3 de enero (Infobae)- El Gobierno de Brasil enviará a su embajadora en Caracas, Gilvania Oliveira, a la toma de posesión de Nicolás Maduro en Venezuela, que tendrá lugar el próximo viernes 10 de enero en la capital del país.
Fuentes del Ministerio de Exteriores brasileño han confirmado al diario O Globo y al portal de noticias UOL que el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva estará presente en la investidura de Maduro a través de su embajadora en el país caribeño. Las autoridades brasileñas no enviarán a Caracas a ningún ministro ni alto representante.
La relación entre ambos países no pasa por su mejor momento después de las elecciones de julio en Venezuela, con las autoridades de Brasil, Colombia y México pidiendo la divulgación de las actas oficiales, si bien ya todo comenzó a enturbiarse en marzo del año pasado cuando el Gobierno brasileño reprochó a las autoridades venezolanas que impidieran registrar una candidatura de la oposición para esos comicios.
Desde entonces, el conflicto no ha hecho más que escalar, con Lula negándose a reconocer la proclamación de victoria de Maduro, cuyo régimen no ha escatimado en ataques directos hacia el presidente brasileño. El último detonante ha sido el veto de Brasil a Venezuela a su entrada en los BRICS a finales de octubre.
El ministro de Exteriores brasileño, Mauro Vieira, ha asegurado recientemente que, pese a que “las circunstancias impongan una inevitable reducción de las relaciones”, no hay intención alguna de romper vínculos diplomáticos con Venezuela.
Por su parte, el presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, se reunirá el sábado con Javier Milei a menos de una semana de la fecha donde debería asumir la primera magistratura de ese país, confirmaron a Infobae fuentes oficiales.
Milei fue uno de los primeros presidentes que reconoció al dirigente venezolano como el legítimo ganador de las elecciones del 28 de julio, y acusó al régimen de Nicolás Maduro y Diosdado Cabello de haber ejecutado un fraude masivo. Ese posicionamiento internacional derivó en la decisión de la dictadura venezolana de expulsar al cuerpo diplomático argentino, que tuvo que abandonar el país en pocas horas. A partir de ese momento y hasta el día de hoy, la representación está a cargo de Brasil.