Diciembre 16, 2024 -H-

Ramiro Duchén investigó sobre la raíz del federalismo en Bolivia: 'Carlos Melquiades llevó a Santa Cruz la idea federal'


Martes 23 de Julio de 2024, 2:00pm






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El periodista e investigador Ramiro Duchén Condarco se ha especializado en los últimos años en la investigación de la historia boliviana. Tiene numerosos trabajos sobre personajes y hechos ocurridos en el tiempo de la República. Radicado en la ciudad de Santa Cruz, Duchén ha trabajado en el último tiempo en el federalismo, ese planteamiento político regional de enorme impacto nacional que ha desatado profundos y controvertidos debates en el país. Y lo que hizo el investigador es indagar sobre los orígenes y protagonistas de esta propuesta en el siglo XIX, poco tiempo después de la fundación de la patria.

Bolivia fue fundada como República en 1825 y 36 años después surgen las primeras ideas del federalismo, desde Santa Cruz de la Sierra. De acuerdo con la investigación de Ramiro Duchén, Carlos Melquiades Barberi llega a ser uno de los precursores de la propuesta federal para Bolivia, desde el oriente nacional. Este tema es el nudo central del texto titulado "Federalismo en Santa Cruz y Bolivia, siglo XIX", cuyo autor es el periodista Duchén. El periódico digital Urgente.bo entrevistó al autor para abordar las razones y protagonistas de este planteamiento en la primeta etapa de la construcción de la patria.

¿En qué momento surgen las primeras demandas de federalismo en Bolivia?

En la década de 1860 surge el nombre de Carlos Melquiades Barberi (1835?-  ? ), como discípulo aventajado de Lucas Mendoza de la Tapia, en cuanto a la concepción y difusión de la doctrina federal en Bolivia se refiere. Este personaje cruceño actuó en la política nacional como diputado en la legislatura de 1861, en representación de su terruño, y en 1864 participó en la mesa de redacción de La Estrella del Oriente. Asimiló las enseñanzas de Mendoza y llevó a Santa Cruz la idea federal. Por ello, en los primeros ejemplares de este periódico, Barberi publicó, en cinco entregas, un sugestivo “ensayo periodístico" bajo el epígrafe de “Reorganizacion de un Gobierno” que concluye con un proyecto de constitución federal; salió a luz entre el 1 de enero y el 14 de marzo de ese año de 1864. Este interesante trabajo postula las ventajas del federalismo como la mejor forma de organización del Estado. Consideramos que se trata de un hito fundamental en el desarrollo del pensamiento federalista en Santa Cruz; es, en realidad, el punto de partida.

Este proyecto, sin embargo, nunca fue discutido en el ámbito parlamentario, y quedó solamente como antecedente de la vocación federalista de Barberi. En el desarrollo del referido ensayo periodístico, no se menciona la intención del autor de llevar el proyecto a instancias legislativas. Pareciera que solo se trató de una propuesta personal que no tuvo mayor resonancia.

El federalismo, como opción frente al centralismo avasallador, siempre ejercido por la Capital, no obstante, estuvo, por vez primera, presente en los debates parlamentarios de la asamblea en 1861, aunque sin mayor trascendencia.

Según el historiador Jenaro Sanjinés, entre algunos aspectos que la minoría federalista pudo incorporar en la constitución de 1861, se destaca, por ejemplo, en su artículo inicial que establece que Bolivia se constituye en república democrática representativa, y ya no se consignan las palabras “una e indivisible”. Y en 1864 se logró el “reconocimiento como ley del Estado del decreto del 16 de marzo de 1864 sobre fondos municipales por el que se fijaron las bases de la descentralización de las rentas municipales, determinándose cuales serían ellas en cada departamento, y encargando su administración e inversión libre a cada municipalidad”.

