Cuenta una leyenda, que en una región importante de nuestro país llamada Beni, desde viejas épocas, abigatistas y narcoganaderos han ejercido el poder y control de estas tierras por órdenes de la oligarquía centralista que ha dominado Bolivia desde siempre.
Como digo, eso lo cuenta una leyenda, y no puedo afirmar que sea verdad.
También dicen que aquello, hoy por hoy, no ha cambiado mucho, pues los herederos y descendientes de esos abigatistas (y sus pupilas) siguen aplicando esas viejas y conocidas prácticas pues los pilares donde se sostienen han resistido los embates del tiempo.
Actualmente, esas leyendas vuelven a ser temas de conversación en la mesa de todos los benianos, incluyendo las nuevas generaciones.
¡Qué duro debe ser para nuestra gente pasar de ladrón en ladrón conduciendo nuestro departamento como si se tratara de una quinta con ganado! Gobernadores, Sub gobernadores, alcaldes y alcaldesas, concejales y demás larvas
Un ejemplo cercano y reciente es el llamado por sus más allegados proxeneta y corrupto Álex Ferrier, exgobernador beniano y hombre fuerte del MAS en ese departamento. Un ciudadano que traicionó la confianza de su misma gente, y de quienes le dieron la oportunidad de asumir un rol en el escenario político algunos años atrás. Un despreciable sujeto que dejó peligrosos tentáculos en la gobernación beniana, con gente que sigue moviendo hilos de poder sobre los demás crédulos e incautos.
Y a propósito de incautos, su sucesor no parece estar muy satisfecho ni de acuerdo con las alimañas que lo rodean, pero tiene que tolerarlas y hasta congraciarse con ellas por una cuestión de “unidad y convicción"... es decir, al parecer estás “compañeras” alimañas se hacen ver como la voz autorizada del "padrino mayor", desde tierras argentinas.
Qué mal nos hacen quedar ante los ojos de la Patria los benianos cuando llegan al poder. Transforman los factores de poder en feudos privados.
Beni, tierra amazónica y oasis de este país, sigue siendo el hijastro, entenado o “criado" del tercer patio. Se los dice alguien cuya orfandad conoce ese amor de un “padre o madre postiza”. Mi solidaridad con mi gente, nuestra gente, los que con su honestidad son los verdaderos hacedores de riqueza, en un momento de inflexión y disputas entre sus mismas ratas que tienen como autoridades y coordinadores de alcobas, eternos parásitos que viven del trabajo de los demás