Diciembre 26, 2024 -H-

PERFIL: Duterte se reunió con su héroe Putin y quiere ser amigo de Donald Trump

Duterte es un político que despierta controversia con su oratoria, y por ello, expresó en varias oportunidades con Putin, de quien dijo que es su héroe. El sábado tuvo una reunión con el líder ruso y tras el encuentro criticó la política de EEUU.


Domingo 20 de Noviembre de 2016, 6:45pm






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La Paz, 20 de noviembre (Urgentebo.com).- Rodrigo Duterte, el presidente de Filipinas, estuvo en el Perú este fin de semana, al participar de la Cumbre APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico). El controvertido líder asiático cumplió su sueño de conversar con el mandatario ruso, Vladimir Putin, y compartió escenario con Barack Obama, a quien calificó de hijo de puta.

Duterte es un político que despierta controversia con su oratoria, y por ello, expresó en varias oportunidades con Putin, de quien dijo que es su héroe. El sábado tuvo una reunión con el líder ruso y tras el encuentro criticó la política de EEUU.

También dijo que puede ser amigo de Donald Trump, con quien “no tiene ninguna disputa” y que “siempre puede ser amigo de cualquier persona”.

Fue elegido presidente de Filipinas en mayo pasado y desde entonces ha llamado la atención por su política contra el crimen, violando los derechos humanos.

Con frecuencia lanza críticas contra Estados Unidos en Filipinas, donde el embajador de Wahington es Philip Goldberg, quien titular de la embajada de Estados Unidos en Bolivia.

El perfil de Duterte

Durante más de dos décadas fue el alcalde de la ciudad de Davao, donde se ganó el apelativo de “El Castigador”, pues se estima que  ,al menos, un millón de personas murieron en Davao desde finales de los años 90 a manos de “escuadrones de la muerte”.

De lenguaje agresivo y sin temor a usar la fuerza, así es Duterte, el político que llamó a Obama “hijo de puta” por criticar su plan de lucha contra la droga.

Nacido el 28 de marzo de 1945 en una gigantesca urbe al sur de la isla de Mindanao, hogar de varias minorías étnicas significativas (Filipinas es, como todos los países del sudeste asiático, un vivero de etnias, religiones e idiomas), e importante presencia de musulmanes en su población.

Duterte nace al abrigo de una familia política de cierto recorrido en la isla, pero de menor calado e importancia que los principales clanes políticos que aún hoy controlan el país. Pese a ello, creció rápidamente en la política local y llegó a la alcaldía de Davao en 1988.

Durante los ochenta, Davao era una de las urbes con la tasa de criminalidad más altas de toda Filipinas

Por eso, cuando llegó a la alcaldía de esa ciudad, Duterte se propuso acabar con esa crisis y para ello se valió de toda clase de recursos, tanto dentro del sistema legal como fuera de él.

Su estrategia para acabar con la violencia de Davao se centró principalmente en los criminales, en los traficantes y en los consumidores de drogas. De hecho,  Duterte es acusado de haber utilizado patrullas de la muerte para realizar ejecuciones extrajudiciales.

Además, durante su estadía en la Alcaldía de Davao implementó otras medidas para asegurar el cumplimiento de la ley y la conservación del orden. Por ejemplo, estableció estrictos horarios para la venta de alcohol, obligó a utilizar cámaras de vigilancia a todos los establecimientos y redujo el límite de velocidad.

Para asegurarse de que sus políticas reduzcan el índice de criminalidad, Duterte no temió patrullar las calles de la ciudad, en ocasiones acompañado de grupos armados con rifles M16, lo que le valió el apodo del “El Castigador”.

Sin embargo, “El Castigador” también realizó diversos proyectos de rehabilitación de los consumidores e incluyó de forma efectiva a las diversas minorías étnicas de la urbe en el gobierno de la ciudad.

Los gabinetes de Duterte se convirtieron en pioneros en Filipinas: por primera vez, políticos de etnia mora (musulmanes filipinos, comunes en Mindanao) o lumad (una minoría étnica: el propio padre de Duterte no era tagalo, sino cebuano) gozan de representación.

