Abril 18, 2024 [G]:

Un país de estúpidos, gobernado por estúpidos


Jueves 5 de Agosto de 2021, 4:15pm






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No escribo este espacio para complacer a nadie, digo lo que pienso respecto de asuntos que merecen unas líneas y una reflexión, probablemente, el contenido de esta anotación moleste o cause risa, pero algo tengo que decir.

El que quiera mantener la venda en los ojos, que lo haga.

Nada ni nadie se esconde de las redes sociales. Así es, las benditas o malditas redes sociales, un invento del “imperio” para obtener toda nuestra información y llenarnos de contenido y publicidad sin descanso. Personalmente, encuentro hipócrita hasta la estupidez, ver cómo, muchas personas, que se las dan de dignos combatientes contra el capitalismo y la amenaza imperialista, publican su contenido en Facebook, Instagram y Twitter; coordinan su agenda por Whatsapp, compran y venden, etc., etc., sin que les cause ningún malestar, sino todo lo contrario. ¿En qué quedamos? Pero no importa, porque en tiempos como estos, estar conectado ya no es una necesidad, es parte del día a día, algo tan natural como respirar y nadie tiene porqué quedarse fuera, una consciencia de rebaño generada por el mismo efecto globalizador que a veces nos indigna tanto.

El 02 de agosto, un colectivo al que no mencionaré porque no vale la pena darle ningún crédito, arremetió contra la estatua de Cristóbal Colón con los resultados que todos conocemos. Ahora bien, ¿qué se camufla detrás de la alegoría indigenista descolonizadora, de ese grupo, en particular? Una organización perteneciente al MAS, cualquiera puede visitar esa página en Facebook y el resto es historia.  Hasta aquí, concluiría la etapa de preguntas y respuestas, pues queda clara la intención, el objetivo, los medios y la estrategia detrás del ataque a la mentada estatua, sin embargo, es necesario decir algo al respecto.

El que crea que la estrategia divisora es nueva, innovadora o revolucionaria, no solo es un ingenuo, sino que está ciego. En política, la estrategia de dividir y generar conflicto existe desde antes del feudalismo europeo, tuvo su esplendor en la Europa de la edad media y, en nuestros países, funciona como un coche nuevo.

Hablé con varias personas, amigos y colegas sobre los hechos, las posiciones son diversas, algunos marcan la importancia de la descolonización, que no sería negar nuestra historia, sino extirpar todo lo que represente un proceso que deberíamos dejar a un lado, sin duda una posición crítica, con un argumento respetable, pero alejado de la realidad. Otros, con más tino, reconocen que no existe deseo alguno de reivindicación y que la estatua no significa nada, lo cual es muy cierto, pues no existe una sola estatua en la ciudad de La Paz que entrañe un verdadero significado en estos tiempos, la gente, simplemente pasa de largo, solo sirven para dejar ofrendas florales en fechas determinadas y dar breves discursos de homenaje que se evaporan en menos de cinco minutos. Tampoco forman parte de los atractivos turísticos de la ciudad, pues, los city tours perdieron popularidad antes de la pandemia.

En una entrevista, el Dr. Fernando Cajías, quien fue mi catedrático hace más de 20 años, planteaba que sería mejor trasladar algunos monumentos a un museo para que puedan conservarse como parte de un legado histórico que, en su momento, tuvo un contexto determinado. La idea no es descabellada, todo lo contrario, pues así, libraríamos a la ciudadanía de los inconvenientes y enfrentamientos que se dan alrededor de estas imágenes, sin embargo, esa decisión está en manos de las autoridades, y está claro que, en nuestro país, la voluntad política vale menos que un kilo de papel para reciclar.

En otra entrevista para el olvido, el Director de Patrimonio del municipio paceño, cuyo nombre carece de importancia, se expresó utilizando el término “salvajes”, advirtiendo que serían expuestos a la sociedad, sin pensar, que eso, también configura un delito. “Respeten”, fue la mayor parte de su argumento, resaltar que el mármol italiano es carísimo y la restauración será muy costosa para el municipio, exponiendo una total falta de criterio y de mesura, pues, ni ve la raíz del problema, ni busca generar una solución, vale decir “a la boliviana”.

Seamos honestos, el boliviano promedio, carece de la capacidad para buscar soluciones y se empeña en dar vueltas sobre el problema, gira y gira sobre el asunto y no se detiene si no es para llorar o para pelear, no pensamos.

El mismo 02 de agosto, vi otra entrevista a un Diputado de la oposición, hablaba sobre la decisión de no asistir a la inauguración del nuevo edificio de la Asamblea Legislativa, repitió “gasto insulso” más de diez veces y ese fue todo su argumento. Insulso o no, el edificio está ahí, guste o disguste, los asambleístas tendrán que “trabajar” en esas oficinas y sesionaran en esos hemiciclos, entonces ¿cuál es el problema? ¿Por qué tenemos que repetir como loros lo que no tiene relevancia alguna? Ya está, ¡trabajen!   

El Presidente de Diputados, en sesión, amenaza con “no dar la palabra” a los asambleístas que no saluden en lengua originaria. La ley del más fuerte.

De un lado, violencia, del otro lado, violencia, mientras el país se hunde cada día más, enfrentada a la ineptitud de toda su clase política y a la estupidez del servilismo político, no se salva nadie. ¿Cómo puede avanzar un país cuando sus autoridades y funcionarios son una manga de incompetentes? Y encima abusivos. Y hablo de todos los niveles de gobierno del Estado, porque al frente del nivel central, están las gobernaciones y los municipios, en tres meses de gestión no han demostrado nada, pero ya hablaremos de ellos en su momento.

Mientras haya división y odio entre nosotros, los políticos podrán seguir robando a manos llenas, “abrochando” negocios y licitaciones, nombrando a cuates que no tienen un ápice de experiencia en la función pública, llenándose la boca de improperios, y nosotros, sacándonos la mierda en las calles y en las redes sociales. Bien lo hacemos, como ese muchacho, nosotros también somos estúpidos instrumentos de la clase política, porque actuamos por impulsos, porque nos indignamos, porque no respetamos al otro, porque no concebimos acercar nuestras miradas sin que nos medien los deseos o la pega, un país de estúpidos, gobernado por estúpidos, eso es lo que somos y debiera dolernos a todos. En el mes de la Patria, pisoteada a más no poder, ¿Qué cosa podemos festejar?

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