Teresa Quintanilla de Mamani, quien está a punto de llegar a las siete décadas de vida y Félix Mamani Coarite, de 67 años, han visto crecer a Villa Ingenio que en el siglo pasado era una zona de pastoreo; hoy es el corazón deportivo de El Alto con el Estadio Municipal, donde Always Ready jugará el partido de Copa Libertadores de América ante Sporting Cristal, el 20 de febrero.
Nacida en Koani, provincia Los Andes, Teresa migró a El Alto hace más de 60 años, cuando Villa Ingenio apenas era el asiento de algunas pequeñas casas. “Esto era una pampa vacía donde solo había llamas, había un pequeño río que cuando crecía arrastraba a los niños y los pocos que vivíamos sembrábamos papa y haba”, cuenta la sexagenaria mujer.
Teresa Quintanilla vive en Villa Ingenio desde sus 14 años, conoció después a su esposo con quien echaron raíces. “¿Cómo ha cambiado todo? Antes no teníamos ni luz ni agua potable, las casas eran de paja y ahora tenemos un estadio y todo”, narra la entrevistada que arribó a la zona en la década de 1950.
Unos 15 años después llegó al lugar Félix Mamani Coarite proveniente de la provincia Muñecas. “Cuando llegamos con mis padres solo había llamas y chanchos a un costado del río”, recuerda el varón de 67 años de edad.
En la década de 1960 el río que ahora fue embovedado y que quedó a un costado del escenario deportivo era además junto a algunos pozos, las únicas fuentes de agua de los primeros vecinos.
“Debíamos tomar agua del río o del pozo, pero había que hacerla hervir en los anafres”, explica Mamani.
div class="media media-element-container media-default">Félix y sus padres tuvieron que trabajar mucho para construir su vivienda y ahora, al ver las avenidas enlosetadas rememora el paisaje de antaño de su barrio. “Todo era de tierra, por las noches usábamos mecheros y ahora no se puede creer cómo está Villa Ingenio. El estadio le ha dado mucho desarrollo a toda la zona”, dice el vecino.
Teresa administra una pequeña tienda al frente de la puerta 22 del estadio y ahora promete surtir con más productos y Félix ve con alegría que las casas se valorizan mucho más con la construcción del escenario deportivo que ahora tiene talla internacional.
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