Luego, en la Asamblea Constituyente de 1871, fue, por primera y única vez (en el siglo XIX), la posibilidad de cambiarla forma de organización del Estado hacia un régimen federal, fue ampliamente discutida con el notable impulso de Lucas Mendoza de la Tapia, paladín de esta doctrina. Entonces, el unitarismo salió victorioso, a la cabeza de Evaristo Valle. Votaron por el cambio, Lucas Mendoza de la Tapia, Tomás Frías, Martín Lanza, José María Gutiérrez Mariscal, Jacinto Anaya, Francisco Velasco, Napoleón Raña, Nataniel Aguirre, Juan de Mata Gandarillas, Juan Pedro Loza, José Miguel Arce, José Manuel Rendón, Avelino Torres, Juan M. Sanchez, Santiago Lenz, Nicacio Boado y Quiroga, Demetrio Calvimonte, Federico A. Blakut, Pablo Rodriguez Machicao, Tomás Manuel Alcalde.

Luego viene la revolución de Andrés Ibáñez, que tuvo alcance local. Según la historiadora cruceña Paula Peña, las causas que desencadenaron el movimiento se encuentran en el hecho de que “Santa Cruz estaba inmersa en una profunda crisis económica como consecuencia de la política librecambista adoptada por el gobierno nacional a partir de 1872. El librecambio fue nefasto para Santa Cruz ya que rompió con los circuitos comerciales de los productos cruceños a la zona andina. No había posibilidad de competir con los productos peruanos y chilenos que eran más baratos y de mejor calidad. Ante esta realidad, se fortalecieron en Santa Cruz las propuestas de federalismo, ya que se consideraba la única vía de salir adelante”.

No pudo masificarse merced a la traición de sus emisarios enviados a negociar con el gobierno de Daza, a la falta de recursos económicos —lo que obligó a pedir aportes a los hacendados—, y, su vez, se cometieron excesos lo que generó anticuerpos en la población. Finalmente fue cruelmente reprimida y su caudillo fusilado en mayo de 1877.

Al despuntar el año de 1891, tuvo lugar, en el oriente boliviano, otra sublevación con tinte federalista. Sse trata de la llamada “Revolución de los Domingos”, habida cuenta que sus dos principales cabecillas, respondían a ese nombre, Ardaya uno, y Ávila el otro. Se produjo el viernes 2 de enero del año mencionado. Bismark Cuellar pone de relieve que, en el marco de la mencionada revolución, “los nuevos federados crearon su propio sistema de administración, dictando una serie de normas administrativas que involucraron: la creación de la Junta Gubernativa, la creación de la Cámara Legislativa, la ampliación del número de servidores públicos, alcaldes, corregidores y comisarios. También establecieron nuevos salarios para dichos funcionarios, crearon el Ejército y Guardia Federal, reglamentaron el sistema de ‘enganches’ y de peones al servicio de hacendados, crearon el ‘Banco Federal’ y muchas otras acciones de ‘nación independiente’./ Imprimieron su propio moneda con la leyenda ‘Estados Unidos de Bolivia’, obligando al señor Gil Antonio Peña, del imprenta La Estrella del Oriente, que imprimía dichos billetes, quien, posteriormente, a través de dicho periódico criticaría duramente la acción de los revolucionarios”.

Finalmente, la (mal) llamada revolución federal o guerra civil de 1899, nunca consideró seriamente la posibilidad de federalizar el país. El Estado Federal constituido en La Paz, independientemente del nombre, no tuvo mayor incidencia en la actividad política paceña, y menos aún nacional.  La idea federalista quedó, en ese departamento, relegada y prácticamente borrada del escenario, o, en el mejor de los casos, utilizada demagógicamente para alcanzar los propósitos que al final fueron desenmascarados. Tanto esta bandera, como la de las reivindicaciones indígenas prometidas por Pando a Zárate Willka —demanda que fue fundamental para lograr la alianza con este importante sector tradicionalmente preterido de la sociedad boliviana, que, dicho sea de paso, fue decisivo para el triunfo de Pando y sus huestes— fueron abandonadas… Zárate Willka terminó asesinado en circunstancias todavía no aclaradas.

