11 de abril (Infobae).- La Brigada de Investigación de Sustancias Químicas Controladas (Brisuq) de la Policía de Investigaciones (PDI) detuvo en las últimas horas en la comuna santiaguina de Buin a un joven bioquímico, acusado de fabricar y vender una peligrosa droga a través de redes sociales.
Se trata de dimetiltriptamina (DMT), sustancia proveniente de la corteza del árbol mimosa hostilis, originario de Brasil, la cual era sintetizada por el imputado y comercializada vía Instagram.
De acuerdo a la fiscal Alejandra Vargas, “el detenido es un joven muy talentoso que sacó un premio de excelencia académica en los cinco años de estudio, y se encuentra en la actualidad cursando un doctorado en la Universidad de Chile. Tiene estudios en Bioquímica y en Química y en su casa realizaba este proceso de sintetización de la dimetiltriptamina”, según consigna El Desconcierto
El joven realizó sus estudios de pregrado en una universidad privada y recién llevaba un mes de clases teóricas en el doctorado impartido por la Universidad de Chile.
La droga era comercializada a $150.000 (USD 157) en vaper y, según la investigación, que llevó adelante la Fiscalía Metropolitana Occidente, entre enero y abril el imputado logró vender 32 unidades por internet, enviando por correo a todo Chile.
El detenido
“En base a todos estos antecedentes se pidieron las respectivas órdenes de entrada y registro. Se ingresó el día de ayer (miércoles) al domicilio del imputado, encontrando en su dormitorio un laboratorio. Mantenía todo el instrumental necesario para realizar la sintetización de la mimosa hostilis, desde la corteza al proceso de cristalización y posteriormente transformación a líquido, y luego la evaporación para incorporarla al vaper”, explicó la persecutora.
El joven fue formalizado por el delito de elaboración de sustancias prohibidas y el hallazgo de 5,4 kilos de mimosa hostilis. Quedó en prisión preventiva y la fiscalía decretó un plazo de investigación de 90 días
“La molécula de Dios”
La investigación comenzó en enero y se realizó a través de denuncias producto de la venta de este producto por las redes sociales, cuyo despacho se hacía vía correo en Santiago como a todo Chile.
El comisario Gonzalo Santander, de la Brigada de Sustancias Químicas de la Policía de Investigaciones, se refirió a lo que se trata esa droga y como se comercializaba por parte del imputado.
“Se consume principalmente vía oral o fumada. Es un potente alucinógeno y esta persona comercializaba a través de cartuchos para vaporizadores en el cual contenía una cantidad aproximadamente de 10 dosis. Sacando la cuenta en el valor, se puede decir que cada dosis costaba aproximadamente 25 mil pesos”, explicó.
Por ahora, se investiga si esta persona actuaba solo o tenía una red mayor que se dedicaba al comercio de esta droga. El hombre está en calidad de imputado y formalizado por el artículo 20.000 respecto de la ley de control de drogas.
De acuerdo a muchos documentos de fácil acceso en Internet, la droga “molécula” o “partícula” de Dios se refiere a la dimetiltriptamina o N,N-dimetiltriptamina (DMT o N,N-DMT), un poderoso alcaloide triptamínico de efectos alucinógenos que también está presente en algunas plantas, como la psychotria viridis o chacruna, y la mimosa hostilis.
Es utilizada como droga recreativa, siempre con concentraciones mucho más elevadas de las que presenta de forma natural en el cerebro humano. Se consume fumada, inyectada, ingerida en forma de cristal o bien se inhala con la ayuda de una pipa de agua.
Entre sus efectos se cuentan una mayor sensibilidad a los estímulos sonoros y visuales en general, distorsiones visuales e ilusiones ópticas con los ojos abiertos que pueden, en ocasiones, ir más allá del viaje y entrar en un estado mayor de alteración de la conciencia con percepciones distorsionadas más profundas en cuanto a olores, sonidos y visiones.
También suelen aparecer sentimientos de unidad con el entorno y las demás personas, sensación de “comprender” la vida y la existencia, así como experiencias místicas y una fuerte tendencia a pensar en términos existenciales. Estos efectos se han registrado frecuentemente en la literatura científica y se interpretan como el resultado de la combinación de los efectos cognitivos y emocionales producidos por la sustancia