Mientras el gobierno califica de “sabotaje económico” a la negativa de la Asamblea Plurinacional para la aprobación de los créditos internacionales, desde el ámbito económico lo que se vive es un desastre que hemos venido anunciando desde hace varios años. La situación actual es el resultado de una política económica que ha priorizado el gasto público por encima de las posibilidades reales de producción del país. En este sentido, el gobierno debe asumir la responsabilidad completa por el desastre al que ha conducido a los bolivianos, debido a la aplicación de una estrategia económica insostenible.
En cuanto a las cifras macroeconómicas, todas han sido objeto de análisis por parte de diferentes analistas. Sin embargo, hoy queremos centrarnos en un indicador que refleja el comportamiento de la política comercial y la tenencia de dólares en el país: la relación entre las Reservas Internacionales e Importaciones, que nos da el indicador Total Reservas en meses de importaciones.
Según los datos del Banco Mundial (https://data.worldbank.org/), en el año 2006, cuando el MAS-IPSP asumió el gobierno, Bolivia podía cubrir hasta 9 meses de importaciones con sus reservas internacionales. Con los ingresos provenientes del gas en los años siguientes, la relación alcanzó un pico en 2009, donde el país podía cubrir hasta 17 meses de importaciones, luego cayó hasta 6 meses el año 2019. Durante el gobierno de Añez, se hizo un esfuerzo de recuperar 6 a 7 meses de importaciones hasta finales del 2020. Sin embargo, a partir de ese año, esta relación comenzó a descender de manera alarmante, hasta llegar a 2023, cuando las reservas solo alcanzan para cubrir 1 mes y medio de importaciones. Actualmente, no contamos con información actualizada sobre este indicador y damos por supuesto que no alcanza ni para un mes.
Este comportamiento refleja la irracionalidad de la política económica implementada por Evo Morales, junto con el entonces ministro de Economía, Luis Arce, y que ha continuado bajo el gobierno de Arce Catacora. La creación de empresas estatales, proyectos de infraestructura sin justificación económica y el aumento del gasto público innecesario han sido algunas de las decisiones clave que llevaron a esta crisis. A medida que los ingresos por exportaciones disminuían, el gobierno optó por incrementar la deuda externa, lo que ha dejado al país arruinado y profundamente endeudado.
Cabe señalar que ni los empresarios, ni los librecambistas, ni los importadores son responsables de esta crisis. La actual escasez de gasolina y diésel es responsabilidad exclusiva del gobierno de Bolivia, particularmente del Banco Central de Bolivia, el Poder Ejecutivo y la Asamblea Plurinacional tienen responsabilidad, por haber autorizado el uso de las Reservas Internacionales por debajo de los límites mínimos, afectando gravemente la liquidez de dólares en la economía.
Es urgente que el gobierno se haga responsable de la crisis y deje de dilatar la solución del problema. El país necesita medidas drásticas para superar esta crisis: recortar el gasto público de manera abrupta y eliminar las trabas a las exportaciones, con el fin de generar superávit comercial y fiscal que permita recuperar la confianza en la economía y mejorar la captación de dólares. En caso de no ser posible, Bolivia deberá recurrir a un crédito internacional del FMI o del Banco Mundial, específicamente para equilibrar la balanza de pagos e inyectar dólares líquidos en la economía boliviana.
Lo que realmente está detrás de la solicitud de créditos internacionales por parte del gobierno no es una solución estructural, sino simplemente un paliativo coyuntural hasta llegar a las elecciones. El gobierno quiere dólares para entregárselos a YPFB y pagar por la gasolina y otros compromisos internacionales. Pero esto no resolverá los problemas de fondo. Incluso si se realizan swaps de monedas, seguiremos en el mismo círculo vicioso de dependencia de préstamos y deuda externa.
Es hora de que el MAS-IPSP y el gobierno de Arce asuman la responsabilidad plena de la crisis económica. La crisis la crearon ustedes, y la población necesita saberlo. El verdadero sabotaje económico proviene del gobierno, producto de una mala administración económica. El desafío está claro: abordar la crisis de las reservas internacionales es crucial para garantizar la estabilidad económica y evitar que la escasez de combustible siga paralizando al país.
*Master en Economía Financiera
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