¿Santa Cruz es la sede histórica del federalismo en Bolivia? ¿Por qué?

Históricamente las demandas por federalismo surgen en Santa Cruz y Cochabamba. Potosí también las apoyó en algún momento. Tanto en Cochabamba, como en Santa Cruz, hubo pensadores que consideraban que el federalismo era la mejor opción para mejorar la situación del país y terminar con las recurrentes revueltas y cuartelazos que cada vez cambiaban presidentes y llevaban al país a la ruina. Endosaban al unitarismo todos los males de la República y pensaban que, con un cambio en la forma de administrar el Estado, Bolivia progresaría.

Entre estos pensadores cabe resaltar los nombres de Carlos Melquiades Barberi (1861-1864), Andrés Ibáñez y los participantes del movimiento igualitario-federal (1876-1877), además de Domingo Ardaya y Domingo Ávila (1891), todos ellos en Santa Cruz; y en Cochabamba, las figuras de Lucas Mendoza de la Tapia (1871) y Nataniel Aguirre, entre otros; en Potosí, Tomás Frías se mostró partidario del federalismo.

El hecho de que en Santa Cruz, en un lapso relativamente corto, se hayan sucedido dos levantamientos federalistas, también dan la idea de la importancia del tema en la región.

¿Cuál ha sido el momento más importante para el federalismo en Bolivia en esa etapa?

Todos los hitos antes mencionados tuvieron importancia histórica. Sin embargo, el tratamiento parlamentario en la Asamblea Constituyente de 1871, le otorga una singular preeminencia, como también los levantamientos propiciados, primero por Andrés Ibáñez, y, luego, por los Domingos, porque se trató de alzamientos realizados al calor de ideales federales, con el pensamiento puesto en cambiar la forma de administrar el estado con la consiguiente mejora y progreso del mismo como corolario.

No tuvieron alcance nacional, pero quedaron como antecedente de la vocación federal del departamento de Santa Cruz.

¿Cuáles han sido las razones por las que el federalismo no se consolidó en Bolivia?

Considero que, entre las más importantes, está el caudillismo expresado en el afán de acaparar el poder evitando los respectivos contrapesos. El federalismo, de una manera simple, significa desconcentrar el poder en los respectivos estados miembros de la federación, que eligen su propio parlamento y dictan sus leyes válidas en sus jurisdicciones. Por encima de ellos está el presidente y el congreso nacional y obviamente las leyes de cumplimiento en todo el territorio de la federación. Las competencias que se mantienen nacionalmente son las relaciones internacionales, la policía y las fuerzas armadas, entre las principales.

Al margen de ello, en nuestro país se ha creado un fantasma diabólico para contrarrestar las ideas federales: el separatismo, la desmembración del territorio, traición a la patria, son algunos de los epítetos impuestos para alejar la posibilidad de instaurar un sistema federal en el país… Nada más alejado de la verdad. No debemos perder de vista que los países más desarrollados se rigen por sistemas federales. Ejemplos tenemos en Canadá, Méjico, Estados Unidos, Brasil, Venezuela, Argentina, Alemania, por citar solo algunos.  Ninguno de esos países se ha dividido o bajo este sistema ha desmembrado su territorio. Entonces, no existe razón alguna para pensar que algún departamento o región de nuestro podría separarse del estado al abrazar el país la doctrina federal.

Las dificultades reales se presentan en la generación y distribución de los recursos. No todos los departamentos tienen la misma capacidad productiva, y, por lo tanto, no generan similares ingresos. Sumado a ello, el estado tampoco cuenta los recursos económicos suficientes para sostener un régimen de tal naturaleza, por las compensaciones que implicaría. Hay algunos departamentos que, en la actualidad, carecen de esas posibilidades por lo que la dificultad es, por ahora, aparentemente, insalvable… Aunque nunca está dicha la última palabra.

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