Coyuntura
La concentración principal se realizó en la plaza Tejada Sorzano donde cientos de personas entre bolivianos y extranjeros se dieron encuentro para recibir a los pilotos, de más de 50 nacionalidades, que participan de esta competencia.
A las 15.38 uniformados del verde olivo, no más de 20, usaron gases lacrimógenos para despejar el paso que era interrumpido por los universitarios, todos ellos con barbijo y guardapolvos blancos a la altura de la Casa de la Cultura que bloquearon el paso de los competidores en demanda de la abrogación del Código Penal. La intervención obligó a los manifestantes a replegarse y buscar un refugio de inmediato, el Museo de la Iglesia de San Francisco.
“Yo cuando estoy en el Dakar me someto a todas las reglas del Dakar, completamente, yo no soy político, pero le pido señor Presidente (Evo Morales), respetemos la Constitución, respetemos el 21 de febrero, solo eso yo le pido señor presidente”, manifestó.
“Esta actitud de la Policía no es casual, obedece a una instrucción del Gobierno que a como dé lugar quiere desahogar todo su odio hacia la Universidad, y entes caso aplicando medidas arbitrarias en contra de nuestros estudiantes”, dijo el rector del UMSA, Waldo Albarracín.
De acuerdo algunos testimonios, la policía cerró la puerta de la Iglesia y persiguieron al interior a los estudiantes, luego los golpearon.
"Hemos trabajado este plan con las gobernaciones, municipios por donde pasará la competencia del Dakar y las entidades prestadoras de servicios básicos para garantizar los servicios de agua potable, saneamiento básico y aseo, antes, durante y después del paso de la competencia", afirmó Ortuño, citado en un boletín institucional.
Tras horas de negociación con el sector, se pudo volver a la calma y a la convivencia pacífica, consiguiendo se realice la atención médica correspondiente a las personas retenidas, precautelando su salud y bienestar. La situación del conflicto es latente por el interés que hay sobre la explotación de la mina, en medio de una fricción permanente y el uso de armas de fuego.
Los integrantes de la casa superior de estudios coreaban reiteradamente: “¡No queremos Dákar, queremos hospitales!”.
Tras un arranque complicado en los dos primeros puestos de control, en los que ocupaba el puesto 21 y 23; aceleró en territorio boliviano para culminar séptimo en la meta ubicada en la población de Calamarca, en el altiplano de La Paz.
