16 de marzo (Soledad Mena, Urgetnebo).- Ya puedo generar mi propio dinero”, afirmó con mucho orgullo Gaby  Limachi, una madre soltera de 35 años de edad que se especializó en pollerería. Víctima frecuente de violencia intrafamiliar, se separó de su esposo con el objetivo de hacer una vida propia, se capacitó en la confección de polleras  porque le permite trabajar desde su casa y cuidar a su hijo de 14 años.

“Mi esposo y mi suegra me prohibían que  me arregle”, dijo   Gaby en la casa de la Fundación Pueblo  ubicada en la zona Primero de Mayo del Distrito 3 de El Alto, donde se capacita en ramas técnicas, aprende sobre sus derechos (ley 348) y recibe  ayuda psicológica para elevar su autoestima.

Como Gaby, hay muchas mujeres que adquieren conocimientos en diferentes ramas técnicas entre las tradicionales y no tradicionales. Pueden escoger entre 14 especialidades de tres áreas de trabajo: transformación de alimentos, textiles y servicios de alimentos.

La idea es que las mujeres amplíen sus conocimientos, que adquieran destrezas en ramas técnicas no tradicionales. Por ejemplo, aprendan acabado de obra fina en construcción, albañilería y plomería, instalaciones eléctricas, reparación de celulares, mantenimiento  de computadoras,  elaboración de calzados de cholita, conducción,  ofimática (Word, Excel, Power Point e internet).

“Estamos tratando que las mujeres  se inscriban en  especialidades no demandadas  o no tradicionales”, informó Esther Ibáñez, Coordinando del Programa Mujer Migrante de la Fundación Pueblo. 

Existe mucho interés de parte de las mujeres sobre algunas de las carreras diferentes. La capacidad por curso es de 20 estudiantes.

Cada año unas 450 mujeres (mayores de 18 años) y varones (en menor grado) egresan.

Ellas son formadas para constituir su propio negocio y ser independientes,  por ejemplo las que aprenden a conducir ingresan a ser parte de un sindicato de transporte público. 

“Tengo un vehículo que maneja mi esposo que está afiliado en un sindicato, ahora  vamos a compartirlo  yo voy a dedicarme a conducir en los momentos en que esté descansando para tener  mayores ingresos. Mi esposo me ha impulsado a que venga acá. Tenemos cuatro hijos, voy a trabar con el más pequeño”, dijo Mary Chura, estudiante. 

Sin embargo la carrera técnica más demanda es pollería, porque las mujeres dicen que hay mucha demanda  en época de fiestas del Gran Poder, los prestes, la fiesta de la entrada 16 de julio entre otros.

Fundación Pueblo es una organización sin fines de lucro, legalmente registrada y reconocida en Bolivia. Desde hace más de 20 años trabaja para la población más desfavorecida de Bolivia.  Los programas y proyectos se centran en niños y mujeres indígenas del área rural. Desarrolla acciones en las Yungas de La Paz, en Potosí, en Tarija y en la ciudad de El Alto.

Las mujeres que se capacitan en esta institución también apuntan a cotilloneria, repostería y técnicas en computación. 

“Me interesa la repostería, luego quiero aprender cotillones, ya que van de la mano, puedo   abrir un negocio, quiero aprender los paquetes de computación para una mejor administración”, dijo  Aidé Torres, estudiante.

Cada mujer tiene una historia por detrás,  tal el caso Marina Vallejos,  de 18 años, que tras formarse técnicamente ayuda a su mamá  que es madre soltera y a sus tres hermanitos. Decidió postergar su ingreso a la universidad  por  un año para apoyar.

“El año pasado salí del colegio, no quiero pasar este año sin hacer nada y quiero ayudarle a mi mamá”, dijo.

Leslie Choque, responsable del programa  Fortalecimiento Económico  a la Mujer, cuenta que las mujeres que aprenden la instalación eléctrica, son muy demandadas. “Hemos sacado  una señora de  instalaciones eléctricas y como su certificado lo avala ahora  está trabando en Entel y gana muy bien. Las  mujeres quieren perfeccionar sus negocios”, destacó Choque.

El 60% de las mujeres que llegan al lugar han sido víctimas de violencia  física y psicológica por parte de sus parejas; ahora buscan romper esa dependencia económica capacitándose en diferentes profesiones técnicas.

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Mujeres se capacitan en la costura de polleras

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