Abril 23, 2024 [G]:

Como me dueles Bolivia

Abro un libro de Cioran, el pasaje dice: La vida nunca me ha parecido digna de vivirse. Lo devuelvo a la biblioteca, más tarde escribiré.


Miércoles 26 de Mayo de 2021, 1:30pm






-

Estoy saliendo del Covid y no he dejado de escribir. Tuve suerte, no me internaron y pronto podré salir a la calle armado de una inmunidad pasajera.

En La Paz a veces hay sol y a veces no, todo parece normal cuando el enemigo es invisible y cuando estamos lejos de un hospital. Afuera de un hospital Covid no hay sonrisas, las manos teclean rápidamente, buscan el oxígeno que los hospitales no tienen, buscan al especialista que el seguro no cubre, buscan que alguien les diga que todo saldrá bien, buscan que les refuercen la esperanza.

En las redes sociales sí hay sonrisas, son las fotografías que sirven como imagen de una campaña solidaria, sonrisas que no permiten imaginar que probablemente aquellos labios estén secos o separados por un tubo que retiene la vida hasta las últimas consecuencias.

No veo televisión, pero estoy encerrado. Lo enciendo, las noticias son cada vez peores. Record de contagios. Intervienen un boliche, todos ebrios. Llegaron vacunas, no son muchas, aplausos y fotos con el puño en alto #vamosasaliradelante. ¿Cuántos Ministros estarán vacunados?

El lunes se vacunó el Presidente, debieron hacerlo antes, es un paciente con cáncer. La lógica me interrumpe dándome la respuesta. Suficiente, escribiré más tarde.

Tomo el celular y me meto a Twitter. Cuatro bolivianos son los primeros en ingresar a México sin visa, lo celebran todos, el Presidente, Cancillería y muchos más. Un medio estatal resalta la importancia de este evento histórico de cooperación entre los pueblos, todos etiquetados incluso AMLO.

Un estudio afirma que el Presidente de México miente hasta 80 veces en cada conferencia diaria, le llaman La Mañanera. Pienso en nuestros periodistas si tuvieran que escuchar todos los días una sarta de mentiras durante dos horas, doy gracias por un Presidente invisible.

Una nota de El Deber dice que nuestras reservas han caído 72%, nos quedan 1921 millones de dólares, hemos perdido solvencia.

Un amigo me llama, quiere hacer un negocio y me consulta algunas cosas, yo le digo que tenga cuidado, que cuide su trabajo y que ahorre lo más que pueda. Me dice que su hermana trabaja en un Banco y que por cada dólar que se cambia a casi siete bolivianos el gobierno aumenta cuatro, viejo, el dólar está a once. No le creo, no le quiero creer.

Algunos centros de vacunación se ven vacíos, la gente no está yendo. Pienso en mis padres que tenían que recibir su segunda dosis hace una semana y ahora tendrán que esperar hasta julio, les pido que no salgan. Pienso en mi inmunidad, tal vez dure hasta que me pueda vacunar, quiero hacerlo.

El Ministerio de Gobierno saca un comunicado, los policías están prohibidos de apoyar a las Alcaldías y Gobernaciones en operativos o acciones que vayan contra el marco de la reactivación económica. Pienso en el Alcalde, pienso que debería quitar a los Ministerios y a las entidades del gobierno central todos los parqueos en vía pública dentro el municipio, que paguen. No lo hará.

La empresa del Mutún contrató a una firma de abogados para un arbitraje contra la Jindal Steel, los socios son el Embajador ante la OEA y el ex Procurador del Estado, les pagarán 2.505.600 bolivianos, siento asco hasta la náusea. En la calle hay ancianos vendiendo dulces #aguanten.

Vuelvo a Twitter. Familiares intentan romper los candados de un hospital para meter oxígeno, casi puedo escuchar las súplicas entre insultos y advertencias. No puedo más.

Abro un libro de Cioran, el pasaje dice: La vida nunca me ha parecido digna de vivirse. Lo devuelvo a la biblioteca, más tarde escribiré.

Cómo me dueles Bolivia.  

///

.