Luego de un mes intenso de buen fútbol, este domingo terminan los dos campeonatos que han marcado el ritmo deportivo. La Copa América en Estados Unidos y la Eurocopa en Alemania. ¡Vaya torneos que disfrutamos! Dos estilos diferentes que justifican la forma de preparación, de producción en el terreno de juego, identificando lo maravilloso del balompié en América y Europa.
Estados Unidos vivirá el fin de semana la fiesta de una final que, sin lugar a dudas, reúne a los mejores del certamen. Argentina y Colombia ratificaron en estas semanas que son las mejores selecciones de la Copa América y con ese mérito, indiscutible, ambas pelearán por el título. Los dos equipos expusieron a lo largo de su participación el buen momento que pasan futbolísticamente.
Los albicelestes, con un rendimiento de menos a más. Sin sorprender en el primer partido frente a Canadá, jugando muy regular ante Chile, mejorando su performance con Perú. Esforzando recursos ante un gran equipo ecuatoriano en cuartos y volviendo aplicar la fórmula de su primer partido y esta vez dejando fuera a Canadá, logrando el pase a la gran final.
La Selección Argentina ratifica el buen momento de sus jugadores. Algunos cansados física y mentalmente, pero con la fuerza de saber que pueden sumar un logro más para la rica historia del fútbol de su país y mejorar los bonos de su palmarés. Otros indudablemente confirmando el gran momento que pasan en su carrera profesional y que quieren aportar con su protagonismo al éxito de alcanzar un bicampeonato en Copa América, año y medio después de haber conquistado la Copa Mundial en Qatar.
Entre tanto, la Selección Colombiana llega a la final precedida de un récord de 28 partidos sin perder. Sabiendo además que pueden llegar a coronar una gran campaña de andamiaje colectivo; arma fundamental en la labor vistosa, de gran perfil e identificando a un inmejorable grupo de jugadores que saben sacar provecho de ese estilo de presentación a nivel internacional. Ojo que también cuentan con el plus de activar la lucidez de sus individualidades. Ahí es donde marcan la diferencia cuando el juego de conjunto presenta deficiencias alguna vez.
La selección dirigida por Néstor Lorenzo partido a partido parece afianzarse más al momento de alcanzar el premio mayor, en este caso la Copa de Campeón. Sus jugadores están mentalizados en el objetivo y convencidos que les falta dar un paso más para lograr el anhelo que pide ansiosamente su afición. De hacerlo, será la consagración total de esta generación de futbolistas que vienen triunfando indistintamente en grandes equipos europeos y latinoamericanos; sienten que es hora de conquistar una corona para su país.
Esta Copa América 2024 ha servido para sacar del sombrero de mago al “conejo de la suerte”. Al “comodín” que andaba escondido y casi olvidado. James Rodríguez quien 10 años después de haber brillado en el Mundial de Brasil y recorrer el fútbol en los equipos europeos más representativos, volvió al protagonismo en este torneo y como emblema de su selección nuevamente. Hasta ahora no me explico el por qué de su “bajón futbolístico”, que lo bajó paulatinamente del pedestal en el que estaba, hasta la merma absurda de su rendimiento y hacer pensar al mundo del fútbol que era un jugador al que le había pasado su cuarto de hora hace mucho tiempo.
Hoy James está más vivo que nunca a sus 32 años, a punto de conquistar el sueño de salir campeón y siendo la figura de su selección. Es más, de no lograrlo, será candidato a ser elegido como el mejor jugador de esta Copa América. La visión del técnico tiene mucho que ver en todo esto, apostando a darle la responsabilidad y volviéndolo líder de un gran grupo de jugadores, todos en un gran momento.
Del otro lado, Lionel Scaloni tiene la chance de lograr un nuevo título al frente de la Selección Argentina. Si uno analiza, también llega a esta final como equipo favorito. Elemento humano tiene de sobra, juego colectivo ni qué decir, individualidades a cuál mejor. A Leo Messi, el súper astro del fútbol, que aparece en cualquier momento y que con una jugada puede cambiar para bien la suerte de su selección. A eso sumamos a Emiliano Martínez “El Dibu”, hoy el arquero más consagrado de la Copa América y el “comodín” en la baraja del entrenador de la Argentina.
¡Qué final que tendremos el domingo! Está para cualquiera.
Del otro lado del Océano Atlántico tendremos la final de la Eurocopa 2024 en Berlín. La capital alemana será escenario para el choque entre España e Inglaterra. Dos maneras de jugar al fútbol diferentes.
Los españoles, apostando a la juventud de sus jugadores, a la irreverencia de estos al momento de encarar los partidos. Ojo que también tienen a sus experimentados, juntos hacen una simbiosis perfecta para este tipo de encuentros y jugando una final por el título a nivel de selecciones. Hasta el momento España representa la sorpresa de las figuras que despiertan y avizoran el porvenir del fútbol en el viejo continente.
Sin embargo, su rival será Inglaterra, la selección que llegó a la final haciendo exactamente lo contrario. Muy a su estilo, siendo prácticos y sin jugar bien, se han acomodado de manera pragmática a su nivel y son conocedores de su capacidad. Jamás hay que subestimar a un equipo de semejantes quilates. Están en la final y sabrán hacer respetar su historia y el peso específico de su camiseta. Su selección no muestra en producción lo que representa su Premiere League, pero ahí están, apuntando al objetivo de lograr el título de campeones de Europa.
¡Tampoco nos atrevemos a vaticinar un ganador!
¡Qué finales fantásticas las de este domingo!
El lunes a poner los pies en la tierra y volver a nuestra triste realidad.
///