El cáncer de mama es la segunda causa de muerte entre mujeres bolivianas. El poco acceso a servicios de salud y a programas de tamizaje impide un diagnóstico temprano, mientras, organizaciones como Pro Mujer buscan educar a la población para mejorar la prevención. Cada año se diagnostican más de 462 mil casos nuevos y se registran más de 100 mil muertes en la región, según los datos más recientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Se espera que para el 2030 se produzca un aumento del cáncer de mama en las Américas, con unos 572.000 casos nuevos y unas 130.000 muertes. En Bolivia, el cáncer de mama es la segunda causa de muerte en mujeres, después del de cuello uterino. Según datos del Registro Nacional, dependiente del Programa Nacional de Lucha Contra el Cáncer (PNLCC), en los últimos cinco años se registraron un total de 31.398 casos nuevos de cáncer, de los cuales 5.161 se tratan de cáncer de mama representando el 5.16%.
De acuerdo con la Sociedad Boliviana de Cancerología, en el país, entre una y dos mujeres fallecen diariamente a causa de esta enfermedad. Además, estima que para 2030 una de cada una de cada 10 mujeres va a tener cáncer de mama. Este panorama puede mejorar si se hace énfasis en campañas para reducir los factores de riesgo y promover la detección oportuna.
La doctora Sabrina Barchuk, ginecóloga y médica de planta Sección Patología Mamaria del Hospital General de Agudos Dr. Juan Antonio Fernández -el hospital público más reconocido de Sudamérica, ubicado en Buenos Aires-, y miembro de la Sociedad de Mastología Argentina (SAM), explicó que las inequidades en el acceso al sistema de salud son una barrera importante para la detección oportuna de la enfermedad e indicó, que no hay un programa organizado de tamizaje . Lo que suelen hacer los médicos es el tamizaje oportunista. Es decir, las pacientes acuden al sistema de salud por otro motivo y el personal médico aprovecha la oportunidad para rastrear la enfermedad.
Recomienda apuntar a la detección precoz del cáncer, a partir de que el profesional de la salud (ginecólogos, mastólogos, clínicos) indique una mamografía. “Una mamografía anual a partir de los 40 años o más, en mujeres sin antecedentes familiares y para las que tienen antecedentes, se sugiere realizarla 10 años antes de la edad en la cual el familiar más joven tuvo el diagnóstico” explicó.
La experta también destacó que es muy importante que la mujer, entre sus 25-30 años, acuda a una consulta con el especialista para poder evaluar su riesgo.
Impacto de la pandemia
La pandemia del Covid-19 agravó esta situación porque el acceso al sistema de salud estaba limitado a la atención por los casos de coronavirus y, por el otro lado, la gente tenía miedo de contagiarse, en una situación desconocida para todos nosotros.
“En el sector público, costó mucho que la gente volviera a la atención habitual, a sus prácticas de cuidado preventivo. Las personas acuden más cuando están sintomáticas, que es lo que, por lo menos en la patología mamaria en particular, tratamos de evitar”, explicó la mastóloga.
Barreras para el diagnóstico
Actualmente, las limitaciones son otras. La pobreza, la falta de cobertura médica, la desinformación y las barreras culturales, dificultan la detección temprana. El acceso desigual a diagnósticos, tratamientos y seguimientos adecuados sigue siendo una deuda pendiente con las mujeres de la región, especialmente en comunidades rurales, retiradas de la civilización y de bajos recursos.
A este contexto, se suma la desinformación y la falta de concientización sobre el tema. “La disponibilidad del recurso la tenemos. El tema es que la paciente llegue y para que eso pase, también hace falta información, educación sobre el tema”, afirmó Barchuk.
Es por ello, que organizaciones como Pro Mujer -orgnización que desde hace más de 34 años trabaja para que las mujeres de América Latina mejoren sus condiciones de vida- lleva a cabo una serie de jornadas de concientización sobre la importancia de la detección temprana, controles médicos preventivos y autoevaluación en distintos países de la región (Bolivia, Argentina, México y Nicaragua), a través de una serie de webinars en el marco de Octubre Rosa.
Además, desde el año 2021 hasta la fecha, Pro Mujer ha brindado apoyo a más de 26.437 bolivianas mediante sus distintos programas de atención médica contra el cáncer de mama, que incluye: mastografías, exploraciones clínicas de mama, chatbot informativo y consejerías.
Nuevos descubrimientos
Recientemente fue presentado un estudio sobre el cáncer de mama, realizado por la Red Latinoamericana de Investigación en Cáncer (LACRN, por sus siglas en inglés) en casi 1200 pacientes de distintos países de América Latina y liderado por la investigadora principal del CONICET, Andrea Llera, que ofrece una nueva perspectiva sobre el tratamiento y pronóstico en la región.
El trabajo se centró en analizar datos de pacientes con cáncer de mama para identificar factores clave que influyen en la progresión y recurrencia de la enfermedad. "Comprobamos que las pacientes con una buena respuesta a los tratamientos previos a la cirugía tienen un mejor pronóstico", afirmó Llera.
El estudio también reveló que la cirugía conservadora de mama ofrece una mejor supervivencia en comparación con la mastectomía, desafiando creencias arraigadas. “Pudimos comprobar que la cirugía conservadora de mama, que preserva el tejido mamario, tiene mejores resultados en términos de supervivencia que la mastectomía, incluso después de ajustar por factores como el estadio avanzado de la enfermedad. Esto desafía las creencias tradicionales y nos impulsa a reconsiderar algunas prácticas médicas en la región”. destacó la investigadora.
Además, señaló la importancia de adaptar los tratamientos a las características específicas de las pacientes latinoamericanas.
En septiembre de este año, firmaron un acuerdo técnico con la OPS con el fin de mejorar las condiciones de salud de las mujeres de América Latina y el Caribe, con un enfoque específico en interculturalidad y etnicidad.
El convenio establece acciones concretas para impulsar la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes, y generar conciencia sobre la importancia de la detección oportuna del cáncer de mama.
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