Entre Argentina y Bolivia hay una larga relación de compra-venta de gas natural.
Hoy con el presidente Macri la cosa es distinta: la administración Macri es responsable, profesional y está reformando su esquema de energía. Está poniendo orden a tantos años de impostura de la era Cristina Fernández. Una de esas reformas es velar su relación con Bolivia: exigir cumplimiento de contratos. Inclusive antes los pagos de Argentina a Bolivia estaban retrasados. Pero lo que le importa a Macri y su administración es velar por la seguridad energética de su país.
Del lado boliviano es obvio que debe priorizar la atención del mercado interno en el suministro de gas. Es obvio y es un mandato de ley; pero no es menos importante cumplir con contratos internacionales que tiene Bolivia con Argentina y Brasil, sus únicos mercados.
Argentina pide ahora certidumbre en la entrega de volúmenes de gas boliviano. Hubiera sido importante que el Estado boliviano tome previsiones de planificar, de tener una regulación adecuada, no es nada descartable que antes del 2019 cuando concluye el contrato con Brasil, lo mismo ocurra con ese país: que pidan certidumbre en entregas de volúmenes.
La incertidumbre sobre los volúmenes de gas que puede ofertar Bolivia es uno de los factores por los cuales la Argentina está recurriendo a Chile para proveerse del energético durante el invierno, cuando su demanda crece: Gobierno argentino acordó compra de gas a Chile 276 mmm3d (millones de metros cúbicos/día) durante junio, julio y agosto a precio de USD 7,9 por millón/BTU suministrado por Empresa Nacional de Petróleo de Chile (ENAP) al que se pagará USD 1.689 millones USD. Buen dinero para asegurar que su mercado interno esté bien suministrado.
Aquí algo objetivo: esto es libre mercado: cada país puede acudir a cualquier oferente para proveerse de energía.
Argentina ha estado demandando a Bolivia certidumbre en la oferta de gas natural, esto se entiende perfectamente, ellos quieren saber “por adelantado” si el Estado boliviano tendrá la capacidad de suministrar los volúmenes de gas contratados. Sencillamente el demandante está pidiendo a los oferentes de gas natural un cronograma, quieren ver si tienen la capacidad de suministrar los volúmenes pactados y en los tiempos requeridos, esto es mercado cien por ciento.
Hubiera sido importante que en Bolivia haya habido una planificación energética a largo plazo hace unos diez años, tampoco depender de dos únicos mercados como ocurre, Brasil y Argentina, que es otro problema. Eso pasa por no haber diversificado, no haber estimulado la inversión privada para mayores descubrimientos y ampliar las reservas de gas, encontrar nuevos reservorios, es un todo complejo.
Hay un detalle que no se cumplió, y no es menor: de acuerdo con la Ley, anualmente hasta el 31 de marzo debe presentarse el informe sobre las reservas certificadas de gas, que no se dio desde el 2013, para cabalmente tener información de las reservas de Bolivia. Bolivia tiene de reservas de gas, según última certificación: 10 trillones de pies cúbicos (TCF).
Bolivia pierde mensualmente Bs 142 millones (20 millones USD) por no producir volúmenes suficientes que demandan Argentina y Brasil.
En éste momento Bolivia debería producir 80 mmm3d para cumplir con sus tres mercados significativos: el interno (aprox 14 mmm3d), el argentino (aprox 21 mmm3d) y el brasilero (aprox 30 mmm3d). La producción actual es: 57 mmm3d. hay un déficit del que siempre se quejan los industriales bolivianos porque no tienen más para crecer y desarrollar.
Las cifras reales (extraídas de página web de la administración estatal) son: Bolivia envío 14,4 mmm3d a Argentina, 28,6 mmm3d a Brasil y 14,3 mmm3d para mercado interno, con producción de 57,8 MMm3/d.
Si Bolivia incumple contrato de envío con Argentina además de recibir menos ingresos (no olvidar que la principal fuente de ingresos de la economía boliviana es la exportación de gas) se somete a pagar multa.
Al no haber inversión a escala en exploración no hubo producción importante. Ni los datos oficiales están actualizados. Ha habido serios intentos de la administración en buscar inversiones realizando road-shows con poco éxito. En éste momento urge que desde el Poder Ejecutivo se convoque un Consejo de energía e hidrocarburos, para cabalmente entre todos se busquen soluciones.
Esta relación argentina-boliviana va a continuar con venta de electricidad pero lo cierto es que ahora el populismo está fuera de la agenda de Argentina y por ello cuesta a Bolivia integrarse a esa nueva dinámica.