Debo ser honesto y decir que no me pasó por la cabeza que la Federación Boliviana de Fútbol decidiera contratar a Óscar Villegas como técnico de las selecciones bolivianas, no por falta de capacidad, ni mucho menos. Pasa que estábamos tan acostumbrados a lo mismo, que me limité a esperar en esa medida, “más de lo mismo”.
Desde que conocimos la información que Zago no iba más al frente como entrenador de la Selección absoluta, comenzaron a surgir nombres al azar y todos tenían en mayor o menor medida argumento para hacer pensar que la decisión iría por alguno de ellos. La dirigencia se hizo esperar y eso dio paso al manoseo de nombres de manera indiscriminada. Quiero imaginar en el buen sentido y dejando de lado cualquier comentario bueno y malo que generaría otra especulación.
Óscar Villegas refleja la sensatez de un profesional calificado, honesto y trabajador, ideal para la función que va a desempeñar y el difícil reto que debe seguir a partir de la fecha, ciertamente con un fin a largo plazo. Eso lo pone en un concepto de, hombre idóneo. Responsable a quién se le debe dar toda la ayuda y apoyar irrestrictamente en una labor hoy muy complicada. Levantar a “un muerto” que yace en el piso y devolverlo a la vida, dándole además actividad, fuerza y poder competitivo. ¿Cómo hacer este milagro? Solo el Divino pudo hacerlo reviviendo a Lazaro.
Bueno ahora comienza una nueva historia en la Selección nacional. Sin embargo, el fútbol es resultadista y no faltarán aquellos que exijan resultados positivos de inmediato y un cambio significativo en la suerte de nuestro equipo a nivel internacional. Hoy el fútbol es de procesos, estos a su vez son largos y demoran lo que las generaciones aportan con trabajo y evolución. Entonces eso nos pone a todos en una suerte de madurez; debemos tener la paciencia suficiente como para adaptarnos a esos procesos largos y que vendrán cargados de frustraciones y penas pues se trata de edificar nuevas estructuras, aquellas que nunca tuvo el balompié boliviano.
Lamentablemente no queda otra que imbuirnos de la palabra paciencia. Qué difícil para todos, incluso para quien escribe esta opinión. Soy tan amante del fútbol como Usted. Pero también soy impaciente como cualquier persona que busca motivación, esa que solo le dan a uno los buenos resultados. Vale decir que debo comenzar un tratamiento con una doble dosis de remedio contra la ansiedad y el desdén que me dan las derrotas bolivianas. No queda otra.
También debo reconocer que pensar y tomar la decisión de contratar a Óscar Villegas fue un acierto, luego de tantos desaciertos; más nunca será tarde cuando se deben enmendar errores. Luego de experimentar un paliativo rápido que no dio resultados, finalmente llegó una solución dentro de Bolivia y con un profesional joven, que de manera sutil nos viene demostrando trabajo y lleva más de 2 décadas formando jugadores. Trabajando con deportistas de división inferior e identificando talentos que más adelante podrán llegar a ser las grandes promesas del país.
Óscar Villegas tiene la capacidad y autoridad profesional en este momento para ver con qué elemento joven podrá contar en el armado de las selecciones nacionales, desde categorías menores, hasta llegar a la Selección absoluta, aquella que debe dar la cara por Bolivia en los torneos más representativos como la eliminatoria mundialista. Al decir esto, me refiero no a estas clasificatorias a la Copa del Mundo del 2026, tal vez a las del 2030 y consolidando su trabajo y programa el 2034, cumpliendo así con el proyecto elaborado por la misma FBF.
Ahora viene el reto de la reflexión y los cuestionamientos que comenzarán a surgir a partir de los próximos días.
¿La idoneidad de Villegas será vista con buenos ojos por todos los actores del fútbol en el país?
Si bien tenemos la seguridad que es un buen profesional, trabajador y honesto. Que su carrera deportiva estuvo marcada por esfuerzo, sacrificio, dedicación; de la misma manera su etapa como entrenador tuvo una evolución destacada con: capacitación y una mejora exponencial, incluso dirigiendo equipos en la División Profesional, eso nadie lo puede discutir; más a la hora de la aceptación ¿Todos estarán de acuerdo en darle respaldo, apoyarlo y respetar sus decisiones?
Ser el técnico de la Selección Boliviana representa un palmarés muy importante y fuente de responsabilidad, en la que se debe mejorar día a día. El profesional debe trabajar mucho en su autoestima, carácter y personalidad. Es un puesto que genera controversias de toda índole y las criticas son por lo general mordaces y destructivas. Eso se verá en poco tiempo y cómo el país futbolero “se banca” y acepta esta designación con su apoyo y paciencia.
Los jugadores serán los más importantes en llevar este proceso a buen puerto. Conocemos que el contentar a todos puede ser difícil y eso representa otro reto para Óscar Villegas y el equipo que lo acompañe. También están los dirigentes y sobre todo los presidentes de los clubes profesionales, quienes deben aportar con elemento humano a las convocatorias y nutrir de gente joven al trabajo de las selecciones de etapa formativa.
Para ello, todos deben despojarse de envidias, susceptibilidades, regionalismos y jalar la carga hacia el mismo lado. Tarea complicada y digna de seguirla de cerca, cual fiscalización debe tener una empresa grande y seria.
Éxitos a Óscar Villegas en el reto más grande de su carrera profesional y en el momento más complicado del fútbol boliviano. Necesitará respaldo y un gran poder de decisión todos los días. Comienza este proceso que no dará frutos a corto plazo, pero si a largo y tendremos que tener paciencia, mucha paciencia.