Con esos antecedentes Duterte es un personaje atípico y contradictorio, pues viola los derechos humanos y es capaz de defender los derechos LGBT en público en un país con un 80% de población católica.

Divorciado, vive con su pareja, Cielito Avanceña, y es padre de cuatro hijos y abuelo de ocho nietos. Para ser elegido como Presidente, Duterte se postuló como el hombre de perfil duro que es, y llevó a cabo una campaña extravagante, repleta de actos de carácter populista y cercano al votante medio.

En público, además, no ha temido presentarse tal y como es, y no escapa a responder acerca de las cuestiones polémicas de su alcaldía en Davao.

“Cuando sea presidente daré órdenes a la Policía y al Ejército de buscar a esa gente y matarlos a todos”, “olvidad las leyes de derechos humanos”, “voy a descuartizar criminales delante de ustedes si así lo desean” o “mataría a mis propios hijos si fueran drogadictos”, son algunos de los mensajes que lanzó en su campaña, cuando presentó un plan de seis meses que incluía ejecutar a 100.000 personas.

No resulta extraño, por tanto, que desde su elección en mayo, con el 39% de los votos, sus decisiones y toma de decisiones sean igual o más duras que las que implementó cuando fue Alcalde de Davao.

 “Si te resistes, muestras resistencia violenta, mi orden a la Policía será disparar a matar. Disparar a matar contra el crimen organizado”, aseveraba tras conocer su victoria.

Duterte aboga por un plan de recompensas para acabar con los señores de la droga, así como por el regreso de la pena de muerte. “Voy a pedir al Congreso la vuelta de las ejecuciones por ahorcamiento”, anunciaba Duterte en rueda de prensa tras su confirmación como mandatario, con su intención de reintroducir la pena capital en el país asiático, que fue abolida en 2006.

Entre una de sus más fuertes polémicas, está el haber insultado al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificándolo como un “hijo de puta”.

En los últimos meses, el Gobierno de Obama y el embajador americano en Filipinas han sido muy duros contra las estrategias y las políticas de Duterte para acabar con las drogas en su país.

Ambos mandatarios tenían pensado reunirse el pasado martes 6 de septiembre, con motivo de la celebración del G20 en China.

Empero, Obama dijo previamente que podía cancelar la reunión bilateral con Duterte después de que éste asegurara que lo insultaría si llegara a manifestar su preocupación respecto de las ejecuciones extrajudiciales en Filipinas.

“Hijo de puta, voy a insultarte en ese foro”, dijo Duterte consultado acerca de cómo respondería a las preguntas sobre la oleada de muertes de adictos y narcotraficantes ocurridas durante su administración.

El presidente filipino advirtió a Obama y a otros presidentes de los países más poderosos del mundo que no cuestionen su polémica campaña antidrogas durante el encuentro anual de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) que se realizó del 6 al 8 de septiembre en Vientiane, capital de Laos.

Los defensores de los derechos humanos acusan a Duterte de permitir el funcionamiento de escuadrones de la muerte.  Tras el exabrupto lanzado por el presidente filipino, Obama canceló la reunión bilateral. Hecho que fue lamentado por Duterte.

“Si bien la causa inmediata (de la controversia) fueron mis fuertes comentarios a ciertas preguntas de la prensa (...) también lamentamos que se presentó como un ataque personal contra el presidente de Estados Unidos”, señaló un comunicado del presidente de Filipinas y agregó que “lamenta que sus declaraciones hayan causado tal controversia”.

Empero, “hijo de puta” y “jódete” son dos calificativos habituales en su vocabulario. El papa Francisco (por causar atascos de transporte con su visita), el secretario de Estado y el embajador estadounidense en Filipinas, John Kerry y Philip Goldberg (último embajador de EEUU en Bolivia), respectivamente, la ONU y varios de sus dirigentes, entre ellos Ban Ki Moon, han sido algunos de los nombres a los que ha dirigido estos insultos.

Duterte alcanzó la presidencia del país confesando que disparó a compañeros de universidad o habiendo argumentado que el terror es la mejor herramienta para acabar con el crimen y el tráfico de drogas.

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