADOS
Los vecinos que viven en los distritos 8, 7 y 14, ubicados en las periferias de la ciudad de El Alto, son los más afectados por la falta de transporte para llegar a Jach’a Uta.
“Yo vivo en Villa Adela y puedo llegar, aunque sea pie (tarda 30 minutos a paso rápido), pero los vecinos que viven en zonas más alejadas son los que más sufren porque tienen dificultades y necesitan tomar hasta cuatro vehículos y gastar cinco bolivianos o más en pasajes”, confiesa Felipe Azurduy, dirigente vecinal del Distrito 3.
Otros se quejan de que no hay minibuses que los dejen en las puertas del Jach’a Uta. “Ningún vehículo llega hasta Jach’a Uta excepto los taxis o autos particulares. No hay transporte público que nos acerque más, solo hay una pasarela, y desde allí, tenemos que caminar cinco cuadras para llegar al edificio central de la Alcaldía”, añade Azurduy.
Algunos mencionan que la insuficiencia de transporte a Jach’a Uta podría deberse a los trabajos del distribuidor Mallku que están cerca de esa zona. “Efectivamente hay trabajos en el puente distribuidor avenida Bolivia y necesitamos la paciencia de nuestros vecinos de los 14 distritos municipales porque este beneficio no solo será para los distritos 3 y 4, sino para todos y necesitamos el desarrollo de El Alto. Este puente distribuidor (Mallku) va a descongestionar y reordenar el tema gremial”, sostiene Fernando Rivero, expresidente de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (Fejuve).
Este es un problema que cada día sufren los alteños e incluso los mismos funcionarios municipales que trabajan en la Casa Grande que tiene que caminar cuadras para llegar a uno de los edificios principales de El Alto que está desconectado. Precisamente por la falta de transporte, las personas que acuden al edificio prefieren esperar que se reaude la jornada para continuar con el trámite iniciado en la mañana.
GESTIONES PARA MEJORAR EL TRANSPORTE
Los funcionarios de la alcaldía son conscientes de la falta de transporte público para llegar hasta el Jach’a Uta y atienden las quejas de los vecinos de El Alto. Por ello, desde la comuna se busca dar autorizaciones a más sindicatos para que operen en ese sector, donde dos sindicatos monopolizan el servicio.
“Hemos recibido denuncias de que no hay suficientes vehículos, y esto podría deberse a las restricciones vehiculares en El Alto. Por eso, estamos analizando ampliar otras rutas y líneas que ingresen a este sector, ya que solo dos sindicatos prestan servicio actualmente”, sostiene Reynaldo Cusi, secretario de Movilidad Urbana de El Alto.
Los dos sindicatos que operan son Arco Iris y Ciudad Satélite. Cusi menciona que se busca que el sindicato Eduardo Abaroa se sume a ellos. Ante esto, los vecinos de El Alto también se suman al pedido. “Vamos a solicitar que haya más líneas para este sector, porque muchos vecinos nos han confirmado que no hay movilidad”, sostiene Ramón Quispe, presidente de una de las Fejuve de El Alto.
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