La manzana, como fruto prohibido, es un símbolo cristiano del pecado original, para los musulmanes y judíos no tiene mayor relevancia. Es solo una fruta que da el manzano (lignum pomiferum) y que tiene múltiples virtudes alimenticias y medicinales.
La manzana dorada es también atributo de Venus, la divinidad romana correspondiente a Afrodita, la divinidad griega. Esta diosa lleva en sus manos -como símbolo del amor seductor- una manzana dorada que permitió el enamoramiento ipso facto de Marte, de fiereza indomesticable por sus atributo bélicos. Según los comentarios de mi compadre Teo, esto equivaldría al mate de calzón boliviano.
No sabemos porque razón el manzano apareció en el Edén para que sucumbiera Adán ante los encantos de Eva en alianza con la víbora y expiáramos culpas ajenas y que gracias a esta argucia teologal, se edificaran dogmas de fe como un gran negocio, desde hace más de dos mil años.
Adán, hombre o humanidad en hebreo, es considerado el padre genealógico del género humano (Gn.4,25,5,5) por lo tanto es un hombre terrenal porque fue modelado en arcilla y es distinto a Yavé, que mora en el cielo. De su costilla nació Eva para que compartieran el Edén; lo incomprensible hasta ahora es porque Yavé hizo a Eva si Adán la estaba pasando bomba en el Paraíso, interrogante profunda de mi compadre, sobre todo cuando ve de reojo a mi comadre. Adán, según las escrituras y su concepción del tiempo bíblico, vivió novecientos treinta años ¿Sufriendo por el pecado junto a Eva? Solo Dios sabe.
Eva, del hebreo Hawwa que significa vida, dadora de vida, nombre con el que Adán bautizó a la primera mujer bíblica (Gn.3,20 ss.) a la que también llamo “varona” o mujer varonil. Para algunos estudiosos, Eva seria la Gran Madre de todos los seres vivientes o según la teología práctica de mi compadre, otra forma de la Pachamama que los evangélicos que lo rodean en su barrio en El Alto, consideran una versión herética y por el que fue expulsado con ignominia de su culto y volvió nomás a ensayar morenada.
Eva, considerada como la primera “mujer fatal”, causante de la muerte por el pecado, del latín pecatum o culpa, concepto que cambia con la historia y los contextos culturales; así tenemos por ejemplo los adjetivos que tratan de reputarlo como desobediencia, transgresión y ofensa voluntaria: nuestra Eva boliviana ¿incurrió en ello?
Este fruto tiene también otras interpretaciones simbólicas, como por ejemplo la manzana de Adán, o nuez de la garganta que Eva no posee y distingue a los géneros y otra que parece adecuada para estos tiempos: la manzana de la Discordia.
En Bolivia, convivimos dos imaginarios en treguas cíclicas, cuyos choques siempre son bañados en sangre por el Ejército, actos que ensombrecen las formas de plantear la lucha por el poder y generan interpretaciones subjetivas sobre la lealtad. Así, la tragicomedia plurinacional entre el ex mandatario Evo Morales y la ex presidente del Senado Eva Copa, ambos de origen aymara, no es más que un momento importante del cambio dentro del cambio; una pulsión entre los nuevos horizontes ideológicos que promueven el avance y dejan atrás los conmovedores discursos de la fuerzas conservadoras encarnadas en el ex presidente neo liberal Mesa y el empresario Doria Medina, quienes festejan ruidosos un supuesto fraccionamiento.
Los derechos de las Evas pertenecen a este siglo y esa perspectiva histórica ya no se detendrá. Sin embargo, estos malos entendidos electorales no romperán el cordón umbilical con los movimientos sociales, es solo un bache en la nueva carretera que se vislumbra: el fortalecimiento de un estado plurinacional simétrico entre sus regiones y su población, orientado al Buen vivir con la naturaleza. Es un advenimiento monumental y difícil, pero se avanza paso a paso, cayendo, levantándose y tropezando, la historia lo devela así.
Muchos candidatos municipales anhelan sentarse en un sillón poblado de manzanas discordantes, distinto al manzanar que es un terreno plantado de manzanas concordantes y diferentes a las manzaneras que son silvestres y rebeldes, crecen sin planificación y donde menos esperamos. Florecerán más Evas y Evos, eso es seguro. Y en el frente antagónico, solo se vislumbra esterilidad.
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