23 de mayo (Urgentebo).- La Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés), miembro del Grupo Banco Mundial, anunció la firma de un acuerdo con Banco Fassil, una de las instituciones financieras de mayor crecimiento en Bolivia, para asesorarle en su objetivo de convertirse en el primer banco verde del país.
La asesoría a Banco Fassil se enmarca bajo la IFC Green Banking Academy, una iniciativa de conocimiento para acelerar la transformación a una banca verde, fortaleciendo su negocio y contribuyendo a un mundo más sostenible. El cambio climático representa una disrupción para la banca, tanto por los riesgos, como por las oportunidades que conlleva para los bancos y sus grupos de interés.
IFC apoyará al Directorio de Banco Fassil a describir su visión y ratificar el compromiso con el clima, a la vez que diseñará junto al equipo directivo cómo incorporar la sostenibilidad al modelo de negocio.
“Banco Fassil tiene la visión de liderar y contribuir al país ante el gran reto del cambio climático, atendiendo las necesidades de las familias y de la micro, pequeña, mediana y gran empresa; con soluciones integrales e incluyentes que acompañen el crecimiento económico con desarrollo sostenible para afrontar los grandes desafíos que tenemos los bolivianos hacia el futuro”, afirmó Ricardo Mertens, Presidente del Directorio de Banco Fassil.
“Abordar el cambio climático es una prioridad para IFC y nuestro apoyo a Banco Fassil representa una oportunidad de contribuir a fortalecer el sistema financiero boliviano, haciéndolo más sostenible y resiliente. Con esta colaboración, IFC apoya una iniciativa pionera en el país que refleja nuestra estrategia de crear mercados, sobre todo cuando estos son verdes y altamente comprometidos con el desarrollo”, sostuvo Juan Gonzalo Flores, Gerente Encargado de IFC para la región Andina.
Bolivia es el segundo país más vulnerable de Sudamérica y el quinto menos preparado para mitigar los daños del cambio climático, según una investigación del programa ND-GAIM Country Index. Los efectos del cambio climático, y en especial la escasez de agua, afecta especialmente a la agricultura, la generación de energía, la minería, las industrias y los ecosistemas.
Desde 2005, IFC ha invertido más de US$19,000 millones de sus fondos en financiamiento a largo plazo para proyectos climáticamente inteligentes y ha movilizado US$11,000 adicionales de otros inversionistas.
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