La Paz, 16 de mayo (Soledad Mena, Urgentebo).- “Lo mismo hemos sembrado pero la sequía y el sol nos ha afectado, cuando llueve a su tiempo hay buena producción. Nos han dicho que va aumentar el precio hasta ahora no ha aumentado. Tenemos guardado. Hemos conformado grupos para hacer galletas, salteña y queques”. La situación de Francisco Arcani es la de muchos agricultores del altiplano que depositaron sus ilusiones en el mercado del grano de oro y hoy se sienten frustrados, pues la demanda del producto ha caído.
Los bajos precios y la competencia desleal del Perú, provocaron que la exportación de la quinua caiga a 28.3% en el 2015. Ese mismo año se alcanzó el máximo nivel de producción y la mayor extensión del cultivo del cereal andino. Sin embargo, el gobierno y los productores buscan recuperar lo perdido mediante el reconocimiento de Bolivia como país de origen de la quinua real.
Don Víctor Usnayo, otro agricultor de quinua del altiplano paceño, sufre el efecto de la competencia que la quinua ha desatado en el mercado global, que arrasa con los pequeños productores. “Vendemos, pero no al mercado externo sino al local, con lo que ha rebajado el precio. Los productores han dejado de producir, ahora llevamos a Batallas y La Paz. Les damos también a los rescatistas. Sólo estoy produciendo ocho hectáreas, antes producía 18 hectáreas, tengo 100 quintales guardados”.
Desde el 2012, el Estado Plurinacional de Bolivia se puso la camiseta de la quinua y generó un movimiento global a favor del mejor alimento del mundo, en especial el 2013, cuando fue declarado el año internacional de la quinua. Compitió con Perú y consolidó su nombre en este mercado que prometía ser cada vez más grande. Y los agricultores apostaron por esa opción, por lo que la extensión y el volumen de producción se disparó.
Sin embargo, “el Perú ha empezado a producir en grandes cantidades para el mercado convencional y los compradores de Estados Unidos que le compraban a Bolivia optaron por comprarles a ellos porque les dan a menos de mil dólares la tonelada. Ya no se fijan si la quinua es o no orgánica”, argumentó el Coordinador Nacional del Programa de Quinua del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Jorge Guzmán.
En el 2015 la producción de la quinua consiguió su más alto nivel con 89.488 Toneladas métricas (Tn) de los cuales solo se llegó a exportar 25.355 (28,3%), habiendo en el mercado interno 64.133 Tn. El 10% del total es para el consumo interno, otro porcentaje se destina para el contrabando y el resto espera la demanda del mercado.
La máxima exportación que Bolivia tuvo fue el 2013 con 35.063, toneladas después fue descendiendo, el 2014 las exportaciones alcanzó a 29.784Tn.
La superficie cultivada aumentó, de 46.316 ha en el 2016 a 96.544 ha el 2012; 131.192 ha el 2013; 159.549 ha el 2014 y 176.766 ha en el 2015.
Desde el 2006 el volumen de la producción ascendió, desde 27.739 hasta 50.566 Tn en el 2012 que fue el año internacional de la quinua real; el 2013 cosecharon 61.182 Tn; y el 2014 fue 83.603 Tn.
La exportación mostró un comportamiento oscilante: El 2006 se exportó el 28% del total, el 2012, el 51,9%; el 2013 se llegó al 57,3% y el 2014 cayó al 35,6%.
Los productores están preocupados por esta caída, después de haber cuadriplicado la extensión de producción de quinua.
El precio del quintal de la quinua real certificada cayó de 5.000 dólares la tonelada de exportación a 2.500 dólares. Del mismo modo el precio de la quinua convencional en la actualidad se vende hasta en 150 bolivianos el quintal al “rescatista”, cuando se vendía a más de 800 bolivianos.
Los productores de los departamentos de Oruro y Potosí aseveran que en la última cosecha sufrieron los percances del cambio climático (sequía, helada y enfermedades); y tienen que competir con 96 países que se dedicaron a producir el grano andino, más aun cuando Perú cosecha dos veces al año el cereal.
“Los clientes están comprando de cualquier país”, dijo Benjamín Martínez presidente de la Asociación Nacional de Productores de Quinua (Anapqui).