Abril 12, 2025 -HC-

La niñez en Bolivia enfrenta tres amenazas


Sábado 12 de Abril de 2025, 1:15pm






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En Bolivia, casi la mitad de las niñas, niños y adolescentes crecen en un entorno donde la pobreza abunda, donde la violencia es parte normal de su vida cotidiana, y donde las lluvias e incendios los obligan a abandonar sus viviendas y familias para encontrar un lugar seguro. Muchos derechos de la niñez boliviana son vulnerados.

“Las leyes existen y son buenas, pero no llegan a transformarse en acciones reales para cada niña, cada niño y adolescente, en cada comunidad”, señaló Virginia Pérez, jefa de Protección de la Niñez y Adolescencia del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

La niñez y adolescencia en Bolivia representan aproximadamente el 38% de la población, es decir, casi 4 millones de personas, según el Censo de 2012 realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta población, tan esencial el futuro del país, es la que tiene menos oportunidades para que sus peticiones, propuestas y necesidades sean escuchadas.

Por ejemplo, los datos de la pobreza en la población en general alcanzaron los 36,5% y la pobreza extrema llegó al 11,9% en 2023. Empero, si de niñez y adolescencia se trata, la pobreza se incrementa al 47,0% y el de la pobreza extrema al 16,9%.

Es decir, uno de cada dos niños es pobre en Bolivia, uno de cada seis niños vive en situación de pobreza extrema. Además, uno de cada diez niños, entre 5 y 17 años, realizan actividades laborales o trabajo peligroso, prohibido e insalubre.  “Cuando un niño es pobre estas privaciones menoscaban el desarrollo de un niño que son importantes en el proceso de formación de ese ser humano”, señaló el jefe de Políticas de UNICEF, Diego Pimentel.

El factor climático

La mañana del 21 de febrero, Alejandro de 12 años y Félix de 14 se trasladaban a pasar clases en un colegio de la comunidad Uyunoma en el municipio de Bolívar del departamento de Cochabamba. Al intentar pasar el río Wasa Mayu fueron arrastrados por el fuerte caudal. Ambos perdieron la vida por ahogamiento y sus cuerpos fueron encontrados un día después.

Así como la historia de los hermanos, existen niñas y niños que perdieron la vida a causa de inundaciones, riadas e intensas lluvias en la última temporada, son parte de las 55 muertes y 8 desaparecidos oficiales cuantificados por el Gobierno desde noviembre de 2024 hasta el 6 de abril.

Para Pérez, las intensas lluvias que golpearon a más de 590 mil familias de 232 municipios del Bolivia, representan una amenaza para la niñez, pues sus medios de vida se ven afectados y deben migrar a otros sectores incluso separándose de sus familiares de primera línea, arriesgando su bienestar físico y mental.

Asimismo, como consecuencia de los incendios que en 2024 consumieron más de 10 millones de hectáreas, una superficie equivalente a dos veces el tamaño de Jamaica, afectando principalmente al oriente del país, cientos de familias tuvieron que abandonar sus viviendas y áreas de producción por las quemas y se expusieron a la malísima calidad del aire producto del humo.

“Son familias que pierden medios de vida, que pierden el hogar. Son familias que a menudo se tienen que separar, aunque sea temporalmente, empiezan a desplazarse a zonas urbanas, migran para buscar trabajo. Esa migración y esa separación exponen a estas niñas y niños, porque pierden calidad de cuidado, pierden las redes, además de apoyo en las comunidades. Más esa pérdida de ingresos, más una dificultad para continuar la educación. Entonces claramente es un tema que preocupa a UNICEF”, agrega la especialista.

La violencia infantil

En 2024, la Fiscalía General del Estado reportó 38 casos de infanticidio, un aumento del 52% respecto al año anterior. Los delitos sexuales contra menores también subieron: estupro, abuso sexual y violación figuran entre los principales delitos denunciados bajo la Ley 348. Las cifras duelen. Desde enero hasta principios de abril hubo 6 casos de infanticidio.

Los datos se tornan aún más alarmantes, cuatro casos por violencia intrafamiliar cada hora eran denunciados en 2024, es decir, 37.640 casos al año y otros 19 casos de violencia sexual contra niños y adolescentes por día, sumando 6.868.

“La violencia doméstica es muy alta en Bolivia por varios factores: la normalización de la violencia, la violencia que se repite de generación en generación, la cultura machista. La pobreza lo que hace es empeorar todo lo demás, es empeorar el resto de los indicadores, es poner dificultades adicionales a las familias o al acceso a servicios, empeorar la percepción que tenemos sobre nuestros derechos”, mencionó Pérez.

La especialista señala que la situación económica de las familias es un factor importante, pero no determinante al momento de ejercer violencia contra una niña, niño o adolescente. Pérez más bien apunta al ¿por qué las cifras de violencia incrementan cada vez más en Bolivia? y concluye que el descuido de la salud mental pone en riesgo aún más a la niñez.

A partir de estas amenazas, UNICEF plantea cuatro prioridades que los candidatos y el próximo Gobierno, en vista a las elecciones del 17 de agosto de 2025, deben asumir para garantizar una niñez segura en Bolivia: Protección social para reducir la pobreza infantil, poner fin a la violencia contra niñas, niños y adolescentes, acceso a educación de calidad y acceso a servicios de salud de calidad.

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