Qué duro para el hincha atigrado ver a su equipo en una situación tan difícil, con un torneo internacional cuesta arriba, pues debe ir a definir el pase a la siguiente instancia de la Copa Libertadores en Brasil. Será una búsqueda de hazaña casi surrealista en una plaza más que complicada cuando tenga que devolver la visita al Bahía fuera del país.
Increíble como la irresponsabilidad de uno de sus jugadores más experimentados como Luciano Ursino, expulsado a los 6´minutos del primer tiempo, condicionó al equipo para el resto del compromiso. Una falta innecesaria, en una zona lejana a su pórtico, hace que el árbitro le muestre la tarjeta roja, perjudicando toda la planificación de un partido donde se requiere de máximo cuidado, concentración absoluta, sabiendo que el mínimo error puede llegar a ser fatal.
El Tigre demostró lo vital que es tener ritmo de competencia para encarar un campeonato internacional de los quilates del que se está disputando. La noche del martes en el Siles, The Strongest tuvo que luchar muchísimo para hacer la diferencia y solo conformarse con un magro empate en el cotejo de ida, que lo pone en vilo para la definición de la semana próxima en Salvador Bahía.
El empate 1 a 1 en la ciudad de La Paz, no representa casi nada para el partido de vuelta, mucho más después de ver al cuadro brasileño y la gran capacidad individual y colectiva de su equipo, que aprovechará todas las condiciones a su favor para complicar a este Tigre falto de partidos y de competencia seria para ser más rival y protagonista. Un tributo obligatorio por falta de torneo oficial en Bolivia. El certamen amistoso que se juega, muestra la poca ambición de hacer las cosas de forma responsable, así como las tienen todos los rivales de equipos bolivianos.
El Bahía jugó inteligentemente: corrió, controló el balón, complicó al Tigre, mucho más con la expulsión y 11 contra 10, hacen la diferencia. Claramente se notó que el cuadro brasileño está muy bien armado, tiene una competencia regular que le ayuda a perfeccionar el patrón de juego que quiere su entrenador y seguramente se sienten muy capaces de eliminar a The Strongest la próxima semana, haciendo prevalecer su condición de dueños de casa.
Si bien muchos reaccionan en contra del técnico, esta vez Zago no contaba con quedarse mermado tan temprano con 10 jugadores, prácticamente en el inicio del partido. Por eso insisto en cómo se pueden cometer errores tan crasos como el de hacerse expulsar y exponer a tu equipo a superar esa impertinencia deportiva en un partido trascendental. Entonces reitero el concepto de asegurar el criterio, que es la falta de un torneo competitivo a la altura de las exigencias.
Equipo distraído
No solo el fútbol y la falta de competencia perjudican al Tigre en esta nueva incursión internacional; las noticias generadas el mismo día del partido en horas de la tarde, influyeron también en el desempeño del equipo por la noche. Y es que, una institución sometida a presiones extra futbolísticas, que tienen que ver con quiénes la presiden y manejan, perturban la paz y la tranquilidad que el plantel debe tener antes de tan importante compromiso.
La noticia que sacudió la tarde del martes, horas antes del partido por Copa Libertadores y los “famosos” problemas jurídicos que involucran a la cúpula del club, distrajeron a quienes estaban “metidos” en el partido de la noche. Claro, se trata del futuro de The Strongest y qué esperar del manejo institucional en semejante inestabilidad dirigencial. De alguna manera algo así debe influir en el plantel de jugadores, cuerpo técnico, directorio, personal administrativo y hasta la propia afición que asimilan el momento de crisis, que pone en una suerte de incertidumbre a un movimiento futbolero, que ve reflejados todos esos detalles en un resultado tan difícil, complicando su andamiaje en la Copa Libertadores.
Veamos qué pasará la semana próxima en el partido de vuelta. Será un emprendimiento que requerirá de mucha mentalidad, capacidad y poder de decisión para lograr un resultado óptimo en Brasil. Después vendrán los análisis y seguro el mea culpa, en el que deberán estar los dirigentes y ver cuánta responsabilidad tienen ellos en esta presencia internacional y los pormenores que se presenten en caso de quedar fuera de la Copa.
Será también el momento para ver el grado de culpabilidad de la Federación Boliviana de Fútbol al no poder definir de manera prolija y rápida los temas que causan este perjuicio a los clubes por no tener un campeonato oficial y las actividades normales que el fútbol nacional debe tener a estas alturas en su agenda deportiva.
De momento y por el empate sabor a derrota del martes en La Paz, el Tigre está hoy al borde de la eliminación en la Copa Libertadores 2025.
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