Enero 25, 2025 -H-

Amor a la Selección


Martes 17 de Octubre de 2023, 9:45am






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En la larga historia de la Selección Boliviana, en la que los amantes al fútbol han vivido y viven experiencias de toda índole, la actual debe ser, sin lugar a dudas, la más triste en producción y en resultados, en estos tiempos y hago hincapié a la actual situación de crisis, luego de perder tres partidos consecutivos por eliminatoria de manera risible. Estas presentaciones han ido desde las más desastrosas, hasta la más lamentable, pues frente a Ecuador, si bien se demostró cierta mejora, igual terminamos perdiendo y de locales.

Todavía me sigo preguntando cómo algunos profesionales del balompié nacional, como exjugadores y entrenadores, aseguran que Bolivia está en proceso de recuperación. La verdad es que no sé cómo están analizando el juego, pues yo, como Usted amigo lector, no vemos repunte alguno en el andamiaje de nuestro equipo. Claramente, el cuadro nacional, carece de todos los elementos que hoy distinguen al fútbol moderno: Velocidad, profundidad, despliegue físico, habilidad, coordinación colectiva, juego largo, práctico, contundente, remates de larga, media y corta distancia; ir bien por arriba, salir con dominio de balón; aprovechar al máximo las jugadas de pelota detenida, prolijidad en los pases, desplazamiento raudo, efectivo, ideas claras; estrategias acordes para un nivel internacional de competencia, etc. ¿Usted vio algo de eso en la Selección Boliviana? ¿No? Yo tampoco.

Sin embargo, los aficionados incondicionales siguen alentando, apostando a alguna mejoría, no importa que sea mínima: ¡Ojalá la Selección gane! “estaré apoyando”. Palabras de quienes siguen a nuestro equipo, pase lo que pase. No importa el partido, tampoco el rival; solo hay que ir al estadio y alentar. “No importa cuánto gastemos o qué sacrificio tengamos que hacer, pero estaré presente en el Siles y seguiré apoyando a La Verde.” Ese es el verdadero hincha, el que no tiene límites para apoyar y dar todo de sí para brindar su aliento y apoyo irrestricto a un equipo nacional que, sin embargo, no tiene el sentimiento recíproco a él.

Hoy me refiero a los miles de aficionados en todo el país que siguen a la Selección boliviana con toda su pasión, no importa si gane o pierda, pero está al lado de La Verde. Bien por ellos y por esa gran identidad nacional. Si tuviesen el detalle de la reciprocidad sería mejor. Hoy la Selección está muy lejos de brindar talento y ofrecer sentimiento de cariño o amor a la divisa patria o la camiseta que representa al país, no porque el alma se los impida; hoy no existe condición alguna para revertir el pésimo momento que atraviesa nuestro fútbol. Repetir cuáles son esos problemas, sería redundar a los anteriores comentarios de esta columna.

Eso sí, felicitar a los hinchas seguidores de la Selección boliviana, quienes al parecer sienten la motivación de ser felices a su modo y que en algún momento a corto o largo plazo esto pueda cambiar y cual iluminación de un milagro vivamos emociones y alegrías desbordantes como hace en 30 años, con el inolvidable equipo de Azkargorta; o hace 60, con la selección dirigida por Danílo Alvín, Campeona del Sudamericano en 1963. Soñar no cuesta nada, pero perturba los sentidos al darnos cuenta de que la realidad es muy cruel. En pleno siglo 21 y este nuevo milenio, nuestras alegrías han sido 0. Nuestro fútbol vive una involución.

Lo único verdaderamente destacable son los hinchas. Así como el querido Chasqui, más de 30 años caracterizado e identificado plenamente con la Selección Nacional, no solo en el país; este personaje es el boliviano hincha de La Verde más reconocido por el mundo del fútbol internacional. Quién tiene que hacer todos los esfuerzos para conseguir recursos y acompañar al equipo donde le toque jugar y muchas veces a riesgo personal pues no sabe fuera del país en qué tribuna estará y con qué tipo de hinchas locales deberá compartir el seguimiento del juego. Qué gestiones deberá realizar para ser incluido o no en la delegación. Unas veces si, otras no; algunas buenas, otras no. De la gran campaña del 93 y la alegría que lo motivó a crear el ser protagónico que está donde juegue la Selección Boliviana; a vivir 3 décadas de frustraciones, en las que nuestro equipo jamás pudo volver a levantar cabeza.

Considero que “El Chasqui” es un símbolo del fútbol boliviano, pero, sobre todo, de la Selección. Y como lo cuenta en su libro “Sueña y Volarás”, no faltaron en determinado momento las voces disonantes de propios jugadores que le decían “no viajes más con nosotros porque eres yeta”; el personaje, hizo de tripas corazón, dejó pasar la ignorancia por un lado y hoy sigue adelante con su tarea de alentar. Gran cariño y ejemplo de identidad nacional.

Felicidades al periodismo deportivo, que pese a las múltiples restricciones que tiene y debe cumplir para no salir de los nuevos parámetros impuestos por quienes manejan el fútbol, continua con su labor incólume de informar, hacer seguimiento y cuanta cobertura se deba realizar, sean buenos, malos o pésimos los momentos futbolísticos y generar la expectativa que espera la afición para seguir con la fiesta del fútbol.

Hoy juega Bolivia, difícil visita a Paraguay en Asunción, fecha 4 de la eliminatoria mundialista, a las 18:30, hora boliviana. 2 equipos obligados a ganar. ¿A ver qué podrá hacer nuestra Selección para mejorar algo y revertir el momento adverso y pobre que ha demostrado hasta el momento?

¿Qué podremos esperar hoy de nuestro equipo? Incierto.

Solo están los hinchas y su amor por la Selección que mantienen los dedos cruzados esperando una mejora y un repunte en el resultado.

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