Post verdad o también llamada mentira emotiva es un neologismo que describe la distorsión deliberada de una realidad con el fin de crear opinión pública e influir en las actitudes sociales, donde los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales.
Se denomina política de la posverdad a aquella donde el debate se enmarca en apelaciones a emociones, mediante la reiteración de puntos de discusión en los cuales los hechos son ignorados. Se resume como la idea en la que algo aparenta ser verdad es más importante que la propia verdad.
Para algunos autores la posverdad, sencillamente es el dominio de la mentira o estafa encubiertas con el término políticamente correcto de «posverdad», que oculta la tradicional propaganda política, sugestión de las relaciones públicas y la comunicación estratégica como instrumentos de manipulación y propaganda.
De tanto mentir, tergiversar y confundir varios periodistas y estrategas políticos han conseguido que la verdad en la información desaparezca. Actualmente se miente impunemente desde el poder de los medios de comunicación y la política nacional y transnacional, cuando antes mentir era sancionado.
Se puede decir que vivimos en una "sociedad desinformada” donde la verdad ya no es posible de reconocer, ni es fiable; la especialidad de innumerables líderes de opinión es dominar el arte de la mentira.
En las últimas elecciones de Estados Unidos se demostró la efectividad y el poder de la post verdad. Trump y Clinton protagonizaron una campaña cuyo eje fueron la desinformación, confusión, mentiras, medias verdades, filtraciones y la manipulación de los ciudadanos y de los medios.
Sin embargo, luego de los rumores, noticias falsas y acusaciones de todo tipo, ganó Trump. Es evidente que estamos viviendo en un mundo carente de verdad. La gente está harta de los expertos o analistas políticos y no se cree nada, sobre todo lo que llega desde el poder. Antes, una confirmación o un desmentido brindaban confianza, pero hoy tienen el efecto contrario si lo niegan es porque es verdad. Lo que pasa en Siria, Nicaragua, Brasil, Colombia, Ecuador, Israel, etc., quien sabe si existen armas químicas, corrupción, narcotráfico, asesinatos, etc. ¿Serán verdad o postverdad?
A esto se suman los instrumentos de manipulación y control social de las redes sociales, que por medio de algoritmos han creado perfiles psicológicos a partir de la interacción con el Facebook.
Desde la psicología la prueba de personalidad toma en cuenta cinco rasgos: apertura al cambio, escrupulosidad, extroversión, amabilidad e inestabilidad emocional, estos atributos mezclados clasifican a las personas. Con solo 10 me gusta se puede definir la personalidad de las personas, con ciento cincuenta pueden conocer a la gente más que su pareja.
En las últimas elecciones de Estados Unidos la empresa trasnacional Cambridge Analítica elaboró la estrategia de marketing político de Trump en base a los perfiles de los miembros de Facebook, que sirvieron para elaborar los mensajes de su campaña.
Con la “Big Data” se puede asegurar el triunfo de una elección, afirma la empresa británica. Y con la postverdad se puede distorsionar toda la información que circula en el mundo.
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