Así de duro puede ser el fútbol, mucho más cuando nos referimos a la Selección boliviana en una nueva derrota de local. No faltará aquel que refute este criterio, pero ciertamente lo que hizo nuestro equipo en la tercera fecha de la eliminatoria mundialista nos aleja otro paso más del torneo ecuménico de 2026.
Escucho a algunos entrenadores de fútbol bolivianos y con mucho carácter aseguran que el conjunto nacional mejoró ostensiblemente su producción frente a Ecuador. Que tuvo al equipo visitante dominado totalmente en el segundo tiempo, que lo tuvo a mal traer y le faltó suerte para sacar más ventaja, anotar goles y quedarse con la victoria, sumando sus primeros 3 puntos.
Sin embargo, el partido dura 90 minutos y tiene dos tiempos de 45 minutos, a eso hay que añadir el descuento de la primera y segunda parte. En esos instantes de adición, Ecuador marcó un gol en el primer tiempo y logró la victoria en el segundo. Eso se llama jerarquía.
El jugador que marcó el primer tanto para Ecuador, Kendry Páez, tiene 16 años; es el más joven de la eliminatoria sudamericana y que ya fue contratado por el Chelsea de Inglaterra y por el cual pagaron 20 millones de euros. Su corrida para marcar el gol por el sector derecho, dejó atrás a Sagredo, por lo menos en una diferencia de tres metros. Es decir, jamás podía haberlo agarrado. Eso se llama calidad individual.
En la última jugada del encuentro, minuto 96, Kevin Rodríguez, aprovecha una falla garrafal de Héctor Cuéllar y anota el segundo y le da a Ecuador la victoria sobre Bolivia en el Hernando Siles, por octava vez consecutiva en eliminatorias. Eso se llama jerarquía evolutiva.
Los visitantes controlaron el ritmo del cotejo durante la primera parte del partido y Bolivia, luego de ensayar cambios mejoró en el período complementario, más por la voluntad que le pusieron los jugadores que entraron a la cancha que por el juego colectivo que trato de proponer. Henry Vaca y Rodrigo Ramallo fueron la carta de empuje de La Verde, éste último anotó el transitorio gol del empate para Bolivia.
En esta oportunidad debo volver a referirme a una falta de trabajo mental en los jugadores bolivianos. Una vez más y no solo con nuestra Selección, también pasa con nuestros equipos en torneos internacionales, perdemos los partidos en los tramos finales. Eso confirma la falta de concentración, carácter, manejar los tiempos y presionar con diferencia física. Conceptos que en el fútbol de nuestro país no se conocen.
Si bien Bolivia mejoró algo en el segundo tiempo, terminó perdiendo nuevamente de local, vale decir que la mejora mínima de nuestro equipo no sirve de nada. Uno escucha comentarios de fantasía en la previa a los partidos, manejando alineaciones, planteamiento, estrategia y funcionamiento en la cancha, cual si tuviéramos un equipo bien conformado, siendo que ni siquiera tenemos una base de equipo con la que todos podamos manejar alternativas.
A este paso podemos perder todos los partidos del año y cerremos este 2023 con 6 derrotas y sin puntos, en una clasificatoria para el olvido. No olvidemos que el próximo mes jugamos con Perú en La Paz y visitamos a Uruguay en Montevideo. Partidos altamente complicados ante dos selecciones muy fuertes y en nivel mucho mejor que la nuestra en todas las líneas.
La Selección boliviana paga tributo por toda la problemática de nuestro fútbol. Falta de formación, paga la Selección; falta de competencia, paga la Selección; corrupción en el fútbol, paga la Selección; mal manejo dirigencial, paga la Selección; problemas de fondo, paga la Selección; problemas de forma, paga la Selección; 40 días de paralización del torneo, paga la Selección.
Entonces surge la pregunta de los últimos días; ¿Esta vez qué les podemos decir o reclamar a los jugadores sin no les dieron las condiciones mínimas para tener una mejora sustancial?
¿Cuánta responsabilidad tiene el técnico en el rendimiento de la Selección en tres partidos oficiales por eliminatoria, de los cuales se perdieron los 3 y 2 de local? Creo que el 50 por ciento. Pues el no tener elemento humano como para conformar una Selección competitiva para este tipo de competencia es también su responsabilidad, él sabía perfectamente dónde se estaba metiendo al arreglar su vinculación con la Federación Boliviana de Fútbol.
Hoy nos damos cuenta, también, qué en el balompié de nuestro país, los equipos profesionales, sobre todo los que ceden jugadores al seleccionado nacional están conformados por lo mejor que hay. Sin embargo, claramente se nota que las figuras de estos planteles son extranjeros. Pasa en: Bolívar, The Strongest, Wilstermann, Always Ready, Oriente, etc.
A dos meses y medio de terminar el año y tres 3 fechas de cerrar el calendario de eliminatorias, gestión 2023, la continuidad de Gustavo Costas al mando de La Verde ya es incierta. De seguir perdiendo, que es muy probable, lo más seguro es que la FBF tenga que rescindir contrato y buscar alguien del medio para agarrar esta “papa caliente”, pero quién querrá hacerse cargo de “un muerto”. ¿Quién pondrá el pecho a las balas?
Hoy el más y el menos sensato se pregunta, ¿De dónde pan, si no hay harina